La sesión extraordinaria del "supermartes" en la Cámara de Diputados bonaerense tuvo un aditamento especial. En su primera parte, se dispuso el tratamiento de la reforma de la Ley de Ministerios (se propone crear las carteras de Transporte, Vivienda y de Ambiente, y reflotar el Instituto Cultural), y de la Ley 14.836, que establece que la reelección de intendentes, legisladores, concejales y consejeros escolares no puede darse por más de dos periodos consecutivos, pero sobre la que hay una disputa respecto al inicio del último periodo a considerar (dado que fue sancionada en 2016). Después de un cuarto intermedio, y en una jornada que se preveé será especialmente extensa, se espera que se vote el presupuesto 2022 para la provincia.
El primer "toque de color" lo dio en la previa Martiniano Molina, quien finalmente asumió como legislador, después de un debate sobre si podría hacerlo sin estar vacunado.
Ocurre que en la Cámara de Diputados bonaerense rige la obligatoriedad del pase sanitario: las y los empleados deben estar vacunados y demostrarlo fehacientemente (con la aplicación de control o con el carnet de vacunación). Un requisito que no aplica, como quedó demostrado hoy --aunque hasta la fecha no quedaba claro--, para los legisladores.
El cocinero y exintendente de Quilmes se había contagiado de Coronavirus y por eso no pudo asumir el 9 de diciembre.
En esa ocasión Molina dijo que no se había vacunado porque era "de familia de homeópatas". "Elegí no vacunarme, pero no milité la posición antivacuna", explicó entonces.
Luego de contagiarse, informó que había cambiado de opinión y que se vacunaría, pero para esta sesión (a la que sí presentó el certificado de alta médica y PCR negativo) no transcurrió el tiempo suficiente para inocularse luego de cursar la enfermedad.
En un momento se especuló con que el exintendente podría seguir la sesión por vía remota luego de jurar, pero finalmente se sentó en su banca, en una jornada atravesada por una puja intensa dentro de su bloque alrededor de los temas a votar.