El Tribunal Oral Federal (TOF) 1 de La Plata desbarató los planes de Miguel Osvaldo Etchecolatz de pasar fin de año en casa. Los jueces Andrés Basso y José Michilini rechazaron el pedido de arresto domiciliario que presentó la defensa del genocida y sostuvieron que Etchecolatz puede seguir en la Unidad 34 de Campo de Mayo.
Periódicamente, el defensor oficial que representa a Etchecolatz formula planteos para que el exdirector general de Investigaciones de la Bonaerense se vaya a su casa en el Bosque Peralta Ramos de Mar del Plata. El año 2021 no fue la excepción.
El argumento para pedir la domiciliaria era que estar en su casa atenuaría el constante deterioro de su salud que experimentaría el represor de 92 años y que, de esa forma, podría esquivar los riesgos de volver a contagiarse de Covid, enfermedad que Etchecolatz transitó sin síntomas.
Tanto la querella de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación como la de la Liga Argentina por los Derechos Humanos (LADH) –que encabeza la abogada Guadalupe Godoy– rechazaron la pretensión de Etchecolatz de irse a casa. El Ministerio Público Fiscal sostuvo que, antes de pronunciarse, quería un informe detallado del estado de salud del genocida.
Durante los últimos siete meses, se le realizaron estudios a Etchecolatz dentro y fuera de la Unidad 34. Semanas atrás se informó que sería llevado al Hospital Posadas para hacerse un chequeo, lo que generó un amplio repudio en ese centro médico que tiene once desaparecidos y el extraño privilegio de haber albergado un centro clandestino de detención durante los primeros años de la dictadura. Sin embargo, las autoridades del Servicio Penitenciario Federal (SPF) lo llevaron al Hospital El Cruce de Florencio Varela para que le hicieran los análisis necesarios.
En mitad del proceso, desde la Unidad 34 de Campo de Mayo, le informaron al TOF que el lugar no contaba con la infraestructura para que Etchecolatz siguiera allí, por lo que desde la fiscalía pidieron que se le consultara entonces al SPF dónde podían alojarlo. Etchecolatz ni lerdo ni perezoso mandó a su defensor a oponerse a un traslado de la Unidad 34, donde cohabita con sus exsubordinados y otros condenados por delitos de lesa humanidad. Desde el Ministerio de Justicia le habían dicho a este diario que en el penal de Campo de Mayo habían hecho las refacciones necesarias para que Etchecolatz siguiera allí.
Como perita de Etchecolatz actuó Josefina Margaroli, una abogada y médica cuyos textos para pedir las domiciliarias son furor en las páginas de genocidas. Sus charlas fueron promocionadas por la actual diputada Victoria Villarruel y, en 2018, fue al Ministerio de Justicia junto con el titular de la Unión de Promociones, el coronel retirado Guillermo César Viola –actualmente detenido por su rol en la masacre de la calle Corro–, y Ana Magi, esposa del represor Ernesto “Nabo” Barreiro para interesarse por las peticiones que los detenidos por delitos de lesa humanidad hacían ante el sistema interamericano de derechos humanos.
El no del tribunal
El jueves último, la dirección nacional del SPF le dijo al TOF 1 de La Plata que Etchecolatz contaría con un cuidados de enfermería las 24 horas y que se lo asistiría con las actividades diarias como a cualquier persona de su edad.
“Las diversas piezas documentales incorporadas a la incidencia dan cuenta no solo de la atención médica y seguimiento permanente que recibe Etchecolatz sino de la adecuación de la infraestructura de la Unidad 34 para proporcionar la atención sugerida por los profesionales del Cuerpo Médico Forense”, escribieron Basso y Michilini.
“La privación de la libertad en el establecimiento carcelario no le impide recuperarse o tratar adecuadamente sus dolencias”, añadieron los jueces al momento de rechazar el pedido de domiciliaria. De todos modos, los dos integrantes del TOF 1 de La Plata le pidieron al SPF que monitoree permanentemente a Etchecolatz y que remita informes periódicos para saber cómo está su salud.
Etchecolatz cuenta con nueve condenas en su haber. Actualmente, el TOF 1 platense lo está juzgando por su responsabilidad en los crímenes cometidos en tres brigadas del Circuito Camps (el Pozo de Banfield, el Pozo de Quilmes y El Infierno de Lanús) y por lo sucedido con Jorge Julio López y otro grupo de detenidos-desaparecidos en el Pozo de Arana.
Durante el macrismo, en diciembre de 2017, Etchecolatz logró volver a su casa gracias a una decisión del Tribunal Oral Federal (TOF) 6 de. Su vuelta a Mar del Plata causó conmoción entre vecinos y referentes de organismos de derechos humanos. La Sala IV de la Cámara Federal de Casación terminó revocando la domiciliaria y ordenando que Etchecolatz volviera a prisión. No podrá reeditar otro diciembre como aquel.