Tanto la victoria pírrica de Juntos por el Cambio de la semana pasada con el Presupuesto como la derrota con Bienes Personales tienen un denominador común: la falta de conducción del interbloque opositor, fragmentado en diez pedazos, y el estado asambleario general en el que está sumido el espacio, paradójicamente, luego de haber ganado la elección de medio término. Las autoridades de los principales partidos tuvieron un encuentro el mismo martes de la derrota y llamaron a una reunión de la mesa nacional para el lunes que viene, en un intento de reordenar el espacio. Lo que no pudieron evitar fue un festival de pases de factura por la derrota en Diputados por un voto, cuando faltaron tres legisladores, dos del PRO y una de Evolución, lo cual dejó en evidencia que no hubo ni siquiera la comunicación mínima interna para saber con cuántos votos contaban.

Antes de que empezaran a circular las críticas internas que un resultado así obviamente iba a generar, los presidentes de los tres principales partidos se volvieron a ver las caras. En la reunión, estuvieron Patricia Bullrich, por el PRO; Gerardo Morales, flamante presidente de la UCR y Maximiliano Ferraro, por la Coalición Cívica. Además, participó Miguel Angel Pichetto. El principal anuncio es que la mesa -que en medio de la interna radical había suspendido sin fecha sus encuentros- se volverá a reunir el lunes a las 10. La situación, claramente, no daba para más. También confirmaron que la integrarán los presidentes de cada partido, los jefes de bloque e interbloques y los gobernadores. 

Pero ese encuentro futuro, donde intentarán reordenar el panorama, no alcanzó para frenar las críticas cruzadas que dejó la sesión de Bienes Personales. Juntos por el Cambio se lanzó a esa sesión especial, envalentonado por haber volteado el Presupuesto (algo que también desató una discusión interna). No obstante, la derrota del martes y la victoria de la semana pasada tuvieron un mismo origen: la falta de organización del interbloque que no cuenta con un presidente (recién se piensan poner de acuerdo en febrero o marzo) y que tiene diez bloques y monobloques que funcionan como una reunión de consorcio.

Viajeros

Si la victoria de la semana pasada tapó en parte este escenario, la derrota con Bienes Personales no hizo más que dejarla expuesta. Es que quedó claro que muchas cosas debieron fallar en la coordinación para que no descubrieran que estaban yendo a perder. Cada jefe de bloque era responsable de garantizar la presencia de sus diputados y los números, en los papeles, daban. En la práctica, les faltó un voto.

Para empeorar las cosas, tuvieron tres ausencias: una diputada del PRO, Camila Crescimbeni, que fue al Congreso y le dio positivo el test de Covid por lo que debió aislarse. Otro diputado del PRO, Álvaro González, que estaba de viaje en Berlín por el casamiento de su hija. Y una diputada del bloque de Evolución, recientemente escindido de la UCR, Gabriela Brouwer de Koning, que se fue de vacaciones a un conocido parque de diversiones en Estados Unidos. 

Si bien los medios afines a Juntos por el Cambio hicieron una cacería sobre los tres, la realidad es que sobre esta última es sobre la que cayeron con más fuerza las críticas, que llegaron al borde del linchamiento virtual en Twitter (donde le pidieron que renuncie) e hicieron circular memes alusivos a su viaje.

Consecuencias

"El enojo fue más con ella porque estaba hasta la semana pasada. A diferencia de Álvaro Gonzalez, que ya estaba en Berlín", explicaban en el radicalismo, donde -por supuesto- no le iban a dejar pasar la gaffe al reciente jefe de bloque Rodrigo De Loredo. Algunos imaginaban que esto da por tierra sus pretensiones de ser presidente del interbloque. "Quería ser presidente del interbloque y se le escapan las diputadas. -fue la lectura impiadosa que circuló en los despachos cambiemitas- Además,  fue aún peor: le avisaron que esto podía pasar y consintió que ella se fuera".

En tanto, el PRO también se llevó lo suyo a la hora del pase de facturas. Los radicales también recordaron que fue Silvia Lospenatto del PRO la que impulsó la sesión y los llevó al fracaso. "Por elevación, esto es un golpe para Cristian Ritondo", decían. El jefe del bloque del PRO es el número puesto para conducir el interbloque, pero enfrenta el veto de Elisa Carrió. La situación sigue sin resolverse, y ya hay quien pide la intervención de la mesa nacional y, en particular, de Horacio Rodríguez Larreta.

En esa línea, no es menor que uno de los que fue apuntado sea Alvaro González, una de las figuras clave de Larreta en el Congreso y en su armado presidencial. González no se escondió, sino que salió a defenderse: "La foto final es ‘faltaron tres vagos que no están, que son unos boludos y que se fueron a dar vueltas por el mundo’. No es así, más allá de que me hago cargo de lo que me tengo que hacer cargo y no me victimizo”, dijo. “Esto tiene dos planos. Uno es el personal, que es el motivo por el que estoy en Berlín: hace dos años que no veía a mi hija, se casaba y decidí venir. Cuando tomé la decisión de pedir licencia, el 9 de diciembre, los temas que fueron tratados ayer no estaban en carpeta, solo estaba el tratamiento del presupuesto”. "Hice todos los esfuerzos para poder volver. Tuve mala suerte, el ticket era vía Ámsterdam y cerraron por Covid. No estoy en condiciones de tomarme un avión privado para llegar”, remarcó. También dijo que "más allá de los tres que no estuvimos, si hubiéramos estado la ley salía igual".

La polémica se suma a la que ya tenía el espacio por el rechazo del Presupuesto, una decisión que el flamante presidente de la UCR volvió a criticar: "Un Gobierno no se puede quedar sin presupuesto. Yo comparto la posición de la Coalición Cívica de ese momento, no puede ser una opción de un país que el Gobierno no tenga presupuesto", dijo el gobernador de Jujuy, cuya gestión se verá afectada por la detracción de fondos.