El candidato Pedro Sánchez se impuso ampliamente este domingo en las primarias del Partido Socialista español y reconquistó el puesto de secretario general del que fue obligado a alejarse hace apenas siete meses. Con 75,67 de los votos escrutados, Sánchez obtiene el 49,5 por ciento de los votos contra el 40,4 por ciento de su principal contrincante, la presidenta regional de Andalucía, Susana Díaz.

Sánchez se vio forzado a dimitir de su cargo a principios de octubre del año pasado al perder el apoyo del resto de la dirigencia socialista, en un golpe interno orquestado desde las sombras por la Díaz.

Bajo el liderazgo de Sánchez el PSOE cosechó el año pasado los peores resultados de su historia, pero en un contexto extremadamente difícil para la socialdemocracia en Europa y ante el crecimiento de nuevos movimientos de izquierda y centro en España.

Tras dos elecciones consecutivas en las que ganó el conservador Partido Popular (PP) de Mariano Rajoy, Sánchez se negó rotundamente a facilitar la reelección del líder conservador, pese a que tampoco tenía apoyos para formar un gobierno alternativo por su cuenta.

Una parte del PSOE, sobretodo los dirigentes que gobiernan a nivel regional, encabezados por Díaz, consideraron que lo mejor para la segunda fuerza política española era optar por la abstención para habilitar la asunción de Rajoy y reconstruirse como partido para ganar las próximas elecciones.

Ahora Sánchez derrotó a Díaz y a toda la cúpula de su partido, incluido el ex presidente José Luis Rodríguez Zapatero, y volverá a conducir al PSOE. Prometió un partido de izquierda que no sea cómplice del PP en el poder, sino que busque alianzas con otras fuerzas progresistas para derribar las políticas de la derecha y desbancar a  Rajoy.