A media cuadra de la Avenida 9 de Julio y pleno microcentro porteño con su tránsito caótico diario de personas, autos y colectivos, un almacén de cooperativas abrió sus puertas para ofrecer un espacio de comercialización a pequeños productores de la economía popular, social y solidaria; pero también una alternativa de consumo para las y los ciudadanos. La iniciativa conjunta de la Red de Alimentos Cooperativos y la Cooperativa Huvaití reúne cerca de 800 productos alimenticios de más de 150 cooperativas. “Es una iniciativa excelente y es exactamente lo que hay que hacer en la Argentina porque, empezando por la base, en nuestro país comer tiene que ser barato porque producimos alimento, y los pequeños productores tienen que vender de manera directa”, expresó a Página/12 el diputado nacional y exministro de Desarrollo Social de la Nación, Daniel Arroyo, quien estuvo presente durante la inauguración del almacén.
El almacén es espacioso y está lleno de color y de sabores. Yerba, miel, panificados, conservas, dulce de leche, vinos, miel, aceites, pastas secas, lácteos, tés, chocolates, embutidos, jugos, aderezos, cervezas, tostadas, mermeladas y dulces, fruta congelada y hasta snacks saludables. En las estanterías pueden encontrarse todo tipo de productos y gran variedad de cada uno. “En este lugar se pueden encontrar tres valores: calidad alimentaria y nutricional, buenos precios debido a que el productor comercializa directamente, y variedad”, coincidió Arroyo con el escenario que lo rodeaba.
El almacén de Alimentos Cooperativos se encuentra en Moreno 945 y se inauguró oficialmente este martes. Como todo evento en pandemia, tuvo ese gusto a reencuentro que se puede percibir en los abrazos afectuosos pero cortos, y en los ojos sonrientes detrás de los barbijos. En ámbitos como el cooperativismo, la alegría y el compañerismo es aún mayor. Será porque desde mucho antes que llegara el Covid y su "nueva normalidad" saben que la lucha es colectiva y que nadie se salva solo.
“Veníamos trabajando hace bastante tiempo en esta idea de cooperativizar la cadena, que desde la producción más primaria del alimento hasta su comercialización esté todo en manos de cooperativas”, contó al diario Miguela Varela, integrante de la Red de Alimentos Cooperativos. “En ese camino conocimos a la cooperativa de comunicación Huvaití que se fue integrando porque nosotros también empezamos a entender que la comunicación es parte de la cadena de valor de cualquier bien o servicio”, explicó sobre los comienzos de la iniciativa. Sobre la elección de lugar físico, consideró que “el microcentro nos pareció un punto estratégico porque es una zona muy tomada por las grandes empresas, y que haya un espacio de la agricultura familiar y el cooperativismo nos parecía algo novedoso”.
“El objetivo es comercializar los productos de distintas cooperativas de todo el país y de productores de la agricultura familiar, pero que también sea un espacio de visibilización, por eso siempre lo buscamos en el centro o en lugares de alto movimiento, para que sirva para comunicar la economía social y la agricultura familiar”, destacó, por su parte, Manuel Barrientos, integrante de la Cooperativa Huvaití. Su compañero y colega, Walter Isaía, coincidió en “hacer una propuesta comunicacional y cultural en el espacio con distintas actividades, más allá de la comercialización”. “Para nosotros es importante incidir en las agendas y audiencias que se interesan por comer más saludable, y poder fortalecer tanto a los productores como a los consumidores y a quienes trabajan en la comercialización y la logística de los productos de la economía popular, social y solidaria y la agricultura familiar, y también de las organizaciones de la comunicación”, señaló Isaía.
Es que todas y todos los presentes consideran que la economía popular, social y solidaria comienza a cumplir un rol estratégico. “Lo vemos con la concentración de las grandes cadenas de supermercados y los grandes productores que comienzan a dejarnos sin alternativas de productos saludables, de empleo y trabajo genuino en el campo”, señaló Varela. “La otra economía está siendo una alternativa interesante y empieza a dar respuestas, no solo en cuanto a generar trabajo digno, sino también a generar alternativas de producción y de consumo”, añadió.
“La economía popular y social es clave, porque integra los cinco sectores productivos que definen los niveles de pobreza: la construcción, el textil, los sistemas de cuidado de personas, el reciclado y la producción de alimentos; y mucha de ella está en este último sector”, explicó Arroyo. “Estos esquemas donde el productor coloca sus productos directamente en un centro de comercialización solucionan los problemas centrales de escalabilidad y comercialización”, consideró el diputado. Algo muy importante ya que, según su entender, “la economía social y popular es parte de la reconstrucción de la Argentina, por el lado del trabajo y por el lado de la producción y la calidad de alimentos”.
Informe: Sofía Moure