A punto de cumplir 20 años, la cantante y compositora estadounidense Billie Eilish habló sobre su exposición a ver pornografía, que comenzó desde su infancia para "sentirse cool", y cómo esto le provocó pesadillas y hasta le trajo consecuencias en sus relaciones de adulta.
“Como mujer, creo que la pornografía es una vergüenza. Solía ver mucho porno, para ser honesta. Empecé cuando tenía como 11 años", contó la superestrella, en una entrevista con Howard Stern para su programa radial The Howard Stern Show. "Creo que realmente destruyó mi cerebro y me siento increíblemente devastada por haber estado expuesta a tanta pornografía violenta", agregó. También contó que sufría pesadillas porque parte del contenido que veía era muy violento y abusivo.
"Las primeras veces que mantuve relaciones sexuales no dije que no a cosas que no eran buenas. Fue porque pensé que eso era lo que se suponía que me tenía que gustar", contó la artista y agregó que esos contenidos "distorsionan" la imagen corporal de las mujeres y mienten sobre cómo tienen que lucir sus cuerpos.
Durante la entrevista, la artista recordó que comenzó a mirar porno porque “pensaba que era una más del grupo de los chicos ‘listos’ que hablaba de eso”. "No entendía por qué eso era algo malo. Pensé que era la manera en la que aprendías a tener relaciones sexuales", añadió. Asimismo, recordó que su madre quedó "horrorizada" cuando se le contó. Finalmente, Eislish intentó dejar un mensaje para sus fanáticos, en su mayoría niños y adolescentes, y señaló que es un "verdadero problema" que la pornografía puede distorsionar lo que es normal durante el sexo, incluyendo el asunto del consentimiento.
Esta opinión la comparten expertos y organismos que se enfocan en el bienestar de la niñez, incluyendo a Unicef, que señalan que la exposición a la pornografía en edad temprana puede ser dañina.
En ese sentido, explican que la pornografía abusiva y los actos misóginos cometidos en ella pueden conducir a la normalización de estos y llegar a afectar la salud mental de los niños, entre otros efectos negativos.
En Argentina existe la Ley 26.150, que establece el derecho de niñes, adolescentes, jóvenes y personas adultas a recibir educación sexual integral en los establecimientos educativos públicos, de gestión estatal y privada. Una normativa que partió de entender que la pornografía no cumple un rol educativo a la hora de informarse y hablar de sexualidad.