Un hombre unos cuarenta años y conocido como el Rubio, o Can, miembro de una familia conocida por el rubro de máquinas de coser, fue detenido ayer junto a otras personas, acusado de lavado de activos y comercio de estupefacientes. La actividad declarada de Gerardo C. era una concesionaria en San Nicolás, rubro que conocía al dedillo porque según la Policía de Seguridad Aeroportuaria era quien años atrás oficiaba de inversor y testaferro del "Rengo" Insaurralde un narco pesado de zona oeste que purga una condena en Devoto. Lo curioso es que el " inversor" ,una vez comenzada la pandemia, vio mermada su actividad y pasó directamente a vender droga a través de una mujer en el Fonavi de zona oeste, tierra del Dulce Abregú, también preso. La actividad cobró tanta dimensión que terminó mudándose de vivir con sus padres en Pellegrini 3800, al complejo Pilay de Palos Verdes donde lo allanaron, y secuestraron gran cantidad de relojes de alto costo, así como vehículos de alta gama, entre ellos un Audi Q 5 y un Porsche Cayenne.
La investigación por comercio de estupefacientes dejó como saldo cinco allanamientos en las ciudades de Rosario y San Nicolás. Según informaron fuentes de la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA), los operativos, entre ellos a una concesionaria bonaerense y en un departamento de un reconocido condominio, dejaron como resultado el secuestro de gran cantidad de dinero en efectivo, vehículos de alta gama, relojes, joyas y aparatos electrónicos.
Los voceros indicaron que los procedimientos fueron ordenados por el titular del Juzgado Federal 3 de Rosario, Carlos Vera Barros en el marco de una investigación de la Fiscalía Federal 2 de Rosario, a cargo de Claudio Kishimoto y el fiscal auxiliar Franco Benetti, que comenzó en 2019 sobre el principal sindicado por venta de drogas.
Fuentes judiciales indicaron que esta persona fue relacionada en su momento al clan Insaurralde desbaratado en 2017 con la detención de 24 de sus miembros, entre los que se encontraba su líder Ramón Javier “Rengo” Insaurralde, quienes fueron condenados a penas de entre 3 y 18 años de prisión en noviembre de 2020 por la Justicia federal de Rosario.
Los pesquisas consultados reconocieron que la pandemia frenó las medidas y el sospechoso, quien incrementó su patrimonio considerablemente comenzó a intentar darle apariencia legal al dinero proveniente de la comercialización de drogas. Se mudó al barrio privado San Sebastián en Funes y luego habitó un lujoso departamento frente al río en Rosario, y luego llego a Palos Verdes, donde se desarrollaron el último jueves los allanamientos por personal de la PSA.
En esta etapa de la causa que no terminó, desde la Fiscalía 2 y voceros policiales indicaron que en base a los indicios recolectados el comercio era utilizado como medio para reconvertir las ganancias obtenidas a través de la actividad ilícita. Además, los uniformados identificaron a una persona vinculada con la venta de droga al menudeo en el Fonavi de Parque Oeste.
En ese marco, los cinco allanamientos tuvieron lugar en dos domicilios particulares, un garaje, un departamento de condominio y dicha concesionaria de automóviles.
El resultado fue el decomiso de 365.730 pesos; 18.300 dólares; 172.000 guaraníes; seis autos de alta gama y una moto. También se secuestraron 20 teléfonos celulares, siete cámaras digitales entre otros dispositivos electrónicos; una balanza de precisión; 21 relojes de alto valor; joyas; y documentación de interés para el expediente, explicaron las fuentes, quienes no indicaron si los principales sindicados quedaron detenidos luego tener la audiencia indagatoria en la que se le informó los delitos por los que se los acusa.
La causa está a cargo del juez Carlos Vera Barros, y de la Fiscalía Federal Nº 2 de Rosario, a cargo de Claudio Kishimoto junto al fiscal auxilia Franco Benetti.
En noviembre de 2020 el Tribunal Oral en lo Criminal Federal 3 de Rosario había condenado a Ramón Insaurralde, líder del clan que lleva su nombre, a 18 años de prisión por el delito de tráfico de estupefacientes, en la modalidad de comercio y en forma organizada. El tribunal dio por probado que los imputados traficaban estupefacientes provistos desde Lomas de Zamora en los barrios “Vía Onda” de la zona sudoeste y en Boulevar Segui y Suipacha. Segun afirmó el fiscal de la causa Federico Reynares Solari en la investigación también se probó cómo, luego de ser detenido, Ramón Javier Insaurralde siguió dirigiendo la organización desde su lugar de detención, utilizando a otros integrantes como sus brazos ejecutores, principalmente a su hijo Fernando Insaurralde y a su sobrino Brian Insaurralde.
Por otra parte, del análisis de las escuchas surgió que la defensa particular de Javier Insaurralde mantenía conversaciones con su cliente que, para el criterio de la Fiscalía General, no se encontrarían dentro del secreto profesional, por lo que solicitó que se remitan las actuaciones correspondientes a la Fiscalía que instruyó la causa, a fin de que se investigue el accionar de los profesionales señalados, Hernán Tasada y Mariano Scaglia, lo que tuvo acogida favorable por parte del Tribunal.