Causalidad 6 puntos
Argentina, 2021
Dirección y guion: WHO.
Duración: 114 minutos.
Intérpretes: Juana Viale, Laura Novoa, Pablo Mónaco, Esteban Bigliardi, María Soldi y Fabián Arenillas.
Estreno en Amazon Prime Video.
Una clásica placa negra con letras blancas avisa, antes de los créditos finales, que Causalidad fue “realizada en un único plano secuencia, sin cortes”. No parece una afirmación cierta, en tanto la cámara hace un par de movimientos físicamente imposibles durante las casi dos horas de metraje, como atravesar una puerta a través de su parte vidriada. Lo cierto es que el último trabajo del realizador que se hace llamar WHO tiene en esa apuesta formal uno de sus principales cartas de presentación, el mayor rasgo distintivo de una película coreografiada hasta el último detalle que abraza el formato thriller nocturno y basa su acción en las sospechas constantes sobre las motivaciones, deseos y voluntades de los personajes que trabajan en un hospital durante el turno noche. Un turno solitario y de largos tiempos muertos que ofrece la posibilidad de establecer algunos emprendimientos propios que trascienden los límites de la medicina.
Todos los trabajadores tienen algo que esconder puertas adentro del lúgubre nosocomio donde transcurre el grueso de la acción de Causalidad. La trama comienza con Claudia (Juana Viale) esperando en el bar de la esquina del lugar. Frente a ella hay un par de tragos, pero no un interlocutor con quien compartirlos: la chica fue plantada por un tal Doctor Luis que conoció en Tinder y trabaja en ese hospital. Mensaje va, mensaje viene, en un momento es claro que está chamuyándola. Justo antes de que las esperanzas del encuentro se evaporen definitivamente, un indigente alterado se acerca a la mesa de Claudia, generando un alboroto durante el que alguien pone un líquido transparente en su Gin Tonic a medio terminar. Claudia vacía su vaso, arranca a caminar y se desvanece, mientras el indigente observa a prudente distancia, para luego recogerla en su carro y llevarla hasta la puerta del hospital. Que lo primero que haga el empleado de seguridad (Fabián Arenillas) al encontrarla inconsciente sea robarle la billetera es el primer indicio de las cosas oscuras que se cocinan allí.
La única que parece preocuparse por ella es la enfermera Romina (Laura Novoa), la misma que sospecha que se trata de otro caso de mezcla de alcohol y drogas. Menuda sorpresa se lleva cuando, al volver con el suero, Claudia se fue. ¿Cómo pudo haberse ido sola, si a duras penas balbuceaba su nombre? A partir de ahí, Causalidad presentará distintas subtramas registradas mediante una cámara inquieta que recorre los pasillos y consultorios con urgencia, encontrando, entre otros, al famoso Doctor Luis –sindicado por el film como el autor intelectual del plan, hasta la llegada de las inevitables vueltas de tuerca– y un enfermero (Esteban Bigliardi) con quien Romina parece tener una relación más que laboral. El muchacho, además, arrastra un trauma desde que su esposa embarazada murió una década atrás.
WHO hila las distintas piezas con mano segura no solo a la hora de planificar el recorrido del ojo electrónico, sino también para administrar la información y sostener el suspenso a medida que el rompecabezas empieza a tomar la forma definitiva de un correcto ejercicio de estilo, convirtiéndose en la enésima muestra de que la rutina hospitalaria, con la vida y la muerte conviviendo a metros de distancia, es un terreno fértil para la imaginación paranoide.