Son varios los motivos que hacen especial a esta edición (la número 32) de la Muestra Anual de Fotoperiodismo Argentino. Vuelve a la presencialidad, luego de una edición virtual, la del año pasado. En primer plano en el recorrido narrativo aparece la pandemia, y por supuesto que esto es una novedad. Además, la exposición ocurre a 40 años de la inauguración de este acontecimiento cultural, el más relevante en su tipo en la Argentina.
La apertura es este martes a las 19 en el Centro de Arte de la Universidad Nacional de La Plata (calle 48 número 575), con fotografías de 103 autores registradas en 2020, sobre los hechos más importantes ocurridos en el país en materia de actualidad en pandemia, deportes, vida cotidiana, política, naturaleza, ambiente, arte y espectáculos.
"La muestra está atravesada por el eje de la pandemia, aunque no lo hayamos propuesto como ítem para la convocatoria", dice Sebastián Vricella, vicepresidente de la Asociación Argentina de Reporteros Gráficos de la República Argentina (Argra), entidad que organiza el evento. "El ítem aparte es la muerte de Maradona. Se hizo una selección especial. Y obviamente una de las cosas más importantes fue la ley de IVE", añade. Como todos los años, se combinarán trabajos publicados en los medios con imágenes que no vieron la luz hasta ahora. "La muestra es necesaria porque se presentan muchas fotos que en los medios no salen", desliza Julio Mancini, fotógrafo de este diario, quien también celebra la vuelta a la presencialidad.
Les trabajadores de la salud, en primer plano
Especial énfasis tendrán aquellas historias que dan protagonismo a los trabajadores de la salud: en efecto, la tapa del anuario los homenajea. Es un abrazo que se dan dos enfermeras al recordar a colegas fallecidos a causa del coronavirus en el Hospital Rodolfo Rossi, de La Plata. El autor es Luis Hernán Fouillet.
"Cuando empezó la pandemia todo el mundo se quedó dentro de la casa y trató de cuidar a su familia. Los que no pudieron tener ese privilegio fueron los médicos", subraya Natacha Pisarenko, reportera de The Associated Press, quien participa de la muestra con una serie que muestra a les trabajadores de la salud en distintas instancias. "Quería entender cómo les afectaba (la pandemia) en lo emocional, cómo se tenían que cuidar, si tenían miedo de exponer a sus familias. Cómo hacen para trabajar un montón de horas y acompañar al paciente desde que ingresa y, en algunos casos, hasta la muerte; cómo hacen para comunicar a las familias la situación de los enfermos. Algunos se fueron a vivir a hoteles, solos; otros volvían a la casa y dormían en camas separadas de su pareja y ni siquiera la besaban. Les tocó el lugar más difícil. Les cambió la vida", sintetiza.
Se detiene, también, en los cambios que generó la pandemia en su oficio. "Mientras todo el mundo se recontra cuidaba nosotros salíamos a la calle", dice. Coincide Leandro Teysseire, de Página/12: "En pandemia no paramos, igual que pasó con otros oficios. Los periodistas empezaron a hacer más notas por teléfono o Zoom, pero nosotros siempre estuvimos en la calle. Muchos compañeros se metieron en el corazón del coronavirus". Al ingresar a hospitales Natacha era "cuidadosa" pero aún así sentía "miedo" de contagiar a su familia. "En otras coberturas tomás un riesgo y te pasa algo y la consecuencia sólo la cargás vos; no así en la pandemia. Fue difícil el tema de la responsabilidad hacia un colega o un miembro de tu familia", compara. Pero "más difícil" era todo para médicos y enfermeres, razón por la cual le interesó poner allí el foco.
"Contamos historias que quizás no habíamos podido contar cuando el mundo funcionaba de una manera rápida, por decirlo de algún modo. De repente frenás y puede haber una gran sorpresa. Saltaron un montón de temas que valía la pena contar y nos pudimos tomar el tiempo para hacerlo a fondo", concluye Natacha.
Javier Corbalán, salteño, trabajador de El Tribuno y La Nación, comenta respecto de los cuidados: "Durante los primeros meses no se conseguían barbijos y tuve que usar una máscara impresa en 3D. Me hacía mis propios preparados de alcohol y agua para sanitizar. Desde la vereda de casa empezaba a sacarme la ropa para no contaminar mi casa. Después fue cambiando y nos fuimos informando un poco mejor". El impacto fue emocional, también. A él le fue "difícil" ver "gente durmiendo en la calle, con problemas para estudiar y trabajar porque no tenía Internet, empresas que cerraban". "Vivo en una hermosa ciudad donde el turismo es muy fuerte y estaba ausente. Muchas empresas familiares quebraron, pero de a poco se está reactivando", señala. Juan Manuel Ferrari Urrutia diferencia la situación de les fotógrafes free lance y aquellos con empleo fijo: los primeros quedaron mucho más desamparados. "Muchos tuvieron que reinventarse. Nuestro oficio está muy golpeado por la precarización", advierte.
Etica y estética
Para esta edición fueron seleccionadas más de 200 fotos, de entre 2300 enviadas por reporteres de todo el país. Recorre otras, múltiples facetas de la pandemia. Calles, terminales y plazas vacías. Tareas de desinfección. Controles sanitarios. Casamientos por Zoom. Marchas anticuarentena. Reuniones y actividades físicas al aire libre. Balcones y terrazas como áreas de ocio y esparcimiento. Solitarias despedidas en cementerios.
Rodrigo ABD ofrece varias fotos de Perú: una comunidad indígena que intenta combatir la Covid con una terapia de vaporización; los trabajadores informales y migrantes que viven en las calles de Lima después de perder sus trabajos; la actividad de les trabajadores funerarios. Daniel Jayo retrató a trabajadoras sexuales trans aisladas en los hoteles de Constitución durante el ASPO. Otra historia destacada es la de Ferrari, que refleja la cuarentena en el barrio de Villa Azul.
"Cuando el Municipio y el Gobierno decretaron el cierre de la Villa estuvieron todos los medios. Yo no; lo observé. Hacía dos meses que no salía. Estaba guardado. Tengo tres stents. Salió el tema con una amiga psicóloga. La habían mandado a cubrir la problemática en el territorio con un grupo interdisciplinario de salud mental. Me sumé al equipo e hice un registro de su actividad y de un mes de cuarentena en Villa Azul", relata el fotógrafo. Recuerda que cuando estaba documentando la tarea del grupo recibió un llamado para acercarse a una casa que se había incendiado el día anterior. La familia vivía entre las ruinas, y entre las ruinas un niño de nueve años estaba haciendo los deberes. Esa es una de las fotos de la serie. Tomó trascendencia en los medios y gracias a eso la familia recibió ayuda oficial y de la sociedad.
Otros temas de 2020: el asesinato de Fernando Báez Sosa, el acompañamiento de Alberto Fernández a Evo Morales a cruzar el puente fronterizo que une a La Quiaca con Billazón, el homenaje a Néstor Kirchner en Plaza de Mayo a 10 años de su muerte (la foto es de Teysseire), el banderazo por el derecho a la propiedad privada en la entrada de la estancia Casa Nueva, la toma y el desalojo de Guernica, incendios forestales. Hay, por supuesto, muchas de la legalización del aborto y de la despedida a Maradona.
Corbalán trabajó en Salta el día en que se aprobó la ley de IVE: "Fue maravilloso. No tenía pensado cubrir porque quería dar espacio a las fotógrafas que se encontraban en el lugar. Una amiga y colega me llamó diciendo que tenía que estar ahí, que no me lo podía perder. Fui pasadas las 23 y me quedé hasta las 4 que terminó todo. Bajé mi cámara por momentos y vi a muchas mujeres llorando de felicidad y a otras haciendo pogo. Estaba rodeado de ese triunfo con olor a historia para las mujeres, del que fui testigo. Hasta el día de hoy le agradezco a mi amiga Florencia Arias que me llamó y fuimos a la plaza a cubrir".
Hay, además, espacio para trabajos más personales, íntimos, como el que encaró Pablo Piovano con su padre Juan, "fotógrafo de día y poeta de noche", ensayo visual que es una conversación entre ambos. Eitan Abramovich retrató a sus hijes en el contexto del aislamiento. Matías Salgado vio de otra manera lo que le mostraba la ventana de su habitación, que da al corazón de una manzana del barrio de Once.
"Ética y estética se suelen codear o empujar o abrazar en cada caso. A mí me parece que estas fotos del anuario de ARGRA sirven para conocer e instalarse en el medio, en el gesto y en la naturaleza misma del vínculo entre ambos. Y esa relación es una relación virtuosa, ni morbosa ni autocomplaciente ni amanerada. De cerca pero pudorosa, objetiva sin bajar la temperatura", escribe Juan Sasturain en el prólogo del impresionante anuario. Las últimas páginas están dedicadas a la muestra de 1981.
Plural, diversa, federal
Santiago Hafford, de La Nación, aporta fotos de Sebastián Galleguillo, joven nadador hipoacúsico de Florencio Varela al que su familia le construyó una pileta con nylon y maderas en el patio de la casa para que pudiera seguir entrenando en medio de las restricciones. "La muestra tiene el valor de documentar de forma plural, diversa y federal los hechos más relevantes que marcaron la historia del año que pasó en el país. Desde los comienzos es el espacio que mejor refleja el transcurrir de la historia en la Argentina en toda su dimensión social, política, deportiva y del espectáculo", define, y suma: "Nos permite mostrar la historia con la libertad de no estar bajo la línea editorial de los medios en los que trabajamos".
La exposición es siempre una oportunidad para los fotógrafos para reflexionar sobre el momento que atraviesa su actividad. Son tiempos "muy difíciles", dice Hafford, pues se combinan "la precarización laboral, los cambios de negocios de las empresas y el lugar que ocupa la imagen en los medios". "Son todas circunstancias que venimos hablando hace algunos años y no es tan fácil encontrar soluciones. Más allá de eso, la fotografía documental sigue siendo un espacio muy vital en lo que tiene que ver con la producción y la reflexión que necesariamente implica construir la memoria de un país a través de fotografías", concluye.