Mariano Llorens asumió como presidente de la estratégica Cámara Federal porteña, que revisa las decisiones de los jueces de primera instancia de Comodoro Py y que durante los últimos once años encabezó Martín Irurzun, cara visible de la célebre doctrina de las relaciones residuales que permitió detener arbitrariamente a exfuncionarios durante el gobierno de Mauricio Macri. Llorens se convirtió en camarista en 2018, durante esa misma gestión, y fue denunciado por visitar la Casa Rosada ese mismo año.
Los jueces que integran las dos salas de la Cámara Federal se encerraron este martes a la mañana en la sala de acuerdos de Comodoro Py y buscaron mantener en reserva los pormenores de ese encuentro. En el acta de la reunión, una ratificación de la escasa transparencia que caracteriza al Poder Judicial, no quedó registrado quién propuso el nombre del nuevo presidente, quiénes lo respaldaron ni cómo votó cada uno.
Llorens asumió el cargo en junio de 2018 y tiene un vínculo personal con varios miembros del esquema judicial PRO, como el exviceministro de Justicia, Santiago Otamendi.
En septiembre fue denunciado para que se investigue su visita a Casa Rosada el 17 de diciembre de 2018. Según los registros oficiales, el juez fue al despacho de asesores que compartían José Torello y el operador todoterreno Fabián “Pepín” Rodríguez Simón, hoy prófugo. Minutos después se registró la llegada de Juan Bautista Mahiques, el funcionario del Ministerio de Justicia encargado de la relación con el Poder Judicial y quien representaba al gobierno de Macri ante el Consejo de la Magistratura.
Según la denuncia, Llorens permaneció allí por cinco horas. Los denunciantes mencionan además una visita a la residencia de Olivos el 6 de septiembre de 2019. Llorens ingresó con Pierre Pejacsevich, un ex gerente del Banco Macro que solía jugar al bridge con Macri.