La reconstrucción de la muerte de Estéfano Barrios de 28 años en la localidad fronteriza de Salvador Mazza, ocurrida el 26 de abril y por la que están "provisionalmente" imputados por homicidio culposo a los policías Gabriel Alejandro Pereira y Ariel Miranda, mostró inconsistencias en el relato de estos efectivos y la querella insiste en el pedido de que se cambie la acusación a homicidio doloso (cometido con intención).
La reconstrucción siguió el recorrido realizado por Barrios, desde la plaza 9 de Julio hasta la esquina de las calles Joaquín Castellanos y Sarmiento, donde sufrió las lesiones que le causaron la muerte.
El fiscal dijo que ambos acusados, un oficial subayudante y un sargento ayudante de la Policía de la provincia, estuvieron dispuestos a participar de la recreación, en la que asumieron los roles que aseguran haber cumplido la madrugada del hecho.
La querella no cree que sus acciones se hayan limitado a ver morir a Barrios. Tras el acto judicial, el padre del joven, Jorge Barrios, y su abogado, Héctor Salomón, afirmaron que eran evidentes las contradicciones de los policías porque no podían reconstruir la escena según su versión, que sostiene que el joven se cortó el cuello con un pedazo de vidrio. "Para nosotros (a Estéfano) después de correr 800 metros, (los policías) lo reducen de atrás, lo dan vuelta, lo esposan, y lo cortan. Estamos convencidos", subrayó Salomón a Salta/12. "Tenemos una testigo que estaba a siete metros", recordó el abogado, y añadió que desde el lugar donde se hizo la reconstrucción el miércoles "se escuchaba el televisor de su casa".
Esta "testigo había manifestado que escuchó que un policía le preguntaba al otro qué había hecho con la navaja", añadió, y señaló que desde que declaró en la Fiscalía esta vecina es hostigada por vía telefónica, "sabemos que es la policía", afirmó el abogado de la querella.
Aseguró que es evidente que a Estéfano lo mataron cortándolo con una navaja, porque si se hubiera lesionado con un vidrio "el corte no puede ser tan profundo y debía ser irregular".
El abogado cuestionó además que la Fiscalía no haya indagado sobre las razones que desencadenaron tanta saña contra la víctima y la persecución policial previa. Hasta la fecha los efectivos no han podido explicar por qué perseguían a Estéfano; lo habían demorado como las 3 de la madrugada en la entrada de Salvador Mazza, luego en una estación de servicio y, por último, cuando lo vieron pasar por la plaza del pueblo comenzaron a seguirlo en el móvil policial, ya alrededor de las 5.15. Después Pereira bajó y el joven corrió en sentido sur a norte por la avenida 9 de Julio, giró a la derecha y tomó por la calle Joaquín Castellanos, para entonces Pereira volvió al móvil, la persecución en vehículo siguió hasta la calle Sarmiento, donde lo alcanzaron y lo hicieron caer, Barrios gritó pidiendo ayuda y en esas circunstancias terminó muerto. El fiscal Vega señaló que "no surgió que (Estéfano) hubiera cometido ningún ilícito".
"Yo ya he pedido que se cambie la carátula a homicido doloso, esta semana voy a pedir que se tome una medida provisional urgente. Voy a insistir con el pedido de detención de los imputados", sostuvo Salomón.
Encubrimiento, robo
La querella de la familia es crítica de la investigación oficial. Salomón señaló el miércoles que Miranda obstaculizó la investigación, y que modificó la escena del crimen cuando, a pesar de estar involucrado en el hecho, quedó a cargo la custodia desde el horario en el que la ambulancia se llevó a Estéfano, pasadas las 5 hasta las 9 de la mañana, cuando Criminalística levantó evidencias. Para el letrado, este policía colocó en la escena del crimen un pico de botella cortada, que contenía sangre de Estéfano y tierra. Dijo que con los peritos de parte tienen la hipótesis de que Miranda hundió ese pedazo de vidrio en la tierra donde había quedado la sangre derramada del joven.
Asimismo, Salomón dijo que ante la falta de la investigación fiscal respecto a qué pasó con las pertenencias de Estéfano, denunciarán el robo, "porque no aparecen la riñonera, ni el teléfono, ni documentación, ni plata que él tenía. Se lo robaron esa noche", aseguró y apuntó contra los dos policías acusados.
La familia Barrios contrató a los criminológicos Juan Daniel Delfin, Marcelo Ebber y Franco Daniel Ferrero, al médico Benito Mena y a Salomón, para intentar demostrar que Estéfano no se suicidó, sino que "lo mató la policía". El abogado acusó al Cuerpo de Investigaciones Fiscales (CIF) de haber hecho "una autopsia para encubrir" en el inicio de esta causa judicial.
"Nos ayudaron los peritos que tenemos porque estaba medio dirigida la reconstrucción pero volteamos todos los temas. Por las informaciones que tenemos de los peritos, del doctor Mena tenemos varias cosas que salieron a favor nuestro. Los policías mintieron de entrada. Esperamos para ir a juicio. Para mí, tienen que ir presos. No están trabajando pero tampoco están retirados", manifestó a Salta/12 el padre de Estéfano. Jorge Barrios también contrató a una psicóloga para la pericia de parte, la profesional le aseguró que Estéfano no tenía un perfil suicida.
Salomón evidenció su disgusto porque al comenzar la reconstrucción había muchos policías de civil alrededor suyo. "Cuando íbamos a Salvador Mazza iban dos camionetas de la Brigada también de civil", resaltó. Además, subrayó que el abogado de los policías tiene tiene rango de comisario, con lo que interpretó que hay respaldo de la misma institución policial.
"Para nosotros ha sido muy buena la reconstrucción porque la fiscalía tenía una imagen muy diferente en la relación de ciertas situaciones. Insistían en que Estéfano se había caído, que se lastima, que se le rompe la botella. Uno de los policías hizo de Estéfano y se desdibujó (el relato de) que llevaba una botella porque no la llevaba. No hay nada que corrobore que se cayó", dijo el abogado.
Dos testigos que vieron otra cosa
La querella también resaltó la participación del enfermero y el chofer de la ambulancia que asistieron a Barrios. Según contó Salomón, ambos contradijeron a los policías respecto a la forma y la posición en que encontraron al joven y la distancia del móvil policial; "se probó que han mentido", dijo el abogado. Añadió que ambos testigos recordaron que "nadie le prestaba asistencia a Estéfano, Miranda estaba en la camioneta y Pereira fuera del móvil, pero ambos alejados del cuerpo, no estaban prestando auxilio". El joven estaba todavía esposado, así lo subieron a la ambulancia y murió en el hospital.
Enfermero y chofer dijeron que al momento de subirlo a la ambulancia Barrios estaba con vida, pero "cianótico, de color azulado", un síntoma de la falta de oxígeno en la sangre.
Con esta medida se estaría cerrando esta etapa de investigación. La querella entregará a la Fiscalía un informe preliminar de sus peritos. Salomón dijo que el adelantó que pedirá la elevación de la causa a juicio.
En este expediente también hay testigos gendarmes de un puesto de la fuerza cercano a la escena de la muerte, aunque no fueron citados a la reconstrucción, se sabe que han declarado que vieron y escucharon al joven que corría y pedía auxilio. También aportaron el contenido de una cámara de seguridad y filmaciones de teléfonos celulares en las que se ve la persecución policial.
En la causa hay dos querellas, una del padre y el hermano de la víctima, Gabriel Barrios, otra, representada por el abogado Alfredo Heredia, de la madre de la joven, Julia Verdún, aunque el profesional no asistió a la reconstrucción.