El 14 de diciembre de 1986 no es una fecha más para River Plate. Ese día, en la lejana Tokio, obtuvo por primera y única vez el título de campeón del mundo a nivel clubes, al ganar la Copa Intercontinental Europeo-Sudamericana.
El equipo superó 1-0 a Steaua Bucarest de Rumania, con un gol convertido por el uruguayo Antonio Alzamendi, y de esa manera se quedó con la Triple Corona: campeonato oficial '85-'86 (con coronación en la Bombonera), Copa Libertadores '86 e Intercontinental.
Los rumanos fueron un rival difícil, ya que venían de consagrarse campeones de Europa luego de derrotar por penales en la final a Barcelona de España. Y ese plantel luego sería la base del seleccionado del país en los mundiales de 1990 y 1994.
El encuentro marcó la despedida de la actividad de Norberto Alonso, figura emblemática de la institución en los '70 y los '80, y que luego tendría su partido homenaje en junio de 1987.
Alonso, precisamente, reaccionó rápido en la salida de un tiro libre y le permitió a Alzamendi, luego de un rebote entre el arquero y el palo, conectar con la cabeza y marcar un gol que quedará en la historia.
River formó en aquella oportunidad con Nery Pumpido; Jorge Gordillo, Nelson Gutiérrez, Oscar Ruggeri, Alejandro Montenegro; Héctor Enrique, Américo Gallego, Roque Alfaro (Daniel Sperandío), Norberto Alonso; Antonio Alzamendi, Juan Gilberto Funes.
El club de Núñez rindió un homenaje hace unas semanas a esos campeones, antes de un partido del equipo de Marcelo Gallardo, y Página/12 pudo dialogar con dos de los protagonistas de aquella gloria alcanzada.
"Es una alegría plena poder tener este reconocimiento después de tantos años. Creo que nunca es tarde para ser reconocido. Es una gran satisfacción que River nos haga un homenaje. Nos hacen sentir valorados por el club", dice Alejandro Montenegro, el exlateral izquierdo.
Montenegro explica también la complejidad de ganar un título de esta magnitud, teniendo en cuenta que la entidad no lo pudo repetir: "Esta es una situación que no se le ha dado a otros equipos que estuvieron ahí, por distintas situaciones. Igualmente, creo que en poco tiempo el club va a tener otro título mundial como lo obtuvimos nosotros. Nos tocó marcar un principio que sigue estando en la historia, y realmente eso nos pone muy contentos".
Y agrega: "Yo no sé si otro equipo de River lo pudo igualar al del ’86, pero puedo decir que nosotros empezamos a mostrar el camino del inicio de los torneos internacionales. A River se le venía negando todo eso, nosotros logramos la Triple Corona, dimos la vuelta en la cancha de Boca, y creo que eso tiene un valor extra con respecto a los demás planteles".
En relación a uno de los equipos de River que se pueda parecer a ese campeón, Montenegro remarca "el primer plantel de Marcelo Gallardo, el de 2014 y 2015. Ese creo que tenía todo el condimento para llegar, y creo que era lo más parecido al del ’86 por juego, por dinámica, contundencia, jugadores de jerarquía. Ese era el equipo que más se asemejaba".
Con los nuevos formatos en los torneos sudamericanos, Montenegro destaca que "más allá de ganar un título de Copa Libertadores, lo que se necesita es llegar con las mismas ganas y el mismo ‘hambre’ a un Mundial de Clubes. Ahora no hay mucho tiempo de recuperación, porque festejás un logro y enseguida jugás el Mundial de Clubes, y es difícil reprogramarse tan rápido. Pero River en poco tiempo lo va a lograr, va en ese camino. La estructura del club está muy sólida y se puede conseguir".
Por su parte, Claudio Morresi, el exvolante que también formó parte de esos festejos, señaló: "Para mí es una emoción muy grande, uno revive lo que fueron esos tiempos. Se entristece por algunos compañeros que no están como (Juan Gilberto) Funes o (Hernán Darío) Gómez, pero es importante las acciones que se hacen para homenajear a los que ganamos la primera Copa Libertadores, y el otro título que fue el único hasta el momento". Y aclara: "Es bueno para los que vivimos ese momento. Es lindo el reconocimiento de la gente, y nos hace recordar cuando uno era jugador".
Respecto de los motivos por los que River no pudo volver a ganar ese título, transformado ahora en el Mundial de Clubes, Morresi expresa que "el fútbol europeo se ha potenciado con jugadores de todo el mundo, y eso hace que sea más difícil ganar la Copa Intercontinental. La nuestra fue difícil también, porque Steaua Bucarest le había ganado a equipos muy importantes. Tal vez sea eso, y este grupo fue el único en la historia de River Plate que ganó lo máximo".
Para Morresi, "el River que ganó la Copa Libertadores en 2018 fue uno de los mejores: tenía un nivel de jugadores y una convicción en el juego asociado, más la personalidad de muchos de sus integrantes, que hace que se parezca al del ’86".
La jerarquía individual no alcanza para ganar este tipo de títulos, según Morresi, "porque para salir campeón de todo no sólo son buenos jugadores, es una unión de situaciones que potencian, y ese River tenía excelentísimos jugadores, un muy buen manejo de grupo, y tenía esa llama sagrada que es muy difícil de definir con palabras, que donde iba a jugar terminaba ganando. A Boca le ganó en todos lados y dio la vuelta olímpica en su cancha. Se ganó la primera Libertadores, y cuando fue a Japón ganó como había que ganar".