Llegan las fiestas de fin de año y la imagen de la Navidad es Papá Noel. O Santa Claus, como se lo conoce en Europa y Estados Unidos. A los chicos se les cuenta que a la medianoche del 24 de diciembre recibirán regalos traídos desde el Polo Norte por un hombre barbado. Pero en el relato cristiano de la Navidad no hay registro de la presencia de Papá Noel en el momento del nacimiento de Cristo en un pesebre de Belén, justamente a la medianoche del 24. Sí aparecen en la Biblia los Reyes Magos: Melchor, Gaspar y Baltasar. Eran ellos los que traían los regalos hasta que llegó Papá Noel, cuya historia es posterior al tiempo de los Evangelios y combina cuestiones religiosas y publicitarias.
Papá Noel y San Nicolás de Bari
Quien es conocido como Papá Noel fue moldeado en base a un santo que vivió entre los siglos III y IV después de Cristo. San Nicolás de Bari nació en Patara, en la región turca de Licia, hacia el año 270. Una peste lo dejó huérfano a los 19 años y heredero de una gran fortuna. Al parecer, decidió donar a los pobres toda su fortuna y partió a Anatolia, donde fue nombrado obispo.
Combatió a los demás cultos, en pos de consolidar el monoteísmo y se le atribuye haber destruido el templo de Artemisa en Éfeso, considerado una de las siete maravillas del mundo antiguo. Más tarde, participó del Concilio de Nicea, el primer concilio ecumémico de la historia, donde refutó a Arrio, el principal cuestionador de la divinidad de Cristo e impulsor del arrianismo.
Nicolás de Bari murió hacia el año 345 en la ciudad turca de Mira. Su ligazón con Bari es póstuma. A esa ciudad italiana fueron llevados sus restos como consecuencia de la conquista musulmana de la actual Turquía. Se le atribuyeron milagros que llevaron a su canonización y se resaltó su carácter afable hacia los más débiles.
Varias historias de Nicolás refieren a su relación con los niños, lo cual ayudó a moldear a Papá Noel en torno a su figura. Una vez regaló bolsas de oro a unas muchachas que sin esa dote no podían casarse. La leyenda refiere que lo hizo en secreto, durante la noche, les dejó en su habitación las bolsas de regalo. Algo similar a la imagen del 24 de diciembre a la noche.
El viaje de Santa Claus a América
Se calcula que a mediados del siglo XVII se dio el tránsito de San Nicolás a Papá Noel. Sucedió a raíz de la inmigración holandesa que fundó la actual Nueva York (entonces, Nueva Ámsterdam). Los nuevos habitantes llevaron sus costumbres y, entre otras tradiciones, la Fiesta de San Nicolás, la Sinterklaas. A comienzos del siglo XIX, el escritor Washington Irving escribió "Historia de Nueva York", un relato satírico en el que deformó el nombre del santo holandés y lo transformó en Santa Claus (en rigor, una deformación del alemán Sankt Nikolaus).
En 1823, el poeta Clement Clarke Moore tomó el personaje de Irving y le dedicó un poema que hizo a la imagen posterior de Papá Noel: incorporó el trineo tirado por ocho renos que lo lleva por todo el mundo la noche de Navidad para dejar regalos. El dibujante Thomas Nast sería quien le daría su fisonomía de persona obesa y barbuda en la revista Harper´s Weekly, en 1863. Se cree que se basó en vestimentas de obispos para diseñar el traje rojo.
Papá Noel como lo conocemos hoy en día
En 1931 llegó la campaña que Coca-Cola le encargó al dibujante Haddon Sunnblom. Fue a partir de ahí que se universalizó la imagen de Papá Noel tal como se la conoce. Y eso fue lo que generó rechazos en los últimos años.
Se lo ve como una figura surgida de Estados Unidos y exportada al resto del mundo, que mercantiliza el sentido religioso de la Navidad. Varios países de Europa central plantearon su rechazo y aseguran que corresponde poner en primer plano al Niño Jesús: es un hecho que, en la liturgia cristiana, Santa Claus ni siquiera forma parte del pesebre.
La noche del 5 de enero está establecida en la liturgia como La Noche de Reyes y se hizo la costumbre de los regalos, en el cierre formal de las Fiestas (el árbol de Navidad que se arma cada 8 de diciembre se desarma el 6 de enero), pero el momento culminante, que es Navidad, quedó hegemonizado por la figura de Papá Noel o Santa Claus que, justo en el momento en que la tradición marca el nacimiento de Cristo, le trae regalos a los más pequeños.
En la Biblia figuran los Reyes Magos, pero no Papá Noel. El hecho de que San Nicolás de Bari muriera un 6 de diciembre, es decir, dos días antes del comienzo de la Fiestas, ayudó a imponer su figura como parte de la celebración. Los aportes posteriores, lejanos a todo sentido religioso, y hasta la campaña de la gaseosa más vendida del mundo, terminaron por imponer su figura.