“Hay artistas que desarrollan toda su carrera perfeccionando un estilo. Nosotros no”, aseguran Germán Dominicé y Carlos Senin, los inefables, entrañables e incorregibles Hermanos Butaca. Por supuesto, no hacen más que englobar en una frase contundente el derrotero de un dúo que –aún con ascendencia rockera-- comenzó haciendo tangos lúdicos, luego incursionó en el folklore, y hoy ha vuelto a sus “prehistorias personales” a través de un pulido pop-rock. La prueba está en Mil inventos, flamante disco de la dupla. “A nuestro entender, es el primer disco de los Butaca que se puede considerar en su totalidad como de rock argentino”, refrendan.
También publicado en vinilo, Mil inventos porta diez canciones, y dos bonus solo editados en plataformas: “Chano” y “Rafa”. Es el quinto trabajo de ambos a la fecha, los acompaña una banda estable conformada por Raúl Gutta, en batería y percusión; Tavo Centurión, en bajo; y Rafael Varela, en guitarra y producción, más un profuso elenco de invitados, entre los que figuran Guille Arrom, y Vero Bellini, cocompositora de la loca “Spectros”, junto a Dominicé. “Es un disco cancionero, clásico en un punto. Esta vez no hay tangos ni aires folclóricos, excepto una suerte de milonga litoraleña en plan lisérgico que cierra el disco en su versión vinilo. Un tren de canciones que va `parando en todas`, desde la balada beatlesca, al funk, el country, la new wave y el power pop, en que el hilo conductor está dado por el sonido de la banda, y por la letrística, tan cuidada como lo intentamos siempre, pero esta vez con menos `humor triste` y algo más de `existencialismo`”, definen Dominicé y Senín, compositores de todas los temas, a excepción del mencionado.
--“Cursi” y “Badía”, primer y segundo tema, los distancia de aquellos tangos que hacían en los orígenes, incluso de la perspectiva criolla más amplia que fueron sumando con el tiempo…
Germán Dominicé: --En lo musical, si. Respecto de las letras, “Cursi” pretende ser una canción optimista ante la inevitable finitud de la vida y el agnosticismo, la pregunta que me hago es si lo logró (risas). En cuanto a “Badía”, en ella vive el esclavo del amor, aquel loco soñador que proclama, `soy quien hará real tu deseo carnal`, aún sin saber si se expresa en tono de pregunta, o asertivamente.
--¿Por qué el alejamiento del tango y el criollismo?, ¿es algo transitorio o no?
Carlos Senin.: --La verdad que no lo sabemos. Lo cierto es que hemos llegado hasta Mil Inventos, escapando del aburrimiento y la repetición. Tal vez sea por imposibilidad o porque todavía no lo encontramos o, tal vez y más probablemente, porque estamos más influenciados por aquellos creadores que tienen como constante la mutación.
Otro ejemplo de la metamorfosis Butaca radica en “Casa Amarilla”, una muy linda canción –tal vez la mejor del disco— en que suenan beatleros, baladescos, y orquestales, según emerge de los arreglos de cuerdas de Varela. “Sin dudas es la canción más sensible del disco. Trata de un amor no correspondido, no nato”, detalla Dominicé, posado en uno de los temas clave del sucesor de Retiro espiritual, publicado en 2017 y --por parte de Dominicé-- de Tándem, disco nominado en el rubro “Mejor Álbum de Grupo Pop”, que grabó en 2020 junto a Mavi Díaz. “La experiencia con Mavi me influyó a la hora de encarar la interpretación vocal. Más franca, sin impostación ni personajes”, señala en cantor.
--¿Por qué Mil inventos, y sus referencias explícitas a The Beatles?
C.S.: --Como título del álbum nos parece que nos representa, por aquello que comentamos anteriormente acerca de ir haciendo siempre cosas distintas a las anteriores. Respecto de la simbología beatle, en nuestra discografía este podría ser nuestro “medio álbum blanco”… la artística tomó sus decisiones y la falta de presupuesto, también (risas). En cuanto al tema específicamente, se trata de un country que cabalga montado en la fantasía de los cuentos infantiles y la imaginación sin límites, todas cosas que a su vez se pueden guardar en un frasquito muy chiquito llamado canción.
--¿Y “Wonder”?
G.D.: --Wonder es maravilloso (cuac). Bueno, en verdad es la pieza más compleja del lado B del vinilo. El lado más up tempo y reventado, aquel que mayoritariamente produjo Rafa Franceschelli, con quien ya trabajamos en discos anteriores y nos une una amistad de años. Un groove que te hace mover la patita, lleno de guitarras y hasta un rap con voces armonizadas. ¿Su mensaje? aunque de contenido sexy, por el momento se desconoce.
--Suelen definir sus canciones como “de humor triste”. ¿En qué sentido se mantiene tal mirada, en este disco?
G.D.: --Si bien hay temas que pueden tener en algún pasaje algo risueño o de doble sentido, son los menos. A la hora de elegir las canciones que integrarían el álbum, decidimos dejar afuera aquellas que catalogamos de “humor triste”. Como decíamos al principio, queríamos hacer nuestro disco de rock argentino, puro y duro. Por eso, tanto “Chano” como “Rafa”, dos canciones hilarantes y efectistas --un corrido mexicano y un cuarteto cordobés, respectivamente--, las publicamos anticipadamente como singles y por fuera del disco en su versión vinilo.
--¿Cuál sería el “fan tipo” de los Butaca, siendo que han incursionado en varios géneros, sin ningún tipo de problemas, pruritos ni prejuicios?
G.D.: --Suponemos que, en caso de existir un seguidor de los Butaca, éste debiera parecerse un poco a nosotros mismos, por la sencilla razón de que lo que hacemos, lo hacemos para nosotros, por nuestra propia necesidad y satisfacción. Así que, imaginamos, será alguien de oídos curiosos y polifacéticos, que vive buscando buenas canciones más allá del outfit, género o estilo que las contenga.