Y finalmente llegó el momento de hacer balances. Un año después de la ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE) que llevó tantas movilizaciones y tanta lucha en las calles y en los pasillos del Congreso Nacional, la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito sigue de pie porque su principal objetivo ya está cumplido pero todavía resta hacer que la ley sea de acceso real en cada rincón del país y que sea conocida por cada niña, mujer o persona gestante que la necesite. La satisfacción por haber logrado la ley todavía sigue intacta, este 30 de diciembre se festeja lo conseguido con un pañuelazo a las 19 horas en todo el país pero también se exige la implementación plena y el sobreseimiento de Miranda Ruiz, la médica de Tartagal procesada judicialmente por practicar un aborto legal.
“Estoy muy contenta de que hay voluntad de hacer cumplir la ley, por el Estado y la sociedad. Estamos trabajando en conjunto con el Ministerio de salud y el de Mujeres para que la ley se cumpla”, dijo a Página/12 Marta Alanis, referente histórica de la Campaña y de Católicas por el Derecho a Decidir. También celebró el hecho de que si bien hubo más de treinta amparos que pretendieron lograr cautelares en contra de la ley, todos fracasaron. “La estrategia de la derecha de inhibir la ley se topó con una voluntad política del Gobierno en defender la ley y una voluntad inquebrantable del movimiento de mujeres de no dejar pasar una”, agregó.
Algunos números
Según un informe del Ministerio de Salud de la Nación, a un año de sancionada la Ley de IVE - 27610:
* Son 32.758 las interrupciones de embarazos realizadas en condiciones seguras en el sistema público al 30 de noviembre de 2021.
* 1243 hospitales y centros de salud de todo el país garantizan la práctica.
* Se distribuyeron en todo el país 46.283 tratamientos de Misoprostol.
* Se editaron tres protocolos nacionales sobre cómo proceder en la atención de la IVE/ILE, en los casos de violación y en la atención posaborto.
* Se desarrolló una línea de formación en abusos sexuales y embarazos forzados en niñas y adolescentes menores de 15 años.
Lo que falta
Se ha hecho mucho, pero todavía resta otro tanto por hacer.
“En algunos casos se siguen negando (los abortos). Esto es un proceso. Un año es un corto proceso y tenemos la posibilidad de que se cumpla plenamente pero hay diferencias culturales, económicas, de todo tipo en las provincias. En las más conservadoras se ha hecho un poco más difícil pero siempre hay un hospital, un referente, un centro de salud que orienta dónde se hace la práctica”, aseguró Alanis. En ese sentido, Yamila Picasso, también integrante de la Campaña, apuntó a este diario que “la aplicación es muy dispar, muy diversa. Hay provincias que avanzaron un montón como Buenos Aires, Río Negro, La Pampa, CABA. Provincias que ya venían aplicando las ILEs y que avanzaron en las IVEs. Pero la realidad es que sigue faltando muchísimo y nos cuesta mucho en provincias como Misiones, Corrientes, San Juan, San Luis, Mendoza, Catamarca, La Rioja. Son las más dificultosas a la hora de garantizar estos derechos”.
Poniendo las cosas en perspectiva histórica, Alanis consideró que hay que darle tiempo a la ley: “imaginate que se sancionó en 1921 la ley por causales y nunca se aplicó. Ahora en un año queremos que se cumpla todo, bueno, la fuerza del movimiento lo merece, la realidad de las mujeres es mucho más evidente que antes, no vamos a esperar cien años. Pero en un año recién estamos empezando a cambiar mucho sentido común en relación a lo que significan las decisiones de las mujeres”. Por otro lado, dijo que “seguimos teniendo como obstáculos la postura de algunas iglesias que tratan de incidir para que no se garanticen los abortos. Pero me parece que se equivocan. El derecho a decidir hace que realmente la maternidad sea un don, un deseo. En una niña que asume un embarazo por obligación porque la violan y le exigen que vaya hasta el final, esa maternidad no es lo mismo que cumplir con el profundo deseo de tener un hijo o hija. Esta ley jerarquiza el sentido de la maternidad, le da un valor superior”.
El rol de la Campaña
Si bien el objetivo que fue el origen de la Campaña hace dieciséis años fue la sanción de la ley y ya está cumplido, la Campaña sigue renovando sus votos para hacer que la ley se implemente en todo el país. “Como Campaña acordamos nuestra continuidad. Ahora por lograr la efectiva implementación en todo el territorio nacional. Falta mucha difusión, capacitación y equipos de profesionales de la salud que estén efectivamente garantizando este derecho. Lo mismo con la utilización de la Mifepristona, una medicación ginecológica que la OMS recomienda en combinación con el Misoprostol para tener abortos menos dolorosos y más efectivos. En Argentina todavía no tiene autorización de la Anmat. Es importante que se sepa que es un método seguro y que sería importante que Argentina avanzara en eso”, dijo Picasso.
Asimismo, explicó la necesidad de difundir y reforzar las capacitaciones en aspiración manual intrauterina (AMEU), una técnica médica para retirar el contenido del útero por medio de una cánula y no requiere internación, es decir, que se puede hacer en atención primaria de la salud.
También se refirió a la necesidad de mejorar la calidad de la atención: “Si bien la mayoría de los casos se están resolviendo, todavía falta un montón para que esa atención sea de calidad, todavía hay profesionales que lo hacen pero las castigan, las hacen padecer situaciones que no deberían. Todavía está ese peso. Cada hospital, cada salita es un mundo aunque tengan el mismo marco normativo”.
Otra cuestión que preocupa es el disciplinamiento del personal de salud que garantiza la práctica. El caso emblemático es el de Miranda Ruiz, la médica de Tartagal, Salta, que enfrenta un proceso judicial por haber garantizado un