Un estudio aparecido en Proceedings of the National Academy of Sciences revela el hallazgo de restos humanos en una de las erupciones volcánicas más importantes de la historia.
Se trata de la erupción del volcán Thera, en la isla de Santorini, en el mar Egeo, a 200 kilómetros al sureste de Grecia. A la erupción siguió un tsunami, hace 3600 años.
La investigación fue llevada a cabo por un grupo de investigadores de la Universidad de Ankara, encabezados por Vasif Şahoğlu.
El cataclismo de Thera es considerado una de las mayores catástrofes sufridas por la humanidad, comparable al ataque nuclear sobre Hiroshima en 1945.
No hay muchos datos sobre el cataclismo, pero se sabe que modificó drásticamente la vida de los habitantes del Mediterráneo, en particular la de los minoicos, uno de los pueblos más desarrollados de la región, cerca de Creta, cuya decadencia comenzó 1500 años antes de Cristo.
La aparición de restos humanos cambia la perspectiva sobre aquel desastre. El estudio detalla que fueron encontrados en Çeşme-Bağlararası, en territorio de la actual Turquía, en un lugar alcanzado por el tsunami. De hecho, se cree que hubo al menos cuatro tsunamis como consecuencia de la erupción del volcán.
El área de estudio abarcaba muros de fortificación alterados, una capa de escombros, sedimentos caóticos, una capa de ceniza volcánica y una capa carbonizada rica en huesos.
El análisis mostró que hubo una inundación de agua de mar y que muchos edificios colapsaron por los tsunamis, entre cuyos escombros aparecieron los restos de una probable víctima: huesos de un hombre joven, con signos de traumatismo. Además, se hallaron los restos de un perro junto a una puerta.
Lo que todavía no han podido responder los especialistas es porqué no han aparecido antes restos humanos. Una de las hipótesis en danza plantea que, tras las primeras erupciones, pequeñas, hubo éxodos masivos antes del gran cataclismo. Otra sostiene que los cuerpos pueden haber sido incinerados por gases ardientes y, la última de las posibilidades, es que haya habido entierros en fosas comunes que siguen sin identificarse.
Según el arqueólogo Jan Driessen, de la Universidad de Lovaina, y estudioso del cataclismo, los restos encontrados pueden ser útiles para comprender la magnitud de la devastación que sufrieron muchos pueblos del Egeo.