La pandemia, lejos de parecerse a una foto fría, estática e inanimada, se asemeja más a un video que se modifica conforme transcurre el tiempo. Bajo esta premisa, en un nuevo capítulo de la propagación del coronavirus en el país, desde el ministerio de Salud evalúan un “cambio de paradigma”: los contactos estrechos con síntomas empezarán a considerarse positivos, sin la necesidad de testeo. Esta decisión se relaciona con la presión sobre el sistema de diagnóstico que comenzó a advertirse durante los últimos días, con sitios abarrotados de personas en interminables filas. Este lunes se registró una fuerte suba de contagios: hubo 20.263 nuevos casos y 31 fallecimientos por covid.
En un contexto de un creciente número de casos, la ministra Carla Vizzotti dijo: “Más allá de que se refuercen los centros de testeos, la indicación de la jurisdicción puede ser que un contacto estrecho de un caso positivo con un síntoma, aunque esté vacunado, se considere positivo sin la necesidad de hacer el test”. De esta manera, la confirmación del positivo será “por clínica”. Se trata de una estrategia que se empleó durante la ola pasada y que ya fue puesta en marcha en Córdoba. Fuentes de la cartera sanitaria informaron a este diario que “la confirmación clínico-epidemiológica” está vigente desde agosto 2020. Según la situación epidemiológica, cuando los casos aumentan en esta y en todas las enfermedades el positivo puede confirmarse por clínica.
“Disponer de la capacidad de hacer testeos a toda una población en riesgo, ante un aumento inusitado de contagios, lleva a que se replanteen las estrategias”, señala Tomás Orduna, Jefe del Servicio de Medicina Tropical y Medicina del Viajero en Hospital Muñiz de Buenos Aires, a Página 12. Luego continúa con un ejemplo: “En Vancouver (Canadá) se decidió dejar de testear a los contactos y a los pacientes con síntomas y cuadros leves. En cambio, se les pide que se queden durante ocho días aislados y en alerta ante cualquier cambio en su evolución clínica”.
“Estoy totalmente a favor de esta metodología. Es natural que los sistemas de testeo no alcancen con la dispersión que tenemos”, afirma Orduna. Después agrega: “Si bien es bueno saber qué cantidad de gente hay infectada y las variantes que circulan, la verdad es que, del mismo modo que ocurre con dengue, cuando la epidemia se desata dejamos de hacer diagnóstico por laboratorio y todo cuadro clínico compatible, se asume que es dengue”. Por último, remata: “Lo más importante es que se respete el aislamiento, que durante ese tiempo de confinamiento, el paciente deja de infectar a otros”.
Autotest
El exsecretario de Salud durante el gobierno de Mauricio Macri, Adolfo Rubinstein, se expresó al respecto del autotest en sus redes sociales. “Para descomprimir los centros de testeo hay que autorizar los autotest domiciliarios. Estos test se compran en la farmacia, son baratos y específicos, y si se repiten al menos 2 veces en pocos días en contactos o síntomas dudosos, permiten detectar a casi todos los casos”, propuso. Mario Lozano, virólogo del Conicet, opina que utilizarlo podría ser “una mala decisión”. “La técnica de extracción de muestra, a pesar de ser sencilla, no es conocida por todos. Con lo cual, puede ser llevada a cabo de una mala manera. Una persona covid positivo podría dar un resultado negativo solo porque tomó mal la muestra. Lo único que hará es llevar más dinero a los bolsillos de las empresas internacionales”, expresa el experto en vacunas.
Los tests de autoevaluación --popularmente conocidos como “autotests”-- que se emplean en otras partes del mundo, aguardan por la aprobación de Anmat. Con una precisión similar a los test de antígenos, podrían estar disponibles a partir del próximo mes y ser de acceso gratuito.
El ojo en las internaciones
Sobre la situación epidemiológica, Vizzotti dijo que el foco está en modificar "la mirada desde el número de casos al número de internaciones en terapia intensiva, sabiendo que las vacunas no interrumpen la circulación del virus. El tema con la vacunación es disminuir las hospitalizaciones y las muertes y que nuestro sistema de salud pueda seguir atendiendo a las demás patologías y problemas de salud". A la fecha, la ocupación del sistema está a un 34,4 por ciento a nivel nacional. Más allá del cambio de enfoque, el propósito de máxima continúa siendo el mismo desde el comienzo: que el sistema de salud --es decir, que los profesionales que lo conforman y sostienen-- no se estrese y, por ende, que las instituciones no colapsen. Como suele repetir el médico intensivista Arnaldo Dubin: “Si bien las camas y los respiradores pueden multiplicarse, no ocurre lo mismo con los recursos humanos”.
Luego, Vizzotti insistió en la necesidad de completar los esquemas de vacunación. "Tenemos una nueva variante pero en personas vacunadas genera una enfermedad leve. Por eso es fundamental que todos completen el esquema de vacunación, para que los casos no se traduzcan en hospitalizaciones y muertes". Argentina posee una excelente tradición en respetar el calendario de vacunación y dicha trayectoria se pudo comprobar en la pandemia. A diferencia del promedio general del continente europeo que, según el sitio Our world in data, ha inoculado aproximadamente al 60 por ciento de sus habitantes con dos dosis, en territorio doméstico ya ha recibido los dos pinchazos nada menos que el 71 por ciento. Incluso, más del 10 por ciento ya se inoculó su tercera dosis de refuerzo.