Luego de asegurarse la continuidad de Rodolfo De Paoli al frente del equipo, Barracas Central abrochó este martes al arquero Rodrigo Saracho, quien curiosamente fue uno de los derrotados por el Guapo en la final por el segundo ascenso a la Liga Profesional hace apenas una semana, aquella vez vistiendo los colores de Quilmes.

El arquero de 27 años es desde hace tiempo uno de los mejores en su puesto en la divisional. Surgido en Olimpo cuando el equipo bahiense todavía estaba en Primera División, recién tuvo su oportunidad profesional en 2016 con Estudiantes de Buenos Aires, por entonces en la B Metropolitana.

Con el Pincha consiguió el ascenso en 2019 y estuvo cerca de pelear por el pasaje a la máxima categoría a principios de año, pero el equipo de Caseros cayó en semifinales ante su par de Río Cuarto, que luego sería superado por Platense en los penales.

Este año le llegó la oportunidad en Quilmes, donde mantuvo una de las vallas menos vencidas del certamen e incluso fue figura en la tanda de penales de la primera fase del Reducido al detener el tiro definitivo ante Deportivo Morón. Tras eliminar de manera polémica a Ferro, el Cervecero cayó en la final ante Barracas Central, también por penales (le convirtieron los cinco disparos).

En tanto, a principios de semana, Barracas acordó con De Paoli un contrato hasta diciembre de 2022.

El director técnico y relator deportivo, de 43 años, había planteado dudas respecto de seguir o no en el puesto, apenas horas después de consumado el ascenso, porque no quería asumir “el doloroso costo” de plantearle a algunos jugadores que no los iba a considerar para Primera.

En ese contexto, el DT deberá armar la nómina de aquellos futbolistas con los que pretenderá continuar y con aquellos con los que no.

En principio, el hábil mediapunta Fernando Valenzuela podría emigrar al tener un ofrecimiento desde Vélez, mientras que el polifuncional Dylan Glaby es buscando nuevamente por Deportivo Morón, club en el que se alistó antes de pasar a Barracas Central.