La baja sustancial en los casos de coronavirus en todo el país en la última etapa del año posibilitó que las universidades públicas empezaran a planificar el ciclo lectivo 2022 con características similares a la etapa prepandemia, más allá de la incorporación de actividades no presenciales y sin perder de vista los cuidados necesarios ante el avance de nuevas variantes del COVID-19.
Con matices y según la región, algunas casas de estudios, a raíz de esa situación favorable, volvieron a la forma presencial de manera gradual en el segundo cuatrimestre y otras lo hicieron con cautela sólo en exámenes finales. No pocas actividades seguirán virtuales, especialmente algunas teóricas. En laboratorios, entre otros espacios, donde resultaba imposible cursar de manera virtual, retornaron a lo presencial y planean una vuelta masiva a las aulas.
Para trazar un balance del año que termina y avizorar el nuevo ciclo, el Suplemento Universidad consultó a los rectores Alberto Barbieri (UBA), Enrique Mammarella (UNL), Diego Molea (UNLZ), Darío Kusinsky (UNPAZ), Tadeo Berenguer (UNSJ) y Víctor Moriñigo (UNSL).
Quienes conducen las universidades analizaron el Presupuesto 2022 y destacaron las investigaciones desarrolladas en sus respectivas instituciones como parte de la lucha contra la pandemia.
Además, coincidieron en ponderar el papel de los profesionales de salud a nivel general y en particular el de las universidades, y el trabajo de docentes, investigadores, personal no docente, graduados y voluntarios durante la pandemia.
El retorno a las aulas
La Universidad de Buenos Aires, la mayor del país, con 335.000 estudiantes de grado y 35.000 docentes, “preservó la continuidad pedagógica a través de canales principalmente virtuales y durante este segundo cuatrimestre comenzó un regreso gradual a las clases presenciales”, afirmó Barbieri.
Para el rector, “el segundo año de pandemia alteró el normal funcionamiento de la universidad, pero no la desvió de sus objetivos estratégicos. Cerca de 18.000 alumnos tuvieron clases prácticas siguiendo los sucesivos protocolos sanitarios”.
Por su parte, Mammarella explicó que “muchas carreras con actividades prácticas se hacen en dispensarios, hospitales y laboratorios, y también las de Veterinaria y Agronomía”.
“Este año hemos recuperado las clases presenciales en la parte experimental. Y hay actividades teóricas y prácticas, y otras teóricas presenciales. Por supuesto que hay actividades que no se pueden hacer desde casa, aunque otras sí”, subrayó el rector de la Universidad Nacional del Litoral.
Desde el conurbano bonaerense, Molea resaltó que la Universidad Nacional de Lomas de Zamora “pudo no sólo garantizar la cursada como sucedió en 2020, sino comenzar un regreso paulatino con todos los cuidados. Se tomaron exámenes presenciales, se están realizando prácticas en laboratorios y salidas de estudio, y también se pudo realizar importantes actividades extracurriculares. También retornamos a las colaciones de grado presenciales”.
“Lo aprendido en 2020 nos sirvió para seguir acompañando a nuestros estudiantes durante el año. El desarrollo de herramientas para la cursada virtual nos permitió dictar carreras de grado y posgrado, enriquecer la oferta de capacitación y cursos extracurriculares. Esta modalidad trajo cambios que llegaron para quedarse”, detalló.
Asimismo, Moriñigo señaló que la casa de estudios de San Luis organizó “una jornada de reflexión para escuchar y analizar el futuro de cara a 2022, porque habrá actividades presenciales con alguna flexibilidad hacia la virtualidad. La idea es hacer base presencial y empezar el calendario un poquito antes para aprovechar la buena temperatura”.
Berenguer, por su parte, anticipó que para el nuevo ciclo lectivo “está prevista la vuelta a la modalidad presencial con los protocolos que estén en vigencia en ese momento”.
“Será la forma presencial asistida con todas las herramientas tecnológicas vinculadas a los sistemas virtuales, porque hicimos una inversión en aulas híbridas y en generación de medios que potencien la educación bimodal y a distancia, permitiendo otras formas de inclusión social”, aseguró el rector de la Universidad Nacional de San Juan.
Sobre el próximo período académico en la UBA, Barbieri anunció que “el objetivo es hacer un retorno masivo y seguro a las aulas”. Al realizar un balance, enfatizó que “este tiempo de pandemia fue aprovechado para optimizar los procesos virtuales de la institución y promover mejoras de conectividad en facultades y colegios”.
