Las autoridades sanitarias advierten que las reuniones sociales podrían motorizar la emergencia de una nueva ola de covid en Argentina. Las infecciones van en aumento y las cifras lo reflejan: el promedio diario de nuevos contagios durante los últimos siete días fue de 4.464, cuando la semana anterior daba 2.539. Ese aumento se trasladó a la ocupación de camas de terapia intensiva: de 693 reportadas el 12 de diciembre, a 797 notificadas el 19 del mismo mes. Delta predomina y monopoliza el 95 por ciento de los contagios en el territorio local.
“Los casos están subiendo a lo loco. Hace rato que la curva crece de forma exponencial y a una velocidad considerable”, señala Jorge Aliaga, físico y secretario de Planeamiento de la Universidad Nacional de Hurlingham. Desde su perspectiva, no solo podría estar perdiéndose una parte de la inmunidad generada por las vacunas ya aplicadas hace meses, sino que, sobre todo, esta parte del año se presta especialmente a la aparición de nuevos brotes. Para Aliaga, el ojo hay que colocarlo en las reuniones sociales y las fiestas actúan como el pretexto perfecto para los encuentros que en meses previos no pudieron realizarse. “Si para el 10 de enero, los casos comienzan a bajar es porque la clave para esta pandemia es regular el comportamiento social. Una suba similar se vio a fines de 2020 y, tras la disminución, se vio otro repunte hacia carnaval”, recuerda el analista.
“Desde mediados de noviembre tuvimos un aumento sostenido y en las últimas semanas ese incremento fue significativo. Más de cuatro mil el sábado y más de tres mil el domingo, cifras que desde hace rato no teníamos. Los brotes de Córdoba y Santa Fe son muy fuertes. Sabíamos que esto iba para largo, pero con Delta y Ómicron queda bien claro, vamos a necesitar más refuerzos vacunales. Las fiestas son complicadas”, describe Daniela Hozbor, bioquímica e investigadora principal del Conicet en el Instituto de Biotecnología y Biología Molecular de La Plata.
Recomendaciones
“Las recomendaciones son las que conocemos, especialmente que todas las celebraciones sean al aire libre, utilizar el barbijo en los espacios cerrados. Sobre todo, poner en ojo en los adultos mayores, debemos cuidarlos porque son los más vulnerables”, apunta Leda Guzzi, médica infectóloga de la Sociedad Argentina de Infectología (SADI). “Si no fuera posible tener un encuentro afuera, sería clave reunirse dentro pero en espacios bien ventilados. Tenemos que asegurarnos de eso”, añade la especialista. "Tenemos que ser muy precavidos en estas épocas de encuentros. Al mismo tiempo, a todos los eventos masivos hay que tratar de no ir, porque es lo más riesgoso. Si bien nos quedan por determinar muchos aspectos en relación a la nueva variante, la situación en Europa nos marca un presente muy preocupante”, subraya.
Desde el Ministerio de Salud a nivel nacional y desde las carteras sanitarias provinciales insisten en que la pandemia no terminó y elaboran las recomendaciones de la campaña de comunicación y concientización “En estas fiestas celebremos cuidarnos”. Proponen, por un lado, planificar la previa: evitar actividades de aglomeración antes de las fiestas y el empleo correcto del barbijo (de esta manera, es posible reducir el riesgo de contagiarse o de contagiar a alguien más en caso de tener el virus); así como también, acceder a la inoculación de la primera dosis, o bien, aprovechar para completar el esquema.
“Pasar unas fiestas seguras debería funcionar como una motivación para aquellos que aún no se vacunaron y, quizás, contribuya a la reconsideración de su posición, tanto por el beneficio individual como por la salud de los seres queridos”, apunta Guzzi.
Por otra parte, para el momento de los festejos, se insta a tener mayor cuidado con familiares, amigos o seres queridos en situación de riesgo; marcar los vasos con nombre; evitar compartir la vajilla, los cubiertos y el mate; priorizar los encuentros al aire libre. Ante el menor síntoma, indican aislarse para no perjudicar al resto. En paralelo, se recomienda el respeto de las medidas de higiene: lavado de manos, ventilación de ambientes y sanitización de los espacios.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda “actuar con cautela” para “evitar una nueva ola de contagios que desborde a los sistemas sanitarios y cueste más vidas”. En esta línea, para mantener una baja transmisión de coronavirus, propone vacunarse con el esquema completo siempre que la vacuna esté disponible en el país; mantener las medidas personales de protección; celebrar reuniones en ambientes abiertos; evitar los grandes traslados (sobre todo si se trata de individuos en riesgo); y, por último, acudir a fuentes confiables de información (para no generar confusiones).
Lo que pasó a fines de 2020
En la pandemia, las experiencias previas son útiles porque permiten anticipar escenarios futuros. Aliaga traza una comparación entre este y el fin de año anterior. “Desde el punto de vista epidemiológico, la realidad es distinta porque tenemos variantes más contagiosas y muchísima más movilidad que hace un año, pero al mismo tiempo también es verdad que estamos vacunados”, dice. Tras la ola de mayo/junio de 2020 que se desató en AMBA y que luego se trasladó a todo el país –que llevó al pico de octubre de 14.823 casos–, se modificó la concepción general sobre la dinámica viral. Si bien en un principio se confiaba en que la covid podría convertirse en una enfermedad estacional, en los papeles se evidenció una lógica diferente. “Se creía que luego del invierno, pasaría lo peor, pero no fue así. La situación fue sorpresiva porque, incluso cuando el clima era más agradable, a partir del fin de semana largo del 8 de diciembre, inició una suba muy fuerte que hacia mediados de enero desembocó en 11.300 casos. Las infecciones se duplicaron durante este período”, expresa el exdecano de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA.
Hacia mediados de diciembre 2020, el promedio semanal de casos fue de 5 mil, pero a mitad de enero –como indica Aliaga– fue de 11.385, con lo cual, la suba coincidió con las reuniones de la última parte del año. ¿Y qué hay de las vacaciones? Para el analista, “que la gente se vaya de vacaciones no genera más contagios sino menos”. Su justificación: aunque las personas circulen más, pasan más tiempo al aire libre y sin tanto contacto con terceros como sucede en diciembre. No obstante, como el coronavirus ha exhibido: todo en la ciencia tiene carácter provisorio.