La vicepresidenta Cristina Kirchner y el ministro de Economía, Martín Guzmán, mantienen regularmente charlas en las que se encuentran más coincidencias que diferencias respecto a cómo y qué negociar con el Fondo Monetario Internacional (FMI). Fuentes de ambos entornos le confirmaron a Página I12 la existencia de los contactos, que no borran las diferencias internas sobre los matices respecto a la conducción económica, pero que son una foto distinta a la creación del mito de que ciertos gestos de una parte del Frente de Todos buscan una ruptura en el proceso de negociación de la deuda de 45 mil millones de dólares que tomó la administración de Mauricio Macri. 

Llamativamente o no, la mayor coincidencia en las charlas -algunas por teléfono y otras presenciales- es el razonamiento sobre buscar mecanismos para que el FMI ayude a la Argentina a recuperar dólares fugados a paraísos fiscales, algo que la vice propuso el viernes último en la celebración del Día de la Democracia, en Plaza de Mayo. "Presidente, siempre digo que ante las grandes adversidades, grandes acciones. A Argentina no le faltan dólares, los dólares del país los tienen afuera, se los llevaron. Necesitamos que el Fondo nos ayude a recuperar de los paraísos fiscales para que paguemos. Presidente, comprométase que cada dólar que encuentre en el exterior se lo vamos a dar primero al Fondo", expresó entonces quien además preside el Senado Nacional. 

Un rato antes de que CFK pronunciara ese discurso, Guzmán se cruzó del Ministerio de a la Plaza a escuchar todas las ponencias, y no le llamó la atención la virulencia de la vice. Naturalmente, estas cuestiones no son el centro de lo que se negocia con el FMI, pero el Gobierno trabaja el acuerdo, más allá de los números, en una especie de camino de generación de conciencia colectiva sobre cuestiones irregulares del préstamo de Macri y, además, en fijar que todas las penurias anteriores y posteriores derivadas edel crédito, son responsabilidad del organismo internacional. 

Con sus modos, CFK lo expresa de manera más radical, confrontativa, pero los negociadores argentinos no dicen nada diferente. De hecho, fue el propio Presidente Alberto Fernández quien, en el cierre de la Conferencia anual de la UIA, pidió que se investigue internamente en el FMI la característica del préstamo geopolítico a Cambiemos. Todos condimentos de una negociación que es más política que numérica. 

En las conversaciones del ministro y la vicepresidenta, ya casi ni se habla de negociar sin que eso impida el crecimiento y la distribución. "Eso se da por hecho", cuentan de ambos lados. Naturalmente, en la pública la carta política no dejará de jugarse hasta minutos antes de que las partes tomen la pluma y firmen. Lo que sí puede esperarse y ya se están viendo algunas puntas es el avance en el discurso público de la responsabilidad de Cambiemos en el crédito más grande de la historia del FMI y del país. 

Hubo algunos adelantos en el debate parlamentario por el Presupuesto 2022, y seguirán cuando se presente el Plan Plurianual. Allí otra coincidencia de CFK y Guzmán: a la opinión pública y a los países socios del FMI debe quedarles claro que el desembolso de la gestión de Christine Lagarde-Trump a Macri no fue un proceso normal sino "irresponsable". El Gobierno de Cambiemos pidió a sabiendas que no tenía espalda para pagar y el organismo le concedió con la misma información, que se vio admitida en informes internos del año 2022. En esos papeles, el Fondo asegura que debió alertar a Cambiemos para que interponga un cepo cambiario que evite la fuga de divisas. Allí, el círculo vuelve a cerrarse en el inicio de este artículo, en el pedido de CFK de que se repatríen los dólares fugados o, técnicamente, la formación de activos externos, cifrados en al menos 24 mil millones de dólares. Para Guzmán y los organismos internacionales, la fuga y las guaridas fiscales que guardan dinero que no tributa en el país de orígen, son un tema a resolver en la comunidad financiera internacional. Hasta el Papa Francisco ha abordado la cuestión. 

El Parlamento y el vocero de Georgieva

La protavoz del Presidente, Gabriela Cerruti, avisó en las últimas horas que el verano 2022 puede ser caliente en el debate parlamentario. El Gobierno evalúa, según supo este diario, llamar a Extraordinarias en los primeros días de febrero, para que se debata el Plan Plurianual, que contiene las variables con las que el Ejecutivo muestra cuánto crecerá y cómo, para poder pagar. Fuentes oficiales afirman que el plan podría entrar a Diputados la última semana de diciembre para que los diputados "lo vayan viendo", y así esperar el tratamiento en el período estival. El plazo final para el acuerdo definitivo es marzo o, de lo contrario, el país caería en cesación de pagos. 

Mientras tanto, el Ministerio de Economía seguirá avanzando con reuniones por ahora virtuales con los representantes del organismo de crédito. Situación que viene ocurriendo pero que pocas veces se comunica. En este sentido, el hermetismo sigue siendo casi total de ambas partes: este jueves, el vocero del FMI, Gerry Rice, fue consultado por el caso argentino en una conferencia de prensa: "Mientras seguimos negociando y, de hecho, eso está ocurriendo, seguimos firmemente comprometidos en seguir trabajando con las autoridades argentinas en un acuerdo marco de políticas para el programa con el FMI. Por supuesto, compartimos el mismo objetivo que Argentina, que es ayudar al país y su gente a sentar las bases de un crecimiento sustentable y con crecimiento inclusivo", dijo Rice. Por último, el vocero aclaró que "no hay fecha para una próxima misión" personal entre Argentina y el FMI.