Para Mammarella, “el aforo va a cambiar en 2022. Si las condiciones siguen así y la cantidad de vacunados sigue aumentando, y más con la tercera dosis, aspiramos a la normalidad el año próximo, pero siempre con cuidados”.
El rector de la UNL avizoró que “el uso de barbijos va a seguir por un tiempo más y algunas cosas van a quedar, por ejemplo, unas 140 actividades de grado y de pregrado; y hay actividades pedagógicas que podrán quedar en forma virtual”.
En 2022, la UNLZ cumplirá 50 años y se proyecta desafíos. En palabras de Molea: “Debemos desarrollar las nuevas modalidades de cursada, incorporando las tecnologías de forma convergente; fortalecer el retorno de la presencialidad segura, y seguir robusteciendo los sistemas de modalidad híbrida. En ese sentido, es central continuar trabajando como lo vienen realizando las facultades para que la experiencia de este tiempo de pandemia nutra las prácticas pedagógicas en las aulas”.
La autoridad lomense planteó que “es necesario seguir profundizando las relaciones con la comunidad atendiendo a las necesidades de desarrollo local” y señaló que “el lazo con el territorio es parte de nuestra identidad: durante este año desarrollamos distintos trabajos conjuntos con los municipios y con instituciones locales”.
Además, evaluó que “resulta imprescindible avanzar en la creación de carreras que incluyan las competencias del futuro. La Universidad forma profesionales, pero también participa del debate sobre el modelo de país que queremos, y sobre todo, los conocimientos y aptitudes que serán necesarios para llevar ese proyecto adelante”.
Por su parte, Kusinsky indicó que junto a docentes, no docentes y estudiantes de la Universidad Nacional de José C. Paz se proyectan “las condiciones de cursada de materias de verano y del primer semestre de 2022”.
“El objetivo es garantizar la mayor presencialidad posible, aplicando los protocolos de cuidado, que emitimos contando con el previo acuerdo de los gremios docente y no docente y alentando a la comunidad universitaria a estar vacunada como medida indispensable”, afirmó.
Por un presupuesto fortalecido
A fines de agosto pasado, los rectores, agrupados en el Consejo Interuniversitario Nacional (CIN) y con la presencia del entonces secretario de Políticas Universitarias, Jaime Perczyk (ahora ministro de Educación), se habían reunido en Santa Fe y acordaron un monto global de Presupuesto 2022 para las casas de estudios superiores.
“El CIN aprobó su propuesta de presupuesto universitario. Con base en el incremento de la pauta salarial e inflacionaria previstas, el monto total solicitado asciende a 407.917.707.522 pesos”, había informado ese organismo.
Moriñigo (UNSL) recordó, en ese sentido, que “originalmente hubo una planilla que había presentado el entonces ministro (Nicolás) Trotta para todo el sistema universitario”, que ascendía a 335.000 millones. “Será muy bueno que haya una mejora para las universidades y así estamos más tranquilos”, enfatizó.
Para Mammarella (UNL), “esa diferencia era muy importante teniendo en cuenta la inflación”. En ese sentido, resaltó que lo acordado en Santa Fe es “el presupuesto general que necesitamos para todo el sistema”.
Por su parte, Molea (UNLZ) señaló: “Estamos muy atentos a lo que suceda con el presupuesto para las universidades; sabemos que es algo que todavía se está ajustando debido a algunos errores que desde el Ministerio aclararon. Tenemos un ministro que fue rector y conoce lo que es pelear por los recursos necesarios que permitan mantener el funcionamiento y además invertir en infraestructura, programas, becas, todas cuestiones que impactan en el rol de la universidad como igualadora de oportunidades”.
“La educación es inversión, y la tarea de las universidades es central, ya que su producción científica y de extensión vuelve a la sociedad, como se vio incluso en pandemia, cuando todas las universidades nos pusimos a trabajar, desde el desarrollo de vacunas y equipamiento, hasta voluntariados y trabajo en el territorio con los sectores vulnerables”, analizó.
Kusinsky (UNPAZ), en tanto, aseguró que ve “un fuerte acompañamiento del Estado nacional al sistema universitario” y valoró a Perczyk porque “cuando era secretario de Políticas Universitarias puso al día, por ejemplo, las transferencias a favor de las universidades para gastos de funcionamiento que tenían un retraso de seis meses”.
“Es importante destacar el proyecto de Presupuesto 2022 consensuado con los rectores y rectoras en Santa Fe, porque contiene previsiones necesarias para que nuestras instituciones enfrenten el 2022 en un escenario que no restrinja sus actividades, sino que recompongan el presupuesto necesario para el desarrollo de una política de financiamiento expansiva”, evaluó.
En ese sentido, Berenguer (UNSJ) reflexionó: “La necesidad de disponer recursos para gastos de funcionamiento y las obras necesarias para la vuelta a las clases presenciales requieren una mayor atención presupuestaria”.
Investigación: crecer y multiplicar
La consolidación de las investigaciones fue un denominador común durante este año, como parte de las labores comenzadas en 2020 tras la pandemia. Para Mammarella, “una de las investigaciones a destacar está relacionada con la producción de vacunas (contra el coronavirus), como son los casos de las universidades de San Martín, La Plata y del Litoral”. El rector remarcó que los ensayos toxicológicos de esos desarrollos “se realizan en el Centro de Medicina Comparada (CMC)” de la UNL.
Moriñigo, por su parte, indicó que en la UNSL “se hicieron desarrollos muy interesantes en un PCR múltiple (siglas en inglés de Reacción en Cadena de la Polimerasa), a cargo de biólogos moleculares de la Universidad”.
“Y con el test de coronavirus hacer el mismo test para detectar otras enfermedades. Eso me parece que es lo destacable a nivel nacional”, precisó.
Asimismo, Kusinsky resaltó el desarrollo de un kit serológico (ELISA) para la detección de anticuerpos contra el COVID-19 impulsado por la Agencia de Promoción de la Investigación, el Desarrollo y la Innovación, y Unidad Coronavirus, dirigido por Leticia Bentancor (UNPAZ-CONICET). Y también ponderó que en esa institución se desarrolló el programa “Trabajo, género y desigualdades” en la PBA, dirigido por Nora Goren, que apunta a “producir datos sistematizados respecto de la situación socio-laboral y familiar de los hogares a partir de la crisis provocada por la pandemia”.
Más allá de las investigaciones vinculadas con el coronavirus, las casas de estudios superiores continuaron con otras líneas exploratorias. Berenguer sostuvo que la investigación en la UNSJ “se lleva a cabo en una diversidad de institutos en todas las áreas de las ciencias y las artes” y detalló: “La Universidad tiene seis unidades de doble dependencia UNSJ-CONICET vinculadas con la energía eléctrica y sistemas de control, y las ciencias astronómicas, de la tierra y del espacio”.
Además, señaló que el trabajo recae en “ciencias de la geósfera y la biósfera; planeamiento y hábitat; y en el Observatorio Astronómico El Leoncito”, y celebró que la institución posee “institutos de avanzada que nos vinculan con la región, el país y el mundo”.
Entre aniversarios y proyectos
Creada por un decreto el 9 de agosto de 1821, la UBA quedó inaugurada con un acto que se hizo en la Iglesia de San Ignacio, tres días después. A partir de 1881 dejó de ser provincial y pasó a depender del Estado nacional. A dos siglos, Barbieri resaltó que esa institución “está dando grandes pasos en materia de cambio tecnológico: hoy, todas las personas que ingresan a la universidad son estudiantes digitales, porque los trámites, desde el CBC hasta la gestión del título, se hacen de manera virtual”.
“A pesar de las dificultades, este bicentenario se planteó como una oportunidad para estrechar el vínculo con la sociedad. Con sus avances y retrocesos, la UBA acompañó la historia de nuestro país y hoy es una de las instituciones más reconocidas en el exterior”, enfatizó.
Subrayó que la institución “es un verdadero patrimonio público que debe ser defendido y mejorado permanentemente con más y mejor educación masiva y de calidad, y con más y mejor investigación asociada a la producción y a las cadenas de valor”.
Este año, también estuvieron de festejo las universidades de Río Cuarto y Comahue, que cumplieron medio siglo de vida, y la del Sur, que recordó sus 75 años de actividad académica.
En 2022, celebrarán sus 50 años las universidades de Lomas de Zamora –la primera del conurbano bonaerense–, Salta, Catamarca, Luján y La Rioja (esta última evocó el hito en 2021).
Como parte de una política educativa de ampliación de derechos, durante este año se anunció la creación de las universidades nacionales del Delta, Pilar, Cuenca del Salado y Saladillo, además de la nacionalización de la Provincial de Ezeiza y la transformación del Instituto Universitario Nacional de Derechos Humanos (Universidad de las Madres de Plaza de Mayo) en casa de estudios superiores.