La población de Nueva Caledonia, territorio francés en el océano Pacífico, votó a favor de no independizarse de Francia. El referéndum de este domingo, a diferencia de los dos anteriores celebrados en 2018 y 2020, contó con un nivel récord de abstención debido al llamado de los independentistas a boicotear la consulta en reclamo al gobierno francés, quien desoyó el pedido de este sector para aplazar la votación por el coronavirus.

A unos 2.000 kilómetros al este de Australia, los más de 184.000 electores de este archipiélago estaban llamados a responder la pregunta: “¿Desea que Nueva Caledonia obtenga su soberanía absoluta y sea independiente?”. Según los resultados oficiales, el “No” se impuso ante esa pregunta por el 96,49 por ciento de los votos, mientras que el “Sí” obtuvo el 3,51 por ciento de los sufragios. Se registraron, además, 2,99 por ciento votos nulos o en blanco.

Es el tercer referéndum desde los Acuerdos de Matignon de 1988, que buscaron cerrar una crisis entre nativos y descendientes de colonos. En 2018, el campo partidario de quedarse en Francia ganó con un 56,7 por ciento de los votos. Su porcentaje de apoyo cayó tres puntos porcentuales en el referéndum de 2020. 

Este año, sin embargo, logró subir al 96,49 por ciento debido a baja participación registrada (43,90 por ciento) a partir del boicot de los independentistas: para evitar que su previsible victoria quedara deslucida, los partidarios de permanecer como territorio francés convocaron a una movilización masiva. En la actualidad, los independentistas, mayormente socialistas, suman 26 de 54 bancas en el parlamento del enclave colonial, que Francia anexó en 1853.

El llamado de los independentistas a no votar se originó luego de que el gobierno francés rechazara el pedido de posponer la votación hasta septiembre. Este sector había solicitado aplazar el referéndum debido a que no pudo realizarse una “campaña justa” por los riesgos de contagios por coronavirus.

Previo a la votación de este domingo, Emmanuel Macron aseguró que Francia no tomaría partido en el referéndum. También prometió “una vida en común” entre el país y Nueva Caledonia, independientemente del resultado. En junio, los diferentes campos políticos habían acordado con el gobierno francés que el periodo que se abre a partir de 2022 debe ser de “estabilidad y convergencia”. También establecieron que en junio de 2023 se realizará un nuevo referéndum para decidir el “proyecto” futuro de Nueva Caledonia.