En Catamarca hay tres hogares de protección para niños, niñas y adolescentes: Casa Cuna, Sipas Huasi y Huaina Huasi. Según las estadísticas que publica el Indec en su página, entre el primer semestre de 2018 e igual periodo del 2021, la cantidad de chicos institucionalizados trepó de 20 a 46. El análisis que realizan tanto el actual secretario de Familia, Eduardo Codevilla, como la secretaria saliente y actual responsable del área de la Mujer, Diversidad y Género, María Carrizo, es que el incremento se debe tanto a un mayor ejercicio de la violencia y vulneración de derechos, como a una mayor concientización de la población que denuncia más estas vulneraciones.

“Según el Registro Único Nominal, tenemos 20 chicos menores de 5 años en Casa Cuna, 17 varones en el Huaina Huasi y 12 mujeres en el Sipas. Hubo un aumento de chicos que ingresaron, pero fue producto de la pandemia. El encierro exasperó los actos de violencia, descuidos, abusos sexuales, todos provenientes de las familias. Además hay mayor conciencia en la sociedad, la gente denuncia más estos casos”, cuenta Codevilla.

El funcionario explicó que el equipo Interdisciplinario de Protección se activa para trabajar a través de oficios judiciales, denuncias que llegan a través de las escuelas o de vecinos o familiares a través de la línea 102. “El equipo actúa ante casos de vulneración de derechos y nuestra función es tratar de restituir esos derechos. Para eso tenemos un protocolo y actualmente estamos trabajando para mejorarlo. La última instancia es la institucionalización y creo que debe ser así, pero existen casos extremos que hay que resguardar”, señaló.

Para esta restitución de derechos el equipo cuenta con 90 días hábiles. “En ese lapso debemos tratar de reconstruir el vínculo con la familia base, si no buscar un tercero que puede ser abuelo, tíos, incluso vecinos y cuando no hay recién se institucionaliza y si no encontramos otra forma, el niño, niña o adolescente ingresa en el sistema de adopción”, explica.

“La ley de protección de niños, niñas y adolescentes nos da la facultad para intervenir y sacar a un chico que está siendo vulnerado. Pero además tenemos control de legalidad desde el Poder Judicial”, aclaró el funcionario.

En este contexto, resaltó el uso de la línea 102 que funciona las 24 horas en Catamarca. El funcionario dijo que “no sólo funciona para denuncias. Hemos llegado a contener a los propios niños que nos llaman para pedir ayuda o incluso salvarlos de intentos de suicidio”.

En tanto, y teniendo en cuenta la conmoción social que causó el caso de Lucio, el niño de 5 años que fue asesinado en La Pampa, Codevila señaló que hubo un incremento de denuncias a la línea de niñez, que de un promedio de 15 diarias, trepó a 30.

Violencia

Las familias catamarqueñas crían a sus hijos violentamente”, explica Carrizo a Catamarca/12. Si bien la funcionaria también comprende que la institucionalización es el último recurso al que debe recurrir el Estado, admite que en su gestión institucionalizó a muchos chicos por las “terribles vivencias y violencias a las que eran sometidos”.

Para ella, son los propios padres quienes vulneran los derechos de sus hijos, “quienes los entienden como propiedad”, algo muy lejano a lo que proponen las normas y el paradigma de niñez que establece que los chicos son “sujetos de derechos” y además de protegidos deben ser escuchados.

“En 2019, fue el momento que más institucionalizamos”, admite y agrega que Casa Cuna tiene lugar para 30 niños, el Sipas 17 y el Huaina 14. “No hay muchas plazas, pero si más niños que podrían ser institucionalizados”, asegura.

“Nunca van a dejar de existir estos lugares. Siempre hay vulnerables, tener mayor o menor cantidad de niños, tiene que ver con trabajos con las familias. La crianza violenta es transversal a la violencia de género. Por eso pedimos tanto la Educación Sexual en las escuelas, ellos puedan decir lo que les pasa en sus casos, no sólo denunciar abusos sexuales si no también golpes y otros tipos de maltratos”, analizó.

En este sentido, señaló que también hay que comenzar a romper los mitos que existen en cuanto a la crianza de los hijos. “Los padres piensan que ellos tienen esa potestad. Los memes de chancleta y la supuesta buena educación son un ejemplo de eso, nos dicen que si no les pegamos van a ser malos hijos”, detalla.

“Hay un alto porcentaje de mujeres que golpea a sus hijos, son casos complejos, y siempre en estos casos salta la falta de deseo de maternar”, explica y agrega: “me he dado con familias  muy malas cuando trabajé en el área, quería poner más camas en los centros, veía muchos niños sufriendo y buscaba la forma de salvarles la vida. Hay mujeres que viven en asentamientos con niños con neumonía que debíamos sacarle para curarlos porque no había otra opción. También casos de niños con discapacidad maltratados o madres que no pueden hacerse cargo porque sufren psicosis”, cuenta.

“Lógicamente los niños sufren mucho la institucionalización. Los  chicos  extrañaban esos lugares horribles de donde los sacábamos porque era lo único que conocían. Pero también hay que desmitificar a los hogares. Son lugares en donde se les da lo mejor, ropa comida y amor, no hay maltrato no son los orfanatos de antes, está muy lejos de eso. Son lugares de protección y no de castigo y aunque es la última instancia, salvan la vida de muchos niños”, concluyó.