Finalmente, el gobierno nacional se quedó sin su Presupuesto 2020. Tras una sesión maratónica de más de 20 horas, la Cámara de Diputados rechazó el proyecto del oficialismo con 132 votos en contra, 121 a favor y una abstención. Allá por el 2010 a la entonces presidenta Cristina Fernández le sucedió algo similar, cuando el bloqueo del Grupo A le impidió el tratamiento de la ley de leyes y debió gobernar todo el 2011 sin un presupuesto. A diferencia de ayer, la norma nunca llegó a ser debatida (y rechazada) en el recinto de la Cámara. La derrota, la primera con la nueva composición parlamentaria, representa un duro golpe para el oficialismo y abre un escenario de incertidumbre respecto al futuro del Presupuesto y al mismo acuerdo con el FMI, que estaba demandando un proyecto aprobado en el Congreso. Si bien desde el comienzo del debate el Frente de Todos sabía que no contaba con los votos, a las 8 de la mañana se abrió un pequeño resquicio de luz con la propuesta del presidente Alberto Fernández de convocar a un cuarto intermedio hasta el martes. Por unos minutos la situación parecía encaminarse, con Juntos Por el Cambio anticipando que acompañarían el pedido de atrasar el debate, pero tras un duro discurso de Máximo Kirchner la oposición aprovechó para poner el grito en el cielo y terminó votando en contra.
Fueron 21 horas de debate que, con el correr de la madrugada, iba poniendo nerviosos a todes. Los chistes y guiños característicos del presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, a la hora de poner orden fueron perdiendo brillo. De bromear con una diputada del Pro porque el sensor no registraba su presencia por pesar menos de 50 kg o de chicanear a Fernando Iglesias cuando este le reclamó que pidiera silencio "como me pide a mi" - "Tiene razón el diputado en pedir silencio, pero solo en eso...", lo cargó -, Massa pasó a callar sin grandes consideraciones a todo aquel que hablaba por afuera del micrófono. Iban sucediéndose les más de 120 expositores que se habían anotado (con fuertes recriminaciones del oficialismo hacia la oposición y viceversa), se acercaba la hora de la votación y, a pesar de que las negociaciones continuaban desarrollándose a contrarreloj, el FdT no terminaba de contar aún con los apoyos necesarios. "No llegamos", repetían por los pasillos algunas espadas del FdT desde la medianoche.
A las 8 de la mañana, sin embargo, el ministro de Obras Públicas, Gabriel Katopodis, irrumpió en el Congreso como emisario del presidente con una propuesta: que la sesión pasara a cuarto intermedio para la semana que viene. La idea era que el ministro Martín Guzmán volviera a exponer el lunes en la Comisión de Presupuesto y presentara algunas modificaciones al proyecto. Una propuesta similar había hecho el titular del bloque radical, Mario Negri, unos días antes. Mientras el diputado oficialista Itaí Hagman comenzaba su discurso, les legisladores de JxC se pusieron a deliberar. Rápidamente, las internas entre "halcones" y "palomas" se hicieron visibles en el medio del recinto, con un intenso intercambio de ademanes y gestos que llegaban a percibirse desde afuera de la cámara: Omar De Marchi negando con firmeza, Emilio Monzó encogiéndose de hombros, Negri intentando calmar las aguas. "Pero que hagan la reunión afuera che", se enojó Rodolfo Tailhade (FdT) en un momento y Massa decidió convocar a un cuarto intermedio de 10 minutos que, finalmente, se terminaría extendiendo durante una hora.
En el salón Delia Parodi, los diferentes sectores que integran la coalición opositora comenzaron a discutir. Integrado por 10 bloques diferentes, ya había sido difícil para el interbloque unificar una postura antes de llegar al recinto y, frente a la propuesta del FdT, las diferencias y tensiones volvieron a marcarse. Los más "duros", entre los que se encuentran figuras como De Marchi o Gerardo Milman, no querían saber nada con una postergación. "Al gobierno se le acabó el tiempo, no se le puede dar más oxígeno", señalaban desde aquel sector, en donde planteaban que había que ir al recinto y votar en contra. El ala más moderada, por el contrario, sostenía que había que seguir negociando y pedir el pase del proyecto a la Comisión de Presupuesto para volver a discutirlo. Finalmente, ganó la postura moderada de Negri, Ritondo y parte de la Coalición Cívica.
De vuelta en el recinto, el aliado rionegrino, Luis Di Giácomo, solicitó una moción para que el proyecto volviera a comisión y el oficialismo dio su apoyo. Lo mismo hicieron luego Graciela Camaño, que repartió palos contra el oficialismo y la oposición, y el titular de bloque de la Coalición Cívica, Juan Manuel López. Cuando todo parecía encaminarse, Rodrigo De Loredo (Evolución) pidió la palabra, llamó "cobardes" al FdT por no haber solicitado ellos mismos la moción y el presidente del bloque oficialista, Máximo Kirchner, reaccionó. "Me llama poderosamente la atención el comportamiento que están teniendo ante la gravísima situación que dejaron cuando endeudaron al país por 44 mil millones de dolares", les recriminó, furioso, mientras algunas figuras de JxC gritaban, se paraban de sus bancas y empezaban a negar con los brazos. Después de eso, Ritondo y Negri quitaron su respaldo y, junto a interbloque Federal, votaron en contra de la moción. Acto seguido, se sometió a votación el proyecto de Presupuesto 2022 y, con 132 votos en contra, fue rechazado. Nadie aplaudió cuando Massa anunció el resultado.