La conformación del nuevo Congreso y a 14 días de la pérdida de estado parlamentario de la Ley de Envases encendió a la Unión Industrial Argentina para adecuarla a sus requisitos, esta vez en un encuentro de trabajo con la presidenta de la Comisión de Ambiente y Desarrollo Sustentable del Senado, Gladys González (JxC).
Desde la central fabril aseguraron estar de acuerdo con la sanción de una ley que promueva la gestión integral de los residuos de envases, pero señalaron que tal como está redactado el proyecto que obtuvo dictamen a fines de noviembre "impactará de manera negativa sobre el sector productivo".
La iniciativa plantea que el productor que pone un envase en el circuito de consumo tiene una responsabilidad social extendida sobre lo que está lanzando al mercado. Por lo tanto establece una tasa de hasta el 3 por ciento del valor del producto, de forma progresiva y directamente proporcional a cuan reciclable sea el envase. La recaudación se destinará a fortalecer cooperativas de cartoneros, crear plantas de reciclaje y tratamiento de residuos, abaratar la logística y comercialización.
La "creación de nuevas imposiciones tributarias que afectan a la actividad productiva" es el punto al que más se opone el sector empresario, aunque también menciona "la falta de representación sectorial en la norma y la ausencia de un abordaje que permita construir una economía circular más integrada como propone el sector industrial".
Consensos mínimos
Como contrapropuesta, la UIA presentó un trabajo interno realizado en una comisión con representantes de más de 15 cámaras asociadas. Arribaron a un documento en el que enumeran los puntos que el sector industrial considera fundamentales para cualquier proyecto de ley sobre gestión de residuos de envases post-consumo, entre los que se destacan:
* Ley de Presupuestos Mínimos a nivel nacional para "asegurar la uniformidad y homogeneidad de criterios y pautas aplicables en cada jurisdicción. En caso contrario, cada jurisdicción quedaría librada para definir la regulación a aplicar localmente, lo que pondría en riesgo hasta hacer imposible – en algunos casos – el logro de los principales objetivos ambientales que serían la prevención y reducción del impacto en el medio ambiente de los residuos de envases post-consumo".
* Residuos de envases post-consumo asimilables a domiciliarios. Según la UIA, la necesidad debería focalizarse en "evitar la acumulación de residuos de envases post-consumo. La adecuada valorización de estos residuos contribuirá a reducir los costos de gestión".
* Gradualidad, progresividad y razonabilidad. "Estos tres conceptos son los pilares para que la normativa sea técnica, económica y socialmente sustentable, teniendo en cuenta que implica un profundo cambio cultural que requiere tiempo, a la vez de tener que montar instalaciones específicas de clasificación y recuperación".
* Libertad en el diseño de los envases teniendo en cuenta los requisitos de una gestión ambiental responsable.
* Sistemas integrales de gestión. "Es necesaria la articulación pública-privada con la participación efectiva del sector privado -cadena de envasado que incluye fabricantes de materias primas, industrias recicladoras, fabricantes de envases y envasadores - en el proceso de toma de decisiones en los SIG. El sector privado tendrá la responsabilidad de gestionar y administrar, mientras que el sector público tendrá la responsabilidad de controlar el SIG".