En toda la región de Hakone es común ver, en las tienditas de recuerdos donde se reúnen desde cuencos para té hasta pequeñas réplicas del Fuji-san, unos curiosos huevos negros que son prácticamente un símbolo de esta zona volcánica. Se trata en realidad de huevos comunes, de gallina, cocidos en los afloramientos de aguas sulfurosas del valle de Owakudani –el “valle del infierno”– después de dejarlos un rato sumergidos y sujetos con redes. ¿Su gran virtud? Dice la leyenda que cada uno brinda siete años más de vida.
Este es un contenido original realizado por nuestra redacción. Sabemos que valorás la información rigurosa, con una mirada que va más allá de los datos y del bombardeo cotidiano.
Hace 37 años Página|12 asumió un compromiso con el periodismo, lo sostiene y cuenta con vos para renovarlo cada día.