Tras la denuncia de la AFI a empresarios y exfuncionarios de la exgobernadora María Eugenia Vidal, entre los que estaba su ministro de Trabajo, Marcelo Villegas, quien en una reunión en 2017 aseguró que había que "tener una Gestapo para terminar con todos los gremios", funcionarios y referentes del Frente de Todos, la CGT y organizaciones de la comunidad judía en Argentina repudiaron lo sucedido. La presidenta del bloque del Frente de Todos en la Cámara de Senadores bonaerense, Teresa García, pidió que el procurador Julio Conte Grand "de un paso al costado".
"Julio Conte Grand, ¿sigue usted en funciones? Su continuidad al frente de la Procuración General de la PBA compromete seriamente la confianza en las instituciones públicas y en el poder judicial. Haga su aporte y de un paso al costado", pidió la senadora la renuncia.
"Es gravísimo. Siendo diputado me tocó presentar la primera denuncia de la mesa judicial cuando entraban al despacho de Macri en Casa Rosada y a Olivos a jugar al paddle. Son los mismos camaristas de casación que hoy se siguen excusando", aseguró el ministro de Justicia, Martín Soria. "No solo espiaban a sus familias, a sus colegas, sino también a periodistas, dirigentes de la oposición. Espiaban a las víctimas de la AMIA y Macri fue procesado por eso. Más tarde espió a los familiares de las víctimas del Ara San Juan", agregó.
El ministro de Justicia bonaerense, Julio Alak, opinó que "acciones como estas están severamente penadas por la ley, violan el principio republicano de la división de poderes y exigen una investigación penal seria e independiente".
Cristina Álvarez Rodríguez, ministra de Gobierno de la provincia, agregó que "la existencia de una mesa judicial recuerda las prácticas de la dictadura".
La CGT también mostró su repudio: "Este tipo de maniobras se alejan de las prácticas democráticas que necesitamos para construir un país donde la división de poderes sea un valor importante. Los derechos y conquistas laborales no pueden ser saqueados a través de mesas judiciales", indicaron.
La DAIA, que en 2012 había entregado un reconocimiento a Villegas por su "permanente compromiso con la diversidad empresaria" cuando era director de Telecom, repudió sus dichos al asegurar que "la descalificación al eventual adversario político manifestando añoranza por la Gestapo además de ser brutal, banaliza de modo inadmisible la Shoá".
El Llamamiento Argentino Judío expresó que "las palabras de Villegas trasuntan lo que la derecha argentina piensa y que sólo enuncia cuando se encuentra en confianza entre semejantes: desprecio hacia los trabajadores, hacia sus organizaciones gremiales y valorizaciones inequívocas hacia todas las versiones opresoras y fascistas que han existido en la historia".