Carnets de cartón, tarjetas plásticas y aplicaciones para celular son las opciones que ya se comenzó a usar en cinco provincias argentinas para exhibir el pase sanitario, como ocurre hace meses en otros países del mundo. Pero una empresa tecnológica sueca quiere ampliar el negocio de la certificación de la inmunización completa y propone implantar chips subcutáneos para quienes no quieran cargar una tarjeta en la billetera o descargar una aplicación.
"En caso de que tu teléfono se quede sin batería, el pasaporte sanitario siempre va a estar disponible desde el microchip", propone Hannes Sjöblad, director de distribución de la startup sueca Epicenter. El microchip tiene el tamaño de un grano de arroz y tecnología NFC (Near Field Communication), que ya está incorporado en los hace años en los celulares y tarjetas de crédito para realizar pagos de forma inalámbrica. Para la cotidianidad de la Argentina, la tarjeta SUBE porta la misma tecnología.
El lanzamiento del chip para cargar la certificación de la vacunación contra la covid-19 bajo la piel se realizó a través de un video institucional en el que Sjöblad funciona como conejito de indias y pasa el celular sobre el antebrazo donde lleva colocado el injerto tecnológico. El resultado, la información sobre su calendario de vacunación se refleja se muestra en la pantalla del celular que podría tener el personal de seguridad de un bar o el personal del ingreso a un estadio para un evento masivo.
No se trata de una innovación sino de una adaptación. La propia compañía sueca hizo una prueba, ya en 2015, con sus propios empleados y les instaló microchip a más de 100 de sus empleados. ¿Con qué objetivo? Que operen impresoras o compren bebidas con un movimiento de la mano. El diseño tecnológico se inyecta con un jeringa de forma sencilla en el pulgar o la mano y es reversible, aunque quitarlo implica una intervención quirúrgica un poca más compleja.