El aporte de Santa Fe al chamamé es fundamental pero también “un rompecabezas cuyas piezas estaban pero había que reunir”, explica Verónica Solina, encargada de la coordinación y contenidos de Chamamé en Santa Fe, el programa audiovisual y multimedia del Ministerio de Cultura de Santa Fe que se presenta hoy a las 19 en el Galpón 15 de la Franja del Río. La actividad contará con la actuación de Homero Chiavarino y la proyección de algunos de los episodios de la serie audiovisual Antología, cuyos diez capítulos podrán verse de manera integral el miércoles próximo a las 21.30 por Santa Fe Canal.
“Quien me convocó fue (el ministro de Cultura) Jorge Llonch; él venía pensando con Chango Spasiuk la idea de armar un proyecto que pusiera en valor el aporte de Santa Fe al chamamé. Fue así como conformamos una primera dupla con Chango, ¡esas sorpresas de la vida!, fue un regalo para mí trabajar con él. A mí la música me gusta casi toda, y no un poco sino mucho. Y una de las cosas que más me gusta hacer es explorarla. Meterme en el chamamé fue hacerlo en un gran movimiento musical, cultural, absolutamente enorme y misterioso. El chamamé conjuga cientos de años de historia y en la medida en que lo empezás a explorar advertís capas que conviven, y sentís que no vas a llegar nunca a abrir completamente el gran abanico que te ofrece”, señala Verónica Solina a Rosario/12.
“Fue abrir una caja de Pandora, porque descubrimos muchas cosas. En primer lugar, la intención fue empezar a dar vueltas alrededor de este gran cuerpo de compositores, músicos, intérpretes, poetas y escritores santafesinos, y tratar de reunirlos a través de piezas significativas y representativas. Lo que advertimos es que si pensáramos en un rompecabezas, las piezas estaban muy sueltas y por eso nos propusimos reunirlas, para que los santafesinos pudieran ver el esquema completo y tomar conciencia real del valor enorme que tiene la provincia de Santa Fe como parte del territorio nacional que cultiva el chamamé. Por otro lado, descubrimos que aun cuando no hablamos de un chamamé santafesino, porque es uno solo, también es cierto que empezamos a descubrir los colores particulares que el chamamé tiene al ser compuesto e interpretado en nuestra provincia; naturalmente, el paisaje, el territorio, el ser de un pueblo, va a influir en la composición. Y nos propusimos ir en busca de esos colores”, continúa.
-¿Cómo fue ese proceso de trabajo junto a Chango Spasiuk?
-Empezamos una investigación que no solo fue directamente a los músicos sino también a la influencia que el chamamé adquiere en cada región de Santa Fe, cómo se interpreta, quiénes son, qué lugares y ciudades son las más arraigadas al chamamé, qué pasa en el sur, qué en el norte. Inmediatamente apareció la cuestión cultural de nuestra provincia. ¡Santa Fe es enorme! Tengo la suerte de conocerla de punta a punta, gracias a (el programa televisivo) La Vuelta Completa, para el cual fui también convocada por Llonch. Santa Fe es muy vasta y diversa, y cuando pensás en el chamamé no hay un solo modo de interpretar y tocar. Empezamos a ver lo complejo y grande que era y a partir de ahí sentamos las bases del proyecto y decidimos en qué formato era interesante hacerlo. Elegimos el formato audiovisual, con la idea de estar a tono con una época y también por la clara convicción de que teníamos que generar un proyecto que pudiera permanecer en el tiempo, con la particularidad de que cualquiera pudiera acceder.
Es allí cuando aparece la serie Antología, para cuya realización se integra Señal Santa Fe, el programa audiovisual del Ministerio de Cultura. “Me encontré con un equipo de gente talentoso, creativo y generoso; y otra particularidad es que el proyecto está integrado mayoritariamente por mujeres. Convocamos a dos directoras: Érica Rozek armó el equipo del norte, integrado por gente de diversos lugares del centro-norte de la provincia, y Florencia Castagnani armó el equipo del sur”, comenta Solina. Y agrega: “Para poder construir estas diez piezas audiovisuales sobre diez canciones partimos de algunos requisitos: tenían que ser temas de chamamé de autores santafesinos, interpretados por santafesinos y santafesinas; a su vez, tenían que tener letras que aludieran a algunas regiones del territorio santafesino, para que pudiéramos hacer un recorrido de punta a punta por la provincia, pero de manera equitativa. Y queríamos recorrer un arco que fuera del legado y la tradición, con Ariel Ramírez, a las nuevas generaciones, donde aparece un Diego Arolfo, por ejemplo, que le canta a Coronda. A partir de allí, con las directoras trabajamos con guiones narrativos, que tenían que acoplarse a la historia que cada canción narraba. Articulamos un lenguaje visual al lenguaje sonoro que teníamos dado por las canciones, no queríamos literalidad pero tampoco despegarnos de las canciones. Ningún guión es parecido al otro, y los protagonistas son habitantes de la provincia, que trabajaron de un modo casi documental”.
La serie recorre las localidades de Villa Guillermina, Granadero Baigorria, San Javier, Lucio V. López, Venado Tuerto, San José del Rincón, Coronda, Arroyo Ceibal; y es la primera de una serie de instancias que Chamamé en Santa Fe producirá el año entrante. “Todos estos materiales van a estar alojados en un sitio web, que se llamará ‘Chamamé en Santa Fe’, donde habrá un poco de todo, no sólo las piezas podrán convivir en este espacio sino que también habrá listas de reproducción, discos; la idea es que sea multimedia y que a su vez cada una de estas piezas tenga una entidad individual. Además, deseamos concluir con la realización de un documental para cine. Me gusta mucho del proyecto cómo conjuga la puesta en valor de los compositores, músicos e intérpretes de Santa Fe, con la construcción de un nuevo mapa cultural. Son dos grandes aspectos, indisolubles”, concluye.