"El nene estuvo toda la noche tirado ahí y nadie me dio explicaciones. Yo le descubrí que tenía un tiro en el pecho", dijo Judit Aristegui, la mamá de Luciano Olivera, el chico de 16 años asesinado en Miramar por un agente de la Policía Bonaerense. Acompañada por Cintia López y Mario González, los padres de Lucas González, Judit brindó este martes una conferencia de prensa en la que detalló todo lo sucedido la noche en que el agente Maximiliano González baleó a su hijo. Entre otras cosas, denunció que los efectivos bonaerenses que llegaron al lugar le pegaron para intentar esposarla cuando pedía explicaciones y responsabilizó a otros cinco efectivos que iniciaron la persecución. "Nosotros no nos quedamos solo con el que tiró", advirtió el abogado de las dos familias, Gregorio Dalbón. Este martes se confirmó que el arma del agente detenido funcionaba correctamente, pese a que González había dicho que se disparó por accidente.
Pasadas las 19 30 del martes, los padres de Lucas se sentaron junto a Judit para escucharla relatar los hechos en su casa de Miramar. Frente a la prensa, y acompañada también de Dalbón, la madre de Luciano dijo que en la madrugada del pasado viernes, al llegar a la avenida 9, entre las calles 32 y 34, encontró a su hijo tirado: "Me tiro arriba del nene y me doy cuenta que está muerto. Nadie me explicó nada de lo que había pasado. Yo le descubrí en el pecho una mancha de sangre chiquita, le levanto la ropa y tenía un tiro", contó Judit, quebrada, mientras a su lado Cintia exhibía una foto de Luciano con la consigna "por siempre en nuestro corazón". “La muerte de Luciano me rompió el corazón de nuevo. Lo único que quiero es justicia. Sé de su dolor, sé que estamos muertas en vida”, aseguró Cintia.
"Empiezo a pedir explicaciones, me dicen que me tranquilice y me empiezan a agarrar de todos lados. El nene estuvo toda la noche tirado ahí y nadie me dio explicaciones", continuó su relato Judit. Además, la mujer contó que recién "a las 6 de la mañana llegó el comisario, que tampoco me explicó nada". Allí, narró Judit, ella misma encontró junto al cuerpo de Luciano una vaina servida: "El comisario me dijo que me tranquilice, que había sido un accidente y después dio la orden de que me esposaran. Me pegaron para esposarme pero yo me tiré arriba del nene y no me levanté", recordó.
Frente a las cámaras, Judit se arremangó su remera y mostró los moretones que todavía tiene de aquellos golpes. "Le pegaron con un palo en el brazo", explicó entonces Dalbón. "Nosotros no nos quedamos solo con el que tira, vamos a ir por todos los que le pegaron a ella y por todos los que esposaron a los chicos", dijo el abogado en relación al caso de Lucas, en el que la Policía porteña detuvo ilegalmente a los tres amigos del chico luego del asesinato.
Temprano en la mañana, la madre de Luciano había declarado frente a la fiscal que lleva el caso, Ana María Caro. Allí, señaló a otros cinco policías que iniciaron la persecución, antes de que Maximiliano González interceptara a Luciano para dispararle. También declaró Marcos, pareja de Judit, quien expresó ante la prensa que “queremos que se haga justicia, no queremos que vaya preso él solo. Vamos por todos, no vamos por una sola persona”.
En relación a lo ocurrido esa noche, Marcos dijo que Luciano "iba para casa a devolverme la moto y le dije 'llevátela, andá y después alcanzámela', y pasó todo lo que pasó”. "Venía de jugar a la pelota, estaba terminando la escuela, le quedaban dos años, quería llegar a jugar en primera pero este asesino vestido de policía me lo mató", dijo por su parte Judit durante la conferencia.
“Nos decían que había sido un accidente, pero después cuando vimos que él tenía el orificio de una bala ahí empezamos a enloquecer, en el momento uno no sabe qué hacer”, recordó Marcos lo que ocurrió aquella noche. Judit, en tanto, aseguró que "la policía se me reía, estaban todos con los celulares. Recién a las 8 vino la fiscal y supe quién le había tirado. A esa hora levantaron al nene".
Este martes, en tanto, también se conocieron los resultados de los primeros peritajes del arma reglamentaria de González. Aunque en su primera declaración el hombre de 25 años había dicho que el arma se disparó accidentalmente, los peritos del Instituto de Ciencias Forenses de Mar del Plata determinaron que la Bersa 9 Milímetros funcionaba normalmente. Por otro lado, también concluyeron que la vaina servida secuestrada en el lugar se corresponde con el arma de González.
"No existe la opción de que el arma se haya disparado sola. Y en caso de que existiera, viene todo mal desde arriba. Él lo estaba esperando con el arma en la mano. A la velocidad que venía Luciano, le dio tiempo a hacer todos los pasos que lleva disparar un arma", había afirmado Judit antes de conocerse los resultados. Por estas horas, la fiscal aguarda también los resultados de los exámenes toxicológicos tomados al detenido. Además, el Cuerpo de Ayudantía Técnica de la Fiscalía inició el análisis de las imágenes de las cámaras de seguridad de la zona, para intentar reconstruir la persecución y el momento del balazo.
Este martes también se conoció la renuncia de uno de los abogados que defendía a González. Lautaro Resúa emitió un comunicado en el que indicó que se retiraba de la defensa por "motivos personales" y aseguró que la decisión "no se motiva en la culpabilidad o inocencia de González ni en precisiones técnicas de la causa". En el inicio de la investigación, Resúa también había afirmado que al efectivo acusado de asesinar a Luciano "se le escapó el tiro" y que en ningún momento "le apuntó" con su arma reglamentaria a la víctima.