Las familias de la Escuela Álvarez Thomas recuperaron el control de la cooperadora del colegio después de 15 meses de intervención del Ministerio de Educación porteño. En una asamblea de la que participaron los socios y socias, las familias eligieron a la nueva Comisión Directiva que ahora realizará una auditoría para evaluar lo gestionado durante el tiempo de intervención. "No han realizado nada relevante, eso pone a la luz lo que venimos denunciado: no había nada que reordenar ni motivo para intervenir", aseguró a este diario Paula Insaurralde, integrante de la cooperadora que fue intervenida luego de que las familias le ganaran un juicio al GCBA para que restituya las clases de natación del nivel inicial en la pileta construida por la propia cooperadora.
La asamblea ordinaria se realizó el viernes y, según dijo Insaurralde, contó con la participación de casi la totalidad de los socios y socias habilitados con voz y voto: "Eso habla del enorme compromiso de la comunidad y lo que significa la cooperadora para la escuela y las familias. También hubo una gran presencia de docentes, un apoyo muy importante", señaló la integrante de la cooperadora del "Alva". Durante los 15 meses que duró la intervención, toda la comunidad educativa se mantuvo movilizada para recuperar el control de una cooperadora con 90 años de historia y que es modelo de gestión en la ciudad.
"El viernes fue todo felicidad por la recuperación y hoy ya está la nueva Comisión Directiva trabajando para recuperar el tiempo perdido", agregó Insaurralde. La primera tarea encomendada por los socios y socias a la nueva comisión es la de auditar todo lo realizado por la intervención de Teresa Patronelli. "De todos modos, según el informe final que dejan no han realizado nada relevante. Más que separar dos libros que se habían unificado y ordenar facturas no hicieron otra cosa", contó la mujer.
Al momento de tomar la decisión, la cartera de Soledad Acuña había informado que lo hacía porque las familias tenían "un fondo de inversión de $24.487.031,63, yendo en contra del espíritu de una Cooperadora" y por la "contratación de docentes dependientes del Ministerio para actividades extracurriculares". Es decir, todo lo que servía de base para que la cooperadora del colegio de Agronomía sea un modelo a seguir: talleres y actividades extracurriculares, un comedor autogestionado con alimentos de calidad, mantenimiento de la pileta propia. Con los casi 25 millones de pesos, la cooperadora planeaba construir un gimnasio.
Desde un primer momento las familias denunciaron que no había razón para intervenir la cooperadora, más que la represalia política por el litigio que ganaron en 2019, cuando la Justicia ordenó al GCBA garantizar las clases de natación del nivel inicial en la pileta construida por la cooperadora en la década de los '70 "En 2017 el GCBA quiso sacarnos la pileta construida por las familias hace décadas”, denunciaron también en un comunicado. "No había nada que reordenar ni motivo para intervenir", sentenció ahora Insaurralde, quien agregó que, tras la asamblea del viernes, "nos encontramos con una escuela que necesita a las familias y su trabajo adentro. No sólo en el edificio, en el que se nota la ausencia, sino en la actividad concreta, los proyectos, el plus que le dan las familias y la comunidad organizada a la escuela".
La semana pasada, antes de recuperar el control de la cooperadora, las familias ya habían denunciado que la gestión de la intervención fue "nefasta" y que durante los 15 meses "no hizo nada por la escuela". Sobre el comedor autogestionado, al que asisten cerca de 500 niños y niñas, Insaurralde advirtió que la calidad bajó mucho y que la intervención cambió algunos de los proveedores por los que habitualmente contrata el GCBA. En el caso de la verdura, por ejemplo, la mujer contó que "el proveedor entregaba cuando quería y eso hacía que no estuviera fresca. Hubo tardanzas en pagos y problemas con los proveedores, algo que con las familias no ocurrió nunca". La auditoría evaluará también el estado de los casi 25 millones de pesos con los que contaba el fondo.