El glaciar Thwaites, en la Antártida, con una superficie similar al Reino Unido, se ganó el apodo del 'glaciar del juicio final', dado que su colapso podría significar un cambio drástico del nivel del mar y catástrofes e inundaciones por todo el planeta.
A raíz de este diagnóstico, científicos llevan años observando su comportamiento y las últimas estimaciones aportan datos preocupantes: un bloque de hielo que está frenando su derretimiento y que actúa como una suerte de 'barrera', podría romperse en tan solo cinco años, provocando nuevas fracturas en Thwaites que hagan que se desprenda, lo que significaría un importante incremento del nivel del mar a nivel global.
Esta es la conclusión a la que llegó el International Thwaites Glacier Collaboration (ITGC), un equipo de casi 100 investigadores financiado por la Fundación Nacional de Ciencias de Estados Unidos y el Consejo de Investigación del Medio Ambiente Natural del Reino Unido tras investigar el glaciar y el océano adyacente durante un lustro.
Su trabajo, que fue presentado esta semana en un encuentro especializado que se celebra en Nueva Orleans (Estados Unidos), reveló cambios importantes en el hielo, el agua circundante y el área donde se apoya en la tierra.
Thwaites se encuentra en la Antártida occidental y atraviesa un tramo de 120 kilómetros de costa helada. Un tercio del glaciar, a lo largo de su lado este, fluye más lentamente que el resto, ya que está 'contenido' por una plataforma de hielo flotante, una 'montaña submarina' que frena su flujo. Sin embargo, especialistas advierten este 'cinturón de seguridad' no durará mucho.
"Thwaites es el glaciar más ancho del mundo. Ha duplicado su velocidad de salida en los últimos 30 años, y el glaciar en su totalidad contiene suficiente agua para elevar el nivel del mar en más de 50 centímetros. Y podría llevar a un aumento aún mayor, de hasta más de tres metros, si arrastra a los glaciares circundantes", alertó Ted Scambos, científico investigador principal del Instituto Cooperativo de Investigación en Ciencias Ambientales (CIRES) y responsable del consorcio internacional.
En el fondo, el agua del océano más cálida que circula debajo del lado oriental flotante está atacando a este glaciar desde todos los ángulos, según descubrió su equipo. Por eso que los científicos explicaron que este fenómeno está derritiendo el hielo directamente desde abajo y, al hacerlo, el glaciar pierde su control sobre la montaña submarina. A raíz de esta situación, se han formado enormes fracturas que están creciendo, acelerando su desaparición.
Otro problema es que el colapso de la masa de hielo del glaciar no sólo aumentaría inmediatamente la altura del nivel del mar, también podría desestabilizar a otros glaciares de la Antártida Occidental, provocando una catástrofe climática de alcance planetario. De ahí que el equipo considere que su monitoreo sea el más importante cuando se trata de medir los efectos que la crisis climática tendrá en el aumento del nivel del mar.