Desde Roma
“Devociones Argentinas” es un proyecto que va más allá del mundo religioso. Nacido originariamente en agosto del 2020 de una idea y propuesta de la actual embajadora argentina ante la Santa Sede, María Fernanda Silva, “Devociones Argentinas” quiere difundir las historias de varios santos y candidatos a santos muy populares en Argentina y que poco se conocen en el Vaticano y en el mundo. Para eso, con la ayuda de la Agencia Argentina de Inversiones y Comercio Internacional y del movimiento Misioneros de Francisco, se crearon tres talleres artísticos en la ciudad y el conurbano bonaerense donde se da trabajo a gente de la calle, desocupados, mujeres maltratadas, ex adictos a las drogas y al alcohol y otras personas de sectores vulnerables. Diseñadoras profesionales les enseñan a hacer las estatuillas. Y cada uno recibe un pequeño sueldo.
“La idea fue unir la religiosidad popular y hacer volver al trabajo de la economía popular a las personas que estuvieran en necesidad," contó a Página/12 la embajadora Silva. "Tengo priorizada la tarea de los santos y santas de la Argentina desde que soy embajadora. Pero no tenía imágenes para difundirlos y difundirlas. Parecía una cosa loca. Tal vez alguno habrá pensado que era mejor que me pusiera de acuerdo con la Agencia de Inversiones para que los fabricaran otras empresas que ya hacen cosas religiosas. Pocos días después de la primera reunión de agosto de 2020, la Agencia organizó otro encuentro en el que estuvieron presentes los Misioneros de Francisco. Y comenzamos a darle vida al proyecto”.
Virgen de Luján, Negro Manuel y Mamá Antula
En un primer momento se trató de tres devociones, la patrona de la Argentina, la Virgen de Luján, y dos de los más antiguos candidatos a santos del país, el Negro Manuel y Mamá Antula. El Negro Manuel, nacido en Guinea en el siglo XVII, fue capturado y vendido como esclavo. Llegó a Brasil donde fue vendido otra vez para hacer un viaje a Buenos Aires a fin de llevar una imagen de la Virgen María. Cuidó esa imagen de la virgen toda su vida. Corría el año 1630. Mamá Antula, como la llamaban los indígenas, nacida en Santiago de Estero en 1730 en una familia de colonizadores, a los 15 años se dedicó a la vida religiosa siguiendo siempre los pasos de los jesuitas. Pero cuando los jesuitas fueron expulsados de todo el imperio español entre 1767 y 1768, ella decidió seguir sus pasos y se fue caminando de Santiago a Buenos Aires donde años después fundó un centro de ejercicios espirituales que todavía existe. Fue consagrada beata en 2016.
Según las reglas de la Congregación para las Causas de los Santos del Vaticano, que se ocupa de evaluar los candidatos a santos, existen cuatro niveles que el candidato debe superar: virtudes heroicas, venerable (en ambos casos luego de una larga investigación), beatificación (luego de haberse demostrado la realización de un milagro) y canonización (luego de un segundo milagro). Los procesos son larguísimos, pueden llevar varias décadas o más, pero también a veces se demoran por falta de interés de parte del Vaticano porque los personajes son poco conocidos. Y este proyecto quiere difundir estas historias. Argentina tiene unas 50 causas de canonización iniciadas, contó la embajadora que hizo abrir un canal YouTube para difundirlas.
“Es importante que otras personas conozcan estas causas y este proyecto para que sepan que los descartados, como los llama el papa Francisco, pueden volver al trabajo y que los acogemos y les damos una esperanza," continuó la embajadora. "Yo espero que esta experiencia se replique en otros lugares. Hay países que han mostrado interés en conocerla. Y tal vez podamos hacerlo como un trabajo latinoamericano, como devociones latinoamericanas”. Y concluyó: “Estoy muy contenta de que un proyecto que al principio parecía muy difícil se haya podía concretar y que mucha gente que en agosto del 2020 estaba en la calle con una vida rota y el alma rota, hoy tiene trabajo, y estudia y puede permitirse una vida en la comunidad y se reencuentra con su familia, con sus hijos a los que no podía ver porque estaba en la calle. Creo que les estamos ayudando a recuperar sus almas y que este es un ejemplo transformador. Devociones Argentinas es la historia del encuentro entre argentinos y argentinas”.
Las tres primeras estatuillas elaboradas por los talleres de Devociones Argentinas ya llegaron al Vaticano, a Santa Marta donde vive el Papa, a la Iglesia Argentina de Roma, al despacho del canciller argentino, a la Casa Rosada. Las próximas estatuillas estarán dedicadas a otros candidatos a santos: al padre Enrique Angelelli - el obispo de La Rioja que se oponía a la dictadura militar y fue asesinado por ésta en un falso accidente automovilístico en 1976 y desde 2019 es beato- , el padre Bachi -un cura villero que murió de covid en 2020 porque prefirió quedarse con su pueblo pese a saber que corría riesgo por sus enfermedades precedentes- y el Cura Brochero, que vivió en el siglo XIX en Córdoba y es santo desde 2016.
Agencia de Inversiones y Misioneros de Francisco
Martín Navarro, Director de Desarrollo Internacional de la Agencia Argentina de Inversiones y Comercio Internacional - que entre otras cosas acompaña a las empresas en su camino exportador -, se define así mismo también como “un misionero más” de Misioneros de Francisco. Como representante de la agencia estuvo en Roma con el objetivo contactar comerciantes como eventuales importadores de Devociones Argentinas.
Misioneros de Francisco, un movimiento nacido poco después de la elección del papa argentino en 2013, “hace mucho que tenía la idea de desarrollar este tipo de cosas pero no se hacía. A partir de la reunión con la embajadora María Fernanda Silva en 2020, la idea cobró vida. Misioneros de Francisco creó una cooperativa y lo está llevando adelante. El objetivo es rescatar trabajadores, gente de la calle. Las devociones fueron una excusa hermosa, una espiritual excusa para conseguirlo. Esperemos que los equipos de trabajo se vayan consolidando con el tiempo”, contó Navarro a Página/12 en Roma.
Actualmente Devociones Argentinas cuenta con dos talleres en provincia de Buenos Aires, uno en Luján que visitó el presidente Alberto Fernández y otro en Tres de Febrero, y un tercero en el barrio porteño de Constitución. El proyecto se pudo llevar a cabo gracias a los recursos financieros aportados por el INAES, el Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social. Las personas que trabajan en los talleres son detectadas en los lugares donde se hacen ollas populares de las que participan muchos movimientos populares como los Misioneros de Francisco. En las ollas populares se les hacen preguntas a las personas que van y se detectan las que podrían colaborar.
El objetivo de Navarro en Roma fue “hacer algunas reuniones con comerciantes y dentro del Vaticano para ver si había interés en estas devociones. Encontré buena recepción pero hay que seguir trabajando porque hay que cumplir con ciertos requisitos legales para poder exportar de Argentina al Vaticano y comerciar. Ya estamos trabajando en eso. Tal vez el año que viene estaremos preparados”, dijo. Estuvo hace poco en México y el programa interesó y también en España, contó. “Hay que buscar lugares que tienen una semejanza cultural con la Argentina, incluso de América Latina para hacer pequeñas exportaciones. De todas maneras es un camino a largo plazo y difícil. Pero es un camino para recorrer”, añadió, subrayando que la embajadora Silva “ha sido una gran impulsora de esto y nos ha alentado siempre a continuar, teniendo presente que este proyecto se ha desarrollado en plena pandemia”. Navarro vino a Roma como representante de la Agencia para tratar de consolidar este proyecto. “Cuando decidimos incluir a sectores populares en esta idea, sabemos que con estos productos no vamos a resolver la necesidad de dólares que necesita la Argentina. Pero si ayudamos un poco a la gente. Tanto la Agencia de Inversiones como la cancillería, desarrollo social y otros entes, han ayudado mucho, nos han guiado. Es bueno que se sepa. Como es bueno que se conozca el e-mail para hacer pedidos de estatuillas: [email protected]”, concluyó Navarro.