El libro Paraíso Canalla, del escritor y periodista chileno Francisco Mouat, es un golazo al centro del corazón canaya cuyo desborde principal es la alegría. Relatos narrados en una ágil primera persona en modo y mezcla de ficción y realidad, los personajes más representativos de la vida Central, que son leyenda, irán apareciendo como en una galería de imágenes. Inevitable la sonrisa en todo el libro y las lágrimas entre las últimas hojas.

Las estadísticas canayas marcan que el primer libro que se haya escrito sobre la Organización Canalla para América Latina (OCAL) es Paraíso Canalla. Editado por Homo Sapiens Ediciones, 2021, el libro de Mouat (Chile, 1962), empieza en la acción directa: el Colorado Vásquez hablándole a una cámara sobre el porqué de los canayas y leprosos como la pregunta habitual de qué fue primero si el huevo o la gallina. La inagotable curiosidad de Mouat por llegar hasta la médula del asunto canaya, llega al nervio central de las leyendas urbanas del club al investigar los inicios de la OCAL. El Colorado es la persona indicada para dar cuenta de una historia que nunca se cansa de contar, porque es el Lama de prensa de la OCAL y su activa participación testimonial en todo el libro será acompañar a Mouat, con su inagotable sentido del humor.

 No faltarán otros personajes como Ferrari Del Sel, bostero de pequeño en su Entre Ríos natal hasta que vino a estudiar medicina a Rosario en los años ’50; el filósofo Jorge y sus cábalas con acuerdos ante Dios, a quien como en La piel de Zappa, de Honoré de Balzac, le iba entregando años de vida para que le otorgara el triunfo en los clásicos. El doctor Guida con su épica aventura sobre el apéndice en un frasco de formol que fuera extraído en una operación quirúrgica, el 20 de diciembre de 1971, del cuerpo del defensor de Newell’s, De Rienzo, el día después de la palomita de Aldo Pedro Poy y se lo entregara al Gran Lama, para congraciarse luego de una grave discusión. 

El maletín estilo 007 del policía cuyo apellido es Hoyos, que junta del suelo el secreto mejor guardado del director técnico de Newell’s, Gustavo Raggio, en una hoja de cuaderno que contenía datos valiosos y que fuera entregado al jugador Lucas Bernardi, en pleno clásico en el que iban perdiendo dos a cero. 

El mechón de cabello del parietal izquierdo del Aldo, el lado con el que diera su cabezazo (previa pasada de la pelota por la panza de De Rienzo) y que se guarda en el Museo de la OCAL, con las intenciones de clonarlo, enmarcado en vidrio con sumo cuidado para que en el futuro haya la suficiente cantidad de Aldos, para que el vuelo continúe. Frase última esta, clave en palabras de Roberto Fontanarrosa, que le dio el vuelo eterno a las glorias canayas.

Hace mucho tiempo que Mouat conoce al mundo Central y no pudo evitar darlo a conocer en la Universidad Católica de Letras de Chile, cuando fue nombrado escritor residente y tuvo que diseñar y dictar dos cursos que no se hubieran realizado antes. Propuso Literatura y Fútbol, escogiendo crónicas, cuentos, poemas y ensayos y agregó el documental Aldo Poy y los canallas. Según él fue como una apuesta a la ruleta y ganar. Costó hacer entender al alumnado que esa locura no era ficción porque una mayoría creía que era un documental falso. En el siguiente módulo, hablaría del cuento 19 de diciembre de 1971, de Roberto Fontanarrosa y salvo alguna diferencia con un solo alumno, Mouat inocula la dosis canaya en un grupo de más de cincuenta alumnos.

La gran figura mítica de la OCAL, el gran Lama, significa un misterio para Mouat. Lo espera para conocerlo en compañía del Colorado Vásquez, en la Parrillita de Jorge, lugar emblemático de la logia y se desata una tormenta tan tremenda que no puede llegar. Las dudas de la gran figura se acrecientan en el escritor que había llegado desde Chile para conocerlo hasta que, al día siguiente, en un comedor de carnes y pastas, llevarán a cabo juntos una larga charla que será significativa para la conformación del romántico final del libro.

Como hiciera José Saramago con Ricardo Reis, quien fuera el heterónimo de Fernando Pessoa, en el libro El año de la muerte de Ricardo Reis, 1984, Mouat revive al viejo Casale, personaje del cuento 19 de diciembre de 1971, del Negro Fontanarrosa. Casale es la cábala más importante que se haya utilizado para que un club de fútbol ganara un clásico y la aventura de este heterónimo, en el libro de Mouat, sobrepasa el cuento y continúa sus días en un exilio voluntario, oculto de su familia. En el cuento del Negro, muere de un infarto en el final del partido del 19 de diciembre, en el que Aldo Pedro Poy hiciera su famosa palomita contra Newell’s. Pero antes, a través del 305, un colectivo de línea interna que se tomaría para ir a la casa de su hermano, llegará engañado a la cancha de River para presenciar la palomita, el triunfo de Central y una fiesta interminable de personajes entre los que se incluye a la OCAL.

Los componentes que se unieron para convivir en el mundo fantástico de la canallada: el cuento del Negro Fontanarrosa, la OCAL, Rosario Central, el viejo Casale, el Gran Lama, el filósofo Jorge, etcéteras miles, ahora suman a Francisco Mouat, quien publica un libro con la historia de la OCAL, nunca antes contada en ficción y para agregarle más condimento, viene desde Chile, con el tono y la impronta del castellano trasandino que traspasará las fronteras para dar a conocer la locura de uno de los clubes más importantes del mundo.

 

Francisco Mouat presenta hoy a las 19 Paraíso Canalla en la sala G del tercer piso del Centro Cultural Roberto Fontanarrosa  con la participación de Colorado Vázquez, Aldo Pedro Poy y Juan Fanara. La entrada es libre y gratuita. Podrá seguirse la transmisión en vivo por YouTube @EDITORIAL HOMO SAPIENS.