1. Había leído, ya, algunos de los libros de Feinmann. Sin embargo, el haber tenido el privilegio de asistir al curso sobre Filosofía que, en el invierno del año 2004, desarrolló los viernes por la noche en el Centro Fernández Couto, me conectó con la posibilidad de construcción de aprendizajes a partir de articular, y dar sentido, a distintos planos de la cultura, como ser: la epistemología, la historia, el derecho, la música, la economía y el saber de los saberes. En épocas en que había clara conciencia sobre la importancia de la tarea cultural en torno a un pensar crítico y situado desde la perspectiva de la periferia.
2. Después, seguí sus clases en el Club Armenio donde, en pleno verano concurrían cientos de personas, de todas la edades. Luego vendrían las charlas y discusiones en el Bar Forum, de la calle Lavalle frente al Palacio de Tribunales y en el Colegio de la calle Humahuaca y Mario Bravo. Precisamente, en un descanso de unas de esas clases, me llamó Alberto Fernández para hacerme una consulta sobre el horario de una reunión de docentes en la Facultad, ante lo cual le dije que habláramos después de las 21, ya que en esa hora terminaba un curso de Feinmann al que estaba asistiendo. Entonces, me pidió que le anticipara a José que el presidente Kirchner estaba interesado en poder hablar con él. Al reiniciar la clase, le transmití esta idea, a la vez que Lucrecia le refería a José Pablo la importancia del compromiso con el barro de la historia. Se inició así un vínculo con Néstor, a la saga de aquella contratapa del año 2003; “Un flaco como cualquier otro”, donde dice: “el Flaco es sartreano” porque tiene que elegir y al elegirse “darse el ser”.
3. La última vez que estuve con el filósofo fue en unos cursos que daba, en su casa de la Calle Azcuénaga, sobre la Historia del movimiento obrero y el peronismo. Sus enseñanzas, quedan en los registros de memoria y en tantos libros. Dos que siempre tengo presentes y “a mano”: ¿Qué es la filosofía? y La sombra de Heidegger. Gracias por todo José, querido amigo a la distancia, por haberme ayudado a pensar.
*Profesor Consulto Facultad de Derecho-UBA