“Ocho de la mañana, sol a pleno y casi 40 grados. Había ido a fotografiar la celebración del Gauchito Gil en Mercedes, provincia de Corrientes, y estaba bajo el tinglado del santuario, a la vera de la ruta 123, viendo pasar a la multitud. No entendía nada de lo que ocurría a mi alrededor.
Son miles de personas, una ruta cortada por horas con motores recalentados. El rojo que todo lo domina. Carpas improvisadas chapaleando en el barrial, autos inmemoriales y humeantes. Velas, muñequitos de todos los tamaños, santitos a 20 pesos, santotes a 600.”