La Legislatura porteña aprobó el Presupuesto 2022 sin partida para la creación de un Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad. Seguimos sin jerarquizar la Dirección General de la Mujer, dependiente del Ministerio de Desarrollo Humano y Hábitat, a la que va el 0,09 % del presupuesto general (unos 830 millones de pesos). Esta área no integra a las personas LGBTIQ+, de las que se ocupa otra área, con una formulación bastante antigua: la Dirección General de Convivencia en la Diversidad. Si sumamos todos los programas de género, incluyendo la nueva Secretaría de Género e Igualdad de Oportunidades, seguimos en cifras del "cero coma": 0,51% del total de Ciudad. Las mujeres, géneros y diversidad somos un cero a la izquierda para el Gobierno porteño, no somos prioridad, no nos ve.
Hay un universo enorme de mujeres que trabajan en cuidados domésticos y comunitarios, en la economía popular, sin reconocimiento económico. No se plantea implementar el Cupo Laboral Trans. Tampoco hay abordaje de la violencia simbólica y política, y ningún ministerio tiene un programa con presupuesto específico para implementar las leyes Micaela y de Educación Sexual Integral (ESI). Con un Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad en la Ciudad podríamos reconocer a las Promotoras Territoriales para barrios libres de violencia (Ley Bety). Crear nuevos Centros Integrales de la Mujer (CIM, o de Mujeres, Géneros y Diversidad) hasta llegar a uno cada 50 mil personas, como dice la Ley 5.466, en cercanía de barrios populares, donde hay más denuncias. Fortalecer los CIMs para que estén abiertos 24 horas, y no casi cerrados como en pandemia, mientras aumentaban las cifras de violencia. Garantizar financiamiento para que no cierren CIMs, porque no pueden sostenerse con 310 mil pesos por mes, como en las comunas 12 y 15. Resolver que sus trabajadoras no estén precarizadas, más profesionales en equipos interdisciplinarios, campañas de prevención y articulación con las áreas de gobierno. Para que no vuelva a suceder lo de Lola Villares en Villa Ortúzar, donde el presunto femicida se fugó.
Con este presupuesto nos preguntamos cómo van a ampliar la meta de atención en CIMs, de 9.800 a 48 mil mujeres, si apenas se actualiza por proyección inflacionaria. Porque para erradicar la violencia machista necesitamos políticas públicas concretas, activas y con presupuesto. No alcanzan los carteles que digan #NiUnaMenos ni discursos oficiales. Cuando debatimos el presupuesto, estamos discutiendo qué modelo de Ciudad queremos. El presupuesto de Horacio Rodríguez Larreta no da respuesta a las mujeres y personas LGBTIQ+ que habitamos y transitamos la Ciudad de Buenos Aires. Se sigue proyectando una ciudad gris, con muchos metros cuadrados de cemento, asfalto y torres de lujo a la medida de la especulación inmobiliaria, que no da respuesta a la emergencia habitacional, ambiental y de género. Nuestro horizonte sigue siendo construir una ciudad del buen vivir y el bien común, igualitaria, inclusiva, feminista, donde no haya ciudadanía de segunda por ser pobre, migrante, mujer cis o trans, con derechos igualados desde una perspectiva de género, clase y origen.
*Educadora. Feminista. Legisladora porteña por el Frente de Todxs. Presidenta de la Comisión Mujer, Infancia, Adolescencia y Juventud.