Pablo Javkin aflojó la advertencia de no aumentar la tarifa de taxi si los licenciatarios no garantizan un buen servicio en las fiestas de fin de año, y estos ayer dieron algo parecido al compromiso de "darlo todo". Por lo pronto, el sindicato de peones recomendó que aquellos que vayan a pasar Nochebuena fuera de casa vayan pensando mejor en quedarse a dormir en lo de la tía antes que conseguir taxi de regreso. Literal. Como fruto de esta reunión menos agitada que las precedentes, el Ejecutivo confirmó que hoy promulgará el aumento de tarifa que el Concejo aprobó la semana pasada. La bajada de bandera en servicio diurno aumentará 25%: pasará a costar $131, y la ficha $6.25. El servicio nocturno subirá 30%: $153,40 la bajada y $7,02 la ficha. En los fines de semana, subirse al taxi pasará a costar $159 y $7,02 por ficha de recorrido.
Este es el esquema que salió del parlamento local, con tres tarifas consensuadas por todos los bloques, menos el de Ciudad Futura. El intendente había supeditado este nuevo cuadro que los dueños de taxis pedían a la actitud de los mismos en cuanto a trabajar o hacer trabajar sus coches en los días de Navidad y Año Nuevo. El servicio hace tiempo es blanco de críticas y la odisea de conseguir taxi en Rosario ya es motivo de mofas y atribución propia de la ciudad.
Los secretarios de Gobierno y de Movilidad, Gustavo Zignago y Eva Jokanovich, recibieron ayer a las cámaras que nuclean a los dueños de licencias y al Sindicato de Peones de Taxis. Bajaron el tono severo del jefe municipal y pidieron garantías por las buenas. Horacio Yanotti, del gremio de choferes, declaró su predisposición y aseguró que "habrá sanciones para los que no trabajen. Pero pedimos a todos los taxistas que estemos en la calle, hoy la comunidad nos necesita, aunque no sé si será suficiente con las unidades para cubrir la demanda. Haremos el esfuerzo posible", dijo.
Antes, por Radio Sí 98.9, Yanotti había señalado el problema: "No es la falta de taxis, sino la falta de choferes. Reponerlos va a llevar tiempo. Una causa (de que el oficio no sea atractivo) es la inseguridad, pero también las condiciones laborales de los peones, están muy precarizados", expuso. Y dejó un consejo a tono con el #Quedateencasa de la campaña sanitaria: "Hay que evitar tanto traslado. El que se tenga que quedar a dormir en la casa de la tía que se quede. Un sacrificio. No puedo mentir, hay que decir siempre la verdad", se sinceró.
Marcelo Díaz, de Catiltar, amplió el análisis: "No hay taxis, pero tampoco hay colectivos, y esto también es parte del problema. Hoy son 3.400 coches los que funcionan, y los vamos a dividir en dos, de manera que la mitad trabaje en una fiesta, y la otra en la otra", reveló. Es decir, una promesa de 1700 autos para la Nochebuena, y otros tantos para Año Nuevo.
Pero las licencias para el servicio público son 4000. A esto, Díaz redondeó: hay 400 permisos prescriptos y unos 200 sin obligación de trabajar a la noche porque son atendidos por un solo chofer, no dos.
Afuera de la reunión, un taxista explicaba la razón de que sea un empleo nada deseado: "Te anotan con 37000 pesos por ocho horas, y te hacen trabajar 12 horas", señaló.
Díaz reveló que piensan en crear una bolsa de trabajo en busca de choferes y en sostener la actualización de la tarifa para conservar margen de rentabilidad y evitar deserciones en el servicio.