El fiscal general de la provincia mediterránea, Maximiliano Hairabedian solicitó elevar a juicio oral al docente de la Facultad de Odontología de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC), acusado de extorsionar a sus alumnos a cambio de “apoyo” para aprobar la materia a su cargo.

La fiscalía también pidió el enjuiciamiento de quienes administraban la academia privada que brindaba el "apoyo" ofrecido y de la decana de la facultad, por incumplimiento de los deberes de funcionario público.

De acuerdo con la acusación, desde la década del '90 hasta la actualidad, Luis Augusto Olmedo, primero como docente de cátedra, y desde abril de 2004 como profesor titular de Microbiología e Inmunología de la Facultad de Odontología de la UNC, "habría ideado un sistema extorsivo", con la complicidad de Adrián Casalis y de Augusto Massimino, para aprobar los exámenes solo de quienes hubieran cumplido con el curso impartido por una institución privada, la pseudo academia que funcionaba bajo el nombre de AOC (Apoyo Odontológico Córdoba).. 

Según la investigación, si los alumnos no realizaban el curso en cuestión se exponían a ser aplazados una y otra vez.

La intimidación, de acuerdo con la Fiscalía, era ejercida por Olmedo a través de aplazos sistemáticos, masivos o reiterados a quienes no pagaban o filtraban información del sistema de extorsión en marcha.

"A los chicos que no tenían plata para pagar los desaprobaba, se presentaban hasta seis veces y nunca aprobaban, les arruinaba la vida", contó a Página/12, Ricardo Moreno, abogado del Centro de Estudiantes de la Facultad de Odontología, que reunió más de cincuenta denuncias de alumnos y exalumnos del profesor.

Bajo la fachada de un centro de enseñanza oficial, el refuerzo de las clases era dictado por Casalis, quien no era médico, tenía limitado conocimiento, y solo brindaba a los alumnos el material que luego tomaría Olmedo en los exámenes, explicaron los damnificados.

Una vez abonado "el curso", los alumnos recibían un “apunte” numerado, para identificar a qué alumno pertenecía cada ejemplar, impreso en hojas oscuras, para que no pudiera ser fotocopiado.

En 2015, Olmedo y Casalis se distanciaron, la falsa academia se mudó a Nueva Córdoba, y quedó al mando de Massimino hasta septiembre de 2020.

La acusación también señala que Olmedo infundía temor en sus estudiantes, principalmente a las mujeres, con quienes tenía un trato misógino.

Para la Fiscalía, la actuación de Olmedo no solo era de público conocimiento en la facultad, sino que además habían sido denunciada ante las autoridades de la carrera, cuya decana, Mirta Spadiliero de Lutri, desoyó las denuncias, razón por la cual también se pidió su enjuiciamiento por incumplimiento de los deberes de funcionario público.