Milagro Sala lleva 490 días presa. Frente a las acusaciones por “asociación ilícita, fraude y extorsión” orquestadas por el actual gobernador de Jujuy, Gerardo Morales, la Organización de Naciones Unidas volvió a ratificar días atrás su pronunciamiento sobre la arbitrariedad de la detención de la dirigente social, cosa que también señaló la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) desde mañana sesionará en la Argentina. En ese marco, se realizó ayer en la sala Caras y Caretas el festival solidario “Un milagro para Milagro” para recaudar fondos destinados a los presos y presas políticos jujeños y exigir la liberación de Milagro Sala. El encuentro reunió a abogados, escritores, docentes, artistas plásticos, militantes de organizaciones barriales y músicos como Dolores Solá, Acho Estol, Peteco Carabajal y Bruno Arias.
En el hall de entrada de la sala Caras y Caretas, un buzón se ofrecía para recibir cartas de apoyo a Sala, y los militantes de Tupac repartían carteles impresos sobre cartones para ser colgados del pecho, con la consigna “#LiberenAMilagro”. El encuentro fue abierto con la proyección del documental “Milagro Pueblo”, en el que se recorre la historia y la vida de Sala a través de la construcción del barrio Alto Comedero, a 15 kilómetros de la capital jujeña. Un auditorio copado por la clase media porteña escuchaba las palabras de esa referente. “Nosotros, los negros, los que venimos de muy abajo, hoy podemos discutirle a los políticos, a los economistas, nos preparamos para no tener que agachar la cabeza nunca más”, dice Sala en una de sus últimas imágenes en libertad.
El primero en hablar luego del documental fue Jaime Sorín, ex decano de la Facultad de Arquitectura de la UBA. “En el barrio llevado adelante por Milagro Sala, con una organización cooperativa, lo común es la prioridad. Ahí, para solucionar el problema de mi casa tengo que solucionar el problema de la comunidad”, dijo, haciendo énfasis en la idea de que este modo de organización social es una de las causas de la persecución política de Milagro Sala. Luego, la palabra fue cedida a Alejandro “Coco” Garfagnini, coordinador del Comité Nacional por la Libertad de Milagro Sala. “Ella nos hizo ver una concepción del poder muy distinta a la de los partidos de la provincia, que son más bien productos de alianzas económicas”, dijo Garfagnini.
“Todos sabemos que la de Milagro no es una causa judicial, sino una persecución política, a la que se suma la condición de mujer que rompe estereotipos”, dijo María Elena Naddeo, ex legisladora porteña. La charla la cerró Paula Álvarez Carreras, una de las abogadas defensoras de Milagro Sala. “En Jujuy no hay estado de derecho, y es un peligro que se está extendiendo al resto del país. Las causas que le ponen una y otra vez a Milagro se van cerrando en días por falta de méritos. El Gobernador Morales dijo explícitamente que su intención era tenerla encerrada. Y con ese objetivo van inventando las causas. Frente a eso, la ONU exigió su liberación y una indemnización. Ahora estamos esperando por el dictamen de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos para seguir presionando y que esto suceda cuanto antes”.
Luego de la charla comenzaron las otras actividades. Hubo una muestra plástica coordinada por Rubén Sassano, que contó con más de 50 artistas que retrataron a Sala y la necesidad de su liberación, y a eso le siguió una intervención teatral de la compañía Molino Teatro Político. Luego llegaron los recitales de La Chicana, Peteco Carabajal y Bruno Arias, intercalados por la lectura de poesía y la presentación de distintos artistas.