La renuncia de Julio Borges a su cargo de delegado diplomático del "gobierno interino" de Juan Guaidó expuso aún más las profundas grietas de la oposición venezolana. Borges aseguró días atrás que el experimento encabezado por Guaidó debe "desaparecer completamente" porque perdió "legitimidad" y su objetivo se ha "deformado". Las elecciones regionales del 21 de noviembre significaron el retorno de los principales partidos opositores tras varios años de abstención, aunque se consiguieron pocos acuerdos en candidaturas unitarias y se multiplicaron las derrotas en la mayoría de los estados del país. La repetición de los comicios en el estado de Barinas, la cuna de Hugo Chávez, permitirá hacer una radiografía de cómo se terminará articulando el arco político que reúne a la derecha y ultraderecha del país.
Guaidó y López, los únicos sostenes
El G4, la plataforma que reúne a los cuatro principales partidos opositores que impulsaron la presidencia interina de Guaidó, quedó desarticulado fundamentalmente luego de los comicios regionales de noviembre. El gobierno autoproclamado de Venezuela solo está sostenido por el partido Voluntad Popular, liderado por Juan Guaidó y Leopoldo López. Se trata del partido más pequeño, con menos diputados y menos cargos dentro de la plataforma opositora.
En las ultimas horas Juan Guaidó, luego de participar en la Cumbre por la Democracia convocada por Joe Biden, dedicó su tiempo a pelearse con Bernabé Gutiérrez, un dirigente que había sido expulsado de la opositora Acción Democrática (AD) acusado de corrupción por sus propios excompañeros. Posteriormente el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) le otorgó el liderazgo del partido en una decisión polémica. "Para hablar de democracia se debe empezar por devolver AD a su militancia y dirigentes", aseguró Guaidó en respuesta a unas declaraciones en las que Gutiérrez lo acusó de no buscar la unidad de la oposición.
Según Gutiérrez, dirigente muy resistido incluso dentro de la oposición, la Mesa de la Unidad Democrática rechazó la posibilidad de unificar candidaturas para la repetición de las elecciones en el estado de Barinas, donde un grupo disidente opositor propuso la postulación de Claudio Fermín, a pesar de que había consenso alrededor del liderazgo de Sergio Garrido. Para sumar más divisiones, Garrido señaló que ni Fermín ni Arreaza, el candidato del chavismo, votan en Barinas sino en Caracas, por lo que no deberían haberse podido postular.
Las elecciones se repetirán en Barinas el próximo nueve de enero por orden del TSJ, que tomó la decisión tras una semana de recuento de votos que daba como ganador de los comicios del 21 de noviembre al opositor Freddy Superlano por un estrecho margen sobre el oficialista Argenis Chávez, hermano del fallecido presidente. El TSJ hizo pública su decisión tras recibir una acción de amparo constitucional interpuesta por Adolfo Superlano, considerado disidente de la oposición, alegando una violación de derechos constitucionales, entre otras cosas, porque el vencedor de los comicios se postuló como aspirante pese a estar inhabilitado.
El otro dirigente opositor que sostiene al gobierno interino, Leopoldo López, se reunió el martes pasado en Santiago con el candidato ultraderechista a la presidencia de Chile, José Antonio Kast. En unas declaraciones cuanto menos polémicas, López aseguró que hace más de 20 años su país vivió un proceso constituyente como el que ahora se lleva adelante en Chile, y que aquel caso "fue el principio del fin de la democracia" en Venezuela. Antes de reunirse con Kast, López visitó la Convención Constituyente, donde fue recibido con insultos y huevazos.
"El gobierno interino se ha deformado"
La chispa de la división opositora la terminó de encender el domingo pasado Julio Borges, expresidente del Parlamento venezolano. "La noción del gobierno interino tiene que desaparecer completamente, no podemos seguir con una nómina, con una burocracia que el año pasado llegó a casi 1.600 personas, nosotros pedimos eliminar eso completamente", dijo Borges durante una videoconferencia desde Colombia en la que renunció a su cargo de "canciller interino".
"Hay que dar pasos de reforma a todo lo que se ha llamado gobierno interino (...), el gobierno interino se ha deformado", planteó el exrepresentante de Venezuela ante el Grupo de Lima. "Hemos perdido legitimidad, apoyo internacional, porque ha habido demasiadas contradicciones, ha habido demasiados errores, ha habido demasiados escándalos y eso ha hecho que el mundo haya puesto el caso venezolano en la nevera, en la espera", remarcó Borges. Por eso, señaló que es apremiante "reconstruir y acumular la fuerza para volver a ganar legitimidad".
Miembro del partido Primero Justicia, uno de los cuatro principales de la oposición y parte de la coalición de Guaidó en la Asamblea, Borges insistió en la necesidad de que los partidos políticos opositores se separen del manejo de los activos del exterior como el caso de las filiales de Petróleos de Venezuela en Colombia, Monómeros Colombo Venezolanos y Citgo en Estados Unidos.
"El tema de los activos fuera de Venezuela es realmente un escándalo", dijo Borges y agregó: "No hay voluntad política de los partidos para hacer lo que hay que hacer: crear un fideicomiso para que estos activos se separen de la gestión de los partidos políticos, especialmente del partido de Juan Guaidó, y entonces se pueda tener independencia y transparencia".