El hambre en América Latina y el Caribe está en su punto más alto desde 2000. Aumentó 13,8 millones durante 2021, alcanzando a 59,7 millones de personas que viven con hambre en la región. De ese total, 16 millones son argentinos y argentinas, cifra que se duplicó en los últimos cinco años sobre todo en los últimos dos años del gobierno de Mauricio Macri.
En Argentina, la cantidad de personas con inseguridad alimentaria, es decir que se saltean a diario e involuntariamente algunas de las comidas recomendadas para una dieta mínima o pasan más de un día en ayunas varias veces al año, pasó de 8,3 millones en 2016 a casi el doble desde el fin de la gestión de Macri- entre 2017 y 2019 ya había aumentado a 15,9 millones- y se agudizó durante la pandemia llegando a 16 millones, un 35,8 por ciento de la población. Los datos surgen del panorama regional sobre seguridad alimentaria que elaboró la oficina de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) para América Latina y Caribe.
Entre los periodos 2014-2016 y 2018-2020, todos los países con información disponible
mostraron un aumento de cantidad de personas con hambre, aunque esa suba fue más aguda en Argentina que alcanzó los 16,6 puntos porcentuales, Ecuador con 12 puntos
porcentuales y Perú en 10,6 puntos porcentuales. Por su parte, en Chile y Guatemala
subió 7 puntos porcentuales, mientras en Brasil y El Salvador creció en 5 puntos
porcentuales.
Como causa o efecto de esta inseguridad alimentaria, la FAO releva también otras formas de malnutrición, como el sobrepeso. En la mayoría de los países de la región, el sobrepeso tendió a aumentar, alcanzando uno de cada cuatro adultos, unas 106 millones de personas, con obesidad en la región.
Para 2020, Argentina, Barbados, Cuba, Panamá, Trinidad y Tobago y Uruguay, mostraron los porcentajes más altos de sobrepeso en menores de 5 años en la región, rondando el 10 por ciento. En tanto las menores tasas se registran en Guatemala, Suriname y Haití con guarismos por debajo del 5 por ciento.
Una región con hambre
La prevalencia del hambre en América Latina y el Caribe se sitúa actualmente en 9,1 por ciento, la más alta de los últimos 15 años, aunque ligeramente por debajo del promedio mundial de 9,9 por ciento. Solo entre 2019 y 2020 aumentaron en 2 puntos porcentuales la cantidad de personas que pasan hambre en la región, y de casi 79 por ciento desde 2014.
Entre 2019 y 2020, centroamerica experimentó el mayor aumento, de 2,5 puntos porcentuales, alcanzando su valor más alto en los últimos 20 años: 10,6 por ciento, o 19 millones de personas. El caribe tiene el porcentaje más alto a nivel regional - 16,1 por ciento, 7 millones de personas-, mientras que en América del Sur el hambre afecta a 33,7 millones de personas, el 7,8 por ciento de la población.
La inseguridad alimentaria no afectó por igual a hombres y mujeres. En 2020, el 41,8 por ciento de las mujeres de la región experimentaron inseguridad alimentaria moderada o grave, en comparación con el 32,2 por ciento de los hombres. Esta disparidad fue en aumento en los últimos seis años con un pico del 6,4 por ciento en 2019 al 9,6 por ciento en 2020.
El sobrepeso infantil también aumentó en los últimos 20 años en la región. En 2020, 3,9 millones de niños y niñas —el 7,5 por ciento de los menores de cinco años— tenían sobrepeso, casi 2 puntos porcentuales por encima del promedio mundial. "Este informe nos muestra una cruda realidad que debemos enfrentar de lleno para mitigar la situación de la población más vulnerable. Al expandir los sistemas nacionales de protección social, por ejemplo, los gobiernos pueden llegar a los más necesitados con asistencia para ayudarlos a superar estos tiempos difíciles”, explicó Lola Castro, directora Regional del Programa Mundial de Alimentos.
Desde la FAO hicieron hincapié en que la pandemia solo agudizó un problema que ya era grave desde antes de la crisis sanitaria: “En América Latina y el Caribe, el COVID-19 ha empeorado una crisis de malnutrición preexistente. Con los servicios interrumpidos y los medios de vida devastados, las familias tienen más dificultades para poner alimentos saludables en la mesa, lo que deja a muchos niños y niñas con hambre y a otros con sobrepeso. Para que crezcan sanos, debemos asegurarnos de que todas las familias tengan acceso a alimentos nutritivos y asequibles”, complementó Jean Gough, Director Regional de UNICEF para América Latina y el Caribe.