Ni bien comenzó el siglo XXI, el periodista Gerardo Yomal conducía en FM Palermo Detrás de las paredes, un programa de política y cultura que amenizaba y trataba de retratar y entender las convulsionadas tardes de aquellos años. Una de las voces que solían acompañar el aire del ciclo era la de Hugo Presman, que con el tiempo se convertiría en una suerte de productor, luego columnista y más tarde “socio” de Yomal. De esa relación nació en 2003 El tren, el ciclo radiofónico que se emite de lunes a viernes a las 20 por Radio Cooperativa (AM770) y que acaba de cumplir toda una proeza: celebró sus 18 años ininterrumpidos al aire. “Era impensado llegar a tantos años al aire, diciendo las cosas que decimos”, concuerdan ambos conductores en diálogo con Página/12.
El tren es un viaje al análisis político, social y cultural de la Argentina y el mundo en estos últimos 18 años. Desde la reflexión, sin temor al debate de ideas ni a contrastar hasta a sus propios prejuicios, Yomal y Presman edificaron un matrimonio radiofónico que elige correrse de la zona de confort, tanto la propia como la de los oyentes. Un espacio quizás incómodo pero siempre honesto por el modo de pensar el mundo de quienes lo conducen sin interrupciones desde hace tanto tiempo.
“Cumplir 18 años al aire -reflexiona Yomal- no es cosa de todos los días, por eso cuando trato de pensar sobre los motivos que nos mantienen en el tiempo se me viene a la cabeza que siempre fuimos fieles a lo que pensamos. En este tiempo de programa el periodismo cambió mucho, en un mundo tan cambiante que nos tiene al borde del precipicio, y en El tren venimos luchando contra la muerte del periodismo argumentativo. Eso no deja de ser una virtud”. A su lado, Presman asiente y agrega: “El tren es un ciclo de opinión, pero decimos desde qué lugar hablamos y desde ese lugar es que hacemos todas las críticas. Formamos parte del campo nacional y popular, pero eso nunca nos impidió tener una mirada crítica sobre quienes son parte y sobre sus políticas”.
El tren tuvo su primera transmisión el 7 de julio de 2003, meses después de la asunción de Néstor Kirchner a la presidencia, tras varios años de crisis social y política en país. Los conductores cuentan que, en cierto modo, el ciclo nació como respuesta a la falacia que se esconce detrás de la “objetividad” del periodismo. “Recuerdo -hace memoria Yomal- que Perfil había salido con una campaña con la consigna 'periodismo puro'. Yo la tomé y dije que nosotros hacíamos 'periodismo impuro'. No somos puros, nadie lo es. Tenemos nuestra historia, nuestra ideología, trabajamos en una empresa periodística. Cuando se trabaja en una empresa periodística uno no puede decir el 100 por ciento de las cosas. Hay intereses, líneas editoriales, auspiciantes… guiños políticos, incluso. Lo interesante es que a lo largo de nuestra trayectoria en Cooperativa nosotros pudimos decir la mayoría de las cosas sin guardarnos nada. Eso nos trajo muchas críticas, pero también nos dio un reconocimiento de una hinchada radiofónica cautiva”.
-¿Creen que la honestidad periodística es expresar el lugar desde el que se habla?
Hugo Presman: -La gente que nos escucha valora que decimos desde dónde hablamos. Los que nos abren la puerta de sus casas a través del aire merecen conocer a quiénes les cuentan lo que pasa. Hemos dicho hasta por quienes votamos. Eso no nos impide tener una mirada crítica. Para apreciar el patrimonio político de algún dirigente en la historia argentina, cotejamos sus más pero también sus menos. No negamos los menos para valorarlo más. Esto lo hacemos sobre cualquier figura política. De Néstor Kirchner estimo todo lo que hizo durante su presidencia, por ejemplo, pero no negamos el vínculo que tuvo durante el menemismo. La honestidad pasa por decir desde qué lugar se habla y aclarar que no tenemos respuesta a todos los problemas.
Gerardo Yomal: -Hay distintas empresas periodísticas y periodistas que quedaron encerrados en una matrix y no pueden salir. Decir al aire a quién votamos es parte de este periodismo impuro que hacemos. Y frente a eso hubo un sector de oyentes que me pedían que me ponga un bozal. Cuando estoy frente al micrófono, no soy de La Cámpora, ni del Partido Comunista, ni radical ni del Pro… Tengo mi ideología, mi forma de ver la realidad, pero si hay que criticar al gobierno que me gusta un poco más que otro sector político, voy de frente. Estamos convencidos de que el debate nos enriquece. Por ejemplo, la policía de la Ciudad mató a Lucas González. Todos le apuntaron a (Horacio Rodríguez) Larreta, que es el responsable. Pero no me voy a callar cuando matan a pibes pobres en la provincia de Buenos Aires. Y ahí también tengo que apuntar a la responsabilidad de (Axel) Kicillof y (Sergio) Berni. Y voy más allá, y alguna parte de la audiencia se irrita, pero digo que en estos años fue Cristina Fernández la que le dio aval a Berni. No me lo puedo callar, aunque ideológicamente esté más cerca de un gobierno peronista que uno del Pro.