“Queremos garantizar el derecho de los bonaerenses a la cultura”, aseguró a PáginaI12 Florencia Saintout, designada por el gobernador Axel Kicillof como directora del Instituto Cultural de la provincia de Buenos Aires. “Nos encontramos con un desafío importante porque encontramos devastada el área de Cultura después del macrismo. En principio queremos jerarquizar y poner en valor la experiencia anterior del Instituto que fue muy buena”, destacó la funcionaria, mientras espera con su equipo que se sancione una ley de ministerios necesaria para la creación del área --el proyecto será tratado este martes por la Legislatura provincial--. “La idea es que las políticas culturales perduren en el tiempo, por eso los programas a seis años, para que quede documentado y llegue a ser una política de Estado, más allá del signo político de cada gobierno”, indicó apuntando a uno de los principales objetivos que se planteó la gestión.
- Ya hubo una experiencia de Instituto Cultural en la provincia, ¿se va a retomar esa idea?
- Es importante políticamente poner en continuidad lo que se hizo anteriormente en el Instituto. Se creó por ley en el 2003, y fue una experiencia muy buena, por eso creo que quedó en la memoria de los trabajadores de la cultura. Lo que hizo después (la ex gobernadora María Eugenia) Vidal en su gobierno fue desarmarlo, derogar la ley para crear un Ministerio de Gestión Cultural, que fue un desastre. Ahora estamos volviendo a la misma esencia con la que se creó el Instituto en el 2003.
- La intención es jerarquizar la cultura como política de Estado, ¿el área va a depender de otro ministerio o va a contar con autarquía?
- Va a depender directamente del gobernador y va a ser un organismo autárquico, una característica muy importante por una cuestión administrativa, pero sobre todo por la puesta en valor de la cultura como política de Estado. Hay una parte que en Cultura tiene que ver con producción, pero tal vez se trata de una de las más chiquitas, por lo tanto todo el área de Cultura no puede depender de la producción. Pero también es importante porque la cultura necesita una dimensión de autonomía, incluso con el acompañamiento del Estado para la autogestión.
- Hay un debate sobre por qué un Instituto y no un Ministerio de Cultura...
- Se decidió que sea un Instituto principalmente para rescatar la experiencia anterior que fue muy buena. Aparte los trabajadores de la Cultura reclaman un Instituto, no un ministerio, evidentemente está ligado a esta memoria que existe de la experiencia previa. Pero por otro lado no deja de tener el equivalente claro a un ministerio, tiene todas las condiciones y características de un ministerio. Si llevamos adelante todo lo que estamos pensando va a ser una muy buena experiencia. La idea de Instituto es más potente que la de ministerio.
- ¿La creación del Instituto busca institucionalizar el derecho de la población a la cultura?
- Es un derecho que para algunos es menor, porque parten de la idea de que el que puede comprar cultura la compra y el que no tiene para comprar, que no la tenga. Estamos convencidos de que la cultura forma parte de los derechos que no pueden ser negociados. En ese punto tiene que ver con el acceso, pero también con la producción de cultura.
- ¿Qué planes impulsará en el Instituto?
- En el anuncio del gobernador se destacó la idea de un plan a seis años. Después de cuatro años de destrucción macrista y dos de pandemia, ahora tenemos seis años para reconstruir. Tenemos planes para el verano, pero apostamos al programa de seis años que va a sentar las bases.
- ¿Cuáles son las líneas de trabajo que se plantearon?
- Queremos trabajar en tres líneas: garantizar infraestructura y equipamiento con deudas muy puntuales como la puesta en valor del Teatro Argentino, que ha sido arrasado por el macrismo. Como dice el gobernador, la política tiene que verse en la vida cotidiana de la personas. Otro eje es el de la identidad, porque si no sabemos quiénes somos, dónde estamos, quiénes fuimos, quiénes queremos ser, es muy difícil que podamos defenderlos. Y es imprescindible para garantizar el derecho a la cultura abrir la participación. Cada uno de los programas que estamos pensando tiene un eje en la democratización y la participación, en promover la participación de los diferentes sectores de la cultura en los diferentes territorios de la provincia. Una participación que permita que no solamente estén los artistas consagrados sino que también estén los artistas locales en cada una de sus ciudades y pueblos. Va ser imprescindible construir redes con todo lo existente y ponerlo en valor.
- ¿Cómo tienen pensado integrar a la juventud?
- Es uno de nuestros objetivos más importantes. Les vamos a dar mucho valor a las culturas juveniles. Desde el Instituto vamos a lanzar una convocatoria bien directa a los pibes y pibas que escriben, que hacen música, que les gusta el cine, que inventan videojuegos, que están hablando otras lenguas que no son las contempladas por la cultura más tradicional. Nos parece que ahí hay algo que se abre con temáticas específicas. Vamos a trabajar mucho con el Ministerio de Ambiente sobre esto y con el Ministerio de Mujeres porque en estos años se ha transformado mucho la cultura y los jóvenes y las jóvenes son los que están al frente de está transformación. Un fuerte a donde vamos a apuntar va a ser la política de lectura. La provincia de Buenos Aires tiene quinientas bibliotecas populares, pero sin embargo la mitad de los distritos no tienen librerías, una paradoja. Y además existen algunos sectores que creen que ya no hay nada más para leer. Vamos a poner un énfasis muy importante porque es una experiencia también de una totalidad abierta para profundizar la construcción del argumento y de la cultura escritural.
- El sector editorial, que tiene muchas PyMES, fue uno de los golpeados por la pandemia. ¿Cuál es su mirada sobre el tema?
- La cultura también tiene que ver con el trabajo, con la generación de puestos de trabajo. En La Plata se hizo una Feria del Libro y se vendieron libros y se editaron libros. Esta dimensión es muy importante para la provincia. En estos dos años de pandemia creo que se reconstruyó parte de la cultura como se pudo porque hubo que empezar de cero después del macrismo. Por eso estamos trabajando mucho para desarrollar la política cultural. Y para eso también estamos trabajando con el gobernador el armado de una estructura para el área. Siempre pensando en los planes a seis años que nos pidió el gobernador, para que quede por escrito el documento y poder ir generando políticas de Estado que se mantengan aunque cambie de signo político una gestión.