Con el rechazo del proyecto de Presupuesto 2022 enviado por el gobierno nacional a la Cámara de Diputados, la oposición obstaculizó aquel mantra que repite y pide incansablemente: darle previsibilidad a una economía golpeada tras cuatro años sucesivos de crisis económica. PáginaI12 habló con empresarios de distintos sectores que compartieron su preocupación por el resultado de esta puja de poder que este diciembre dejó a la Argentina sin guía para su plan económico.
Además de la intención de demostrar poder por parte de la oposición y del impacto directo para el manejo del sector público nacional, que de cualquier manera cuenta con alternativas de acción para seguir funcionando, la iniciativa genera una sensación de inestabilidad económica. "Lo que busca la economía argentina es previsibilidad. Es el objetivo de todos los gobiernos de distinta bandera política y es la razón por la cual la economía funciona. Obviamente no aprobar el presupuesto y especialmente cuando las razones son meramente políticas es muy peligroso. Lo que menos necesitamos ahora después de 4 años durísimos es poner palos en la rueda", asegura Marco Meloni integrante y fundador de la Mesa Nacional de Unidad PyMe (MNUP).
"La ausencia de un presupuesto nacional no sólo aporta más incertidumbre a la economía, sino que agudiza la falta de diálogo que se necesita en un país para evitar que cada cuatro años haya que repensar el futuro", resume Daniel Rosato, presidente de Industriales Pymes Argentinos (IPA). "A las pymes, a los hombres y mujeres de trabajo y que nos gusta leer (en política) nos duele mucho estar tratando de salir de este embrollo y que pasen este tipo de cosas. Los pymes que saben leer esto lo toman más como una obstrucción que una colaboración y cuando vos provocaste tanto daño no tenés que obstruir, sino colaborar", agrega Meloni.
"Lo deseable es contar con un presupuesto siempre, para dar más previsibilidad en múltiples aspectos vinculados con la toma de decisiones económicas, sobre todo en lo que respecta a inversiones", coincide el gerente general de la Asociación de Fábricas Argentinas de Componentes (Afac) Juan Cantarella.
"Es imprescindible contar con una ley de presupuesto que guíe las pautas de gastos del estado y además fije las previsiones para la economía en materia de inflación, tipo de cambio, inversiones. Es una tarea del Congreso buscar acuerdos que nos permitan tener esa previsibilidad", complementa el presidente de la Cámara de la Industria Aceitera y del Centro de Exportadores de Cereales (Ciara-CEC), Gustavo Idígoras. Para Idígoras el carecer de un presupuesto anual "genera incertidumbre en los tipos de cambio y eso afecta el funcionamiento del mercado granario para exportación, así como la falta de previsión inflacionaria torna muy complejo la planificación empresarial para exportación y mercado interno".
La inflación, el problema
Una de las justificaciones más escuchadas en los discursos que durante más de 19 horas ocuparon el debate del Congreso fue la desconfianza de los números de inflación de 33 por ciento interanual proyectados por el gobierno.
"Así como la previsibilidad, igualmente deseable es que el presupuesto esté basado en supuestos realistas, ya que en caso contrario no resulta de utilidad para la brindar previsibilidad necesaria por los agentes económicos", explica Cantarella. "Es el Congreso el que debe sentarse a aprobar, es el ejecutivo el que debe fundamentar sus números, y es responsabilidad de la política tener un presupuesto nacional factible de cumplimiento", coincide Gustavo Idigoras.
Marco Meloni insiste en que esta justificación pareciera ser más una excusa que una preocupación real: "No tuvieron problema en firmar previsiones totalmente subestimadas en 2018 y 2019". Lo cierto es que los últimos presupuestos aprobados durante el gobierno de Macri quedaron muy por debajo de la inflación real. En el 2018 la inflación proyectada fue de 15,7 por ciento en tanto la real alcanzó el 47,6 por ciento. Al siguiente año se votó un presupuesto con una inflación proyectada de 34,8 por ciento que alcanzó a fin de año el 53,8 por ciento.
"Desaprobar un proyecto de Presupuesto parece un argumento alejado de la realidad ya que en otras administraciones hubo proyecciones desafortunadas, en donde la distancia entre lo planificado y lo que terminó convalidando el mercado tuvo una diferencia de más de 30 puntos. Esa razón es poco sustentable, ya que la inflación es un mal que afectó a todos los gobiernos y ninguno logró eliminarla, y si se hubiera aplicado el mismo axioma, la Argentina no hubiera tenido presupuesto en ninguno de los últimos años", sentencia Rosato.
El ex presidente de la Unión Industrial Argentina José Ignacio de Mendiguren recupera este hecho: "Es un tema muy grave no aprobar el presupuesto sobre todo en momentos como el que hoy está atravesando la Argentina. Nunca dejamos sin presupuesto al gobierno en mis años como legislador, a pesar de las proyecciones erradas".