Hubo finalmente fumata blanca. Tras semanas de tensiones, hubo un acuerdo entre los distintos sectores de la UCR y el gobernador de Jujuy, Gerardo Morales, fue electo presidente del Comité Nacional de la UCR por unanimidad. Desde ese lugar, Morales tiene pensado catapultarse como candidato a presidente en 2023. Su potencial contrincante, Martin Lousteau, terminó como vice segundo, luego de largas negociaciones en las que intervino Alfredo Cornejo, el titular saliente. La vicepresidenta será María Luisa Storani y Daniel "El Tano" Angelici también tendrá un lugar en la mesa de conducción. Por suerte, durante las reuniones previas para llegar al acuerdo y en la votación, no voló ningún vaso de vidrio.
El senador Alfredo Cornejo venía hace una semana intentando lograr una lista de unidad, pero recibía fuego amigo, especialmente de Morales, que no sentia que debía integrar a sus adversarios, a los que se pasó llamando "empleados de Larreta", entre otras cosas lindas. A Cornejo también le tiró, de paso, pero a través de trascendidos. Finalmente, todo se resolvió previo al encuentro en el que 94 delegados debían elegir a las nuevas autoridades. Hubo una reunión aparte con Morales, Cornejo, Lousteau, el diputado Emiliano Yacobitti y el gobernador de Corrientes, Eduardo Valdes. La última reunión en la que habían estado terminó abruptamente cuando Morales amenazó con irse a las manos con Lousteau y rompió un vaso de vidrio contra la mesa. Las esquirlas alcanzaron al gobernador de Mendoza, Rodolfo Suárez, que no formó parte del cónclave del viernes. Hombre prudente.
Después de decir que a Yacobitti "le das una calesita y la choca" y que sus contrincantes "son un grupo de chicos que nunca gobernaron", Morales se avino a negociar lugares en la conducción: les dio 6 de los 15 para cerrar. Con el acuerdo firmado -y Lousteau con un lugar en la mesa- la votación fue por unanimidad. Atrás quedó la posibilidad de que se judicializara la elección. También quedó pendiente un diálogo entre los dos bloques que existen hoy de la UCR, para ver si se retrotrae la ruptura que detonó toda la contienda la semana pasada. Mucho dependerá de cómo se repartan las autoridades de la Cámara baja. le prometieron a Evolución que les darán buenos lugares, lo que podría facilitar la reunificación.
Tras cerrar el acuerdo, Lousteau habló ante los delegados: "Hoy es un muy buen día para Juntos por el Cambio que demostró que con ideas y plantado puede cumplir con el mandato que recibió en las elecciones y es un muy buen día para la UCR, que podemos hacer un partido mucho más grande y mejor". "Soy un afiliado nuevo, mi afiliación fue producto de una elección ideológica, historia y filosófica que contempla la emoción y la razón y lo hice después de representar al partido en las PASO", aseguró el senador. "En el mundo de hoy es fácil no estar casado con nadie. Es fácil ser populista pero el único vehículo para transformar la sociedad son los partidos políticos. Tenemos que hacer un radicalismo tan fuerte que tenga más de tres gobernadores, un presidente radical e intendentes a lo largo y ancho del país y así pueda llevar adelante nuestra propuesta".
Por su parte, Cornejo consiguió dejar la presidencia del partido con un mensaje de unidad, y no entre peleas virulentas e impugnaciones judiciales. “Es y será un orgullo para mí haber presidido este glorioso partido. Me siento halagado de haber sido intendente y gobernador, electo por el pueblo de Mendoza. Pero más halagado me siento por haber sido presidente del Comité Nacional, el mismo que abracé con mi afiliación en 1983”, sostuvo el dirigente, que pasará a ser el presidente del interbloque de Juntos por el Cambio en el Senado.
Como balance de sus años como jefe del partido (desde 2017), no ahorró alguna crítica a Mauricio Macri: “Nos tocó en este tiempo volver a la oposición y anteriormente ser oficialismo en un gobierno donde no tuvimos la participación que esperábamos. En estos últimos dos años, el radicalismo como oposición logró equilibrar la ecuación de poder hacia el interior de Juntos por el Cambio. Quiero ratificar que integrar la coalición era el lugar en donde nos correspondía estar y lo resolvimos en ambas convenciones de forma democrática”. Insistió mucho en que la UCR es una "pieza central" de Juntos por el Cambio, en línea con la intención de cambiar la ecuación de poder donde el PRO siempre fue el sector dominante de la alianza opositora.
“Contribuimos al equilibro de poder y se vio claramente reflejado pos elecciones en la votación de esta mañana en la Cámara de Diputados de la Nación. Pudimos torcer la voluntad del Ejecutivo, su autoritarismo y avasallamiento y le dimos una señal a los argentinos que confiaron en nosotros de que volvemos a tener equilibrio de poder en el país”, sostuvo sobre la decisión de votar en contra del Presupuesto, lo que dejó al Gobierno nacional sin presupuesto para 2022.
“La Unión Cívica Radical es un partido con unidad y esa unidad no implica estar todos de acuerdo con todo: que haya diferencias es razonable, que haya distintas estrategias también lo es, la política es un arte que implica la construcción permanente”, aseguró. No hizo mención, en cambio, a las casi agarradas a trompadas entre correligionarios de las últimas semanas. O los golpes y empujones en la elección de la Juventud Radical. Son cosas que intentarán poner en el pasado.
Por último, Morales -que como una de sus primeras actividades piensa reunirse con el ex presidente Mauricio Macri- se mostró componedor en su primer discurso como presidente de la UCR: “No seríamos demócratas ni militantes de la UCR si no tuviéramos diferencias. La capacidad de diálogo nos permitió lograr consensos”, aseguró. Y hasta se abrazó en público con Lousteau, algo impensado hasta hace unos días. “Gracias Martín por la actitud y perdón por el exabrupto”, dijo en alusión al vaso volador. “Pensaron que iban a volar sillas en este plenario”, bromeó el gobernador de Jujuy. No faltó mucho.