Diego nació al amanecer, 7.05 de la mañana, el 30 de octubre de 1960. Dicen que murió o lo encontraron muerto, el mediodía del 25 de noviembre de 2020. La noche no es para morir. En Nacido para molestar, el libro de Rep, la noche tiene un sentido poético y trascendente: la estrella de La Anunciación sobre doña Tota, la luna como balón rodando por la vida, las constelaciones de Maradona: trayectos, luces y transparencias en los firmamentos del 10. El personaje aborreció la autoridad mal ejercida, se volvió contra los injustos y siempre expresó sus ideas antiimperialistas. Se enfrentó a la FIFA, creó un sindicato de jugadores y se lo reconoce peronista desde Villa Fiorito hasta el final. La pasión no es ciencia, es conciencia.

Para contar al Diego dibujado, Rep despliega diversos recursos narrativos y formales: la crónica, la voz interior, la carta, el inventario, los partidos en acción, provocando movimiento, inminencia, emoción para que el relato “se oiga” al verse. Sin olvidar los mapas de Fiorito y Nápoles, llenos de vida convertida en espacio.

Todos estos diseños nos crean un Dios argentino (D1OS, según Rep) que no se parece a ningún otro, nace de la poética herejía colectiva. Es un Dios Padre con cuerpo de Hijo sufriente, autoflagelado, porque así de compleja es la imaginación de los pueblos a la hora de armar deidades.

Solo el padre te permite entrar en el mundo únicamente para tocar una pelota, te da una mano para que suceda el milagro. El padre, paternal, convierte en altar la cancha de Argentinos Juniors y además te manda a bautizar en la iglesia de la Virgen de Pompeya. Solo Dios te resucita tantas veces y te hace morir a los 60 –el año en que naciste- para que pases directamente a la “inmortalidad”. Por eso Maradona es la forma en que la gente piensa lo imposible, lo bello sin fisuras, la fe, el estallido.

En este libro narran doña Tota, el Diego, Pelusa, Soriano, Dios y tantos otros para introducirnos en el mito del Héroe moderno. ¿Es pelusa el héroe del viaje de ida para crecer y decirle adiós a la infancia, enfrentándose a los vellocinos de oro? ¿Es Diego el viaje de vuelta de Ulises en busca de su lugar en el mundo? ¿Es Maradona el viaje a través del laberinto del cual no se sale o se sale por el aire, metiéndose en la tierra o estrellándose contra el muro? ¿Pertenece este relato al viaje fundacional de esta Nación? ¿Es, al fin, el campeón, el protagonista del viaje mesiánico y sus consecuencias?

Diego fue todos los héroes. Conquistó el mundo pero siempre volvió a Fiorito y a su gente. El jugador significa el viaje fundacional de los argentinos hacia la tierra prometida del arco, la travesía de un pueblo que le gambetea al dolor, y busca felicidad en el gol.

Esa fundación es también una manera de jugar, un drama siempre inminente como la vida social y política de nuestra patria.

Maradona estuvo en su laberinto. Fue consagrado Mesías por la gente y fundó una esperanza inmensa. Vino a cambiar las reglas del juego y lo pagó con el destierro, el desenfreno, una vida que nadie podía enseñarle a vivir, mientras él escribía con su cuerpo el bello poema del territorio y la alegría.

Nuestro héroe demostró ser el primer cuerpo integral sin divisiones cuerpo/ mente. Mal que les pese a los adoradores de la Razón. Diego corría pensando estrategias, con inteligencia buscaba los pases, anticipándose al gol. Rep dibuja el cuerpo integral del Diez, sus pedazos en acción: rodillas machucadas, tobillos golpeados, manos, lágrimas, miradas, ruidos internos, adicciones, cortes de pelo y estados del corazón palpitando con los hinchas y con el aire que lo roza.

Ese corazón abandonó a Diego Armando Maradona en medio de la pandemia del 2020. Tenía que morirse con su gente, especialmente con los viejos, y debía hacerlo solo, como estuvieron los muertos del COVID en terapia, sin abrazo, ajenos al amor, a lo que fueron sus vidas. Pero este muchacho vulnerable, le sumó a su partida la negligencia de no ser, el delirio, el error, el sacrificio inútil.

Al fin de cuentas, el mito argentino es “volver” y “renacer” y el Diego renació tantas veces y tantas veces volvió a Fiorito, a Boca, a la selección, al himno silbado, al antidoping y al balcón del triunfo, porque “el fútbol es sagrado” y “la pelota no se mancha”.

Una parte de él, Pelusa, sigue mirando su niñez. Esa infancia como la pintó Berni con su Juanito Laguna, en medio del suburbio, llevando la comida del padre a la fábrica. Dice Berni: “Juanito Laguna es un chico pobre pero no un pobre chico, porque sobrelleva su pobreza circunstancial con los ojos cargados de porvenir”. Infancia de los años 60: barrio trabajador y no pobreza estructural.

El Diego empezó con bolitas, naranjas, medias rellenas, pelota de cuero del tío Benito, la panza de doña Tota y la luna que, al fin, es la redondez del misterio. El balón fue su juguete, su inspiración y su destino. También el gol es redondo, como un empujó hacia el arco, como una explosión de pasión hacia adelante.

El 10 es de 10. Rep juega con los números. Diego nació el 30 de octubre del 60 y a los 60 se murió de golpe en medio del 2020. Veinte son las letras de su nombre. De nacido vino a vivir en la calle Azamor 523 en Fiorito. Hizo 352 goles en partidos oficiales, todo da diez.

Para homenajear a Maradona, Rep convoca a Borges, Soriano, Kusturica, Rodrigo, Charly, el Dante y Pasolini. Recorre toda la producción cultural dedicada al campeón, haciendo uso expresivo del color y volviendo símbolo a la imagen gráfica en cada viñeta.

Se va llenando el mundo de altares y murales donde el Diego se muestra fuerte, marcando futuro. Parece la representación del Che. Los artistas populares lo retratan muy lejos del ídolo nuestro, vulnerable y mágico que nos tuvo medio siglo en vilo, convenciéndonos que se puede ser pobre y argentino y convertirse en el mejor jugador del mundo de todos los tiempos.

Ya no hay nadie en Fiorito, “barrilete cósmico", pero Rep te tiene dibujado y te está llamando a renacer, una vez más, invitándote a jugar al fútbol.


Este texto fue leído en la presentación de Nacido para molestar en la ciudad de Rosario. Adaptado para esta columna, lo presentamos aquí como cierre de este 2021 marcado por el primer aniversario de la muerte de Diego Maradona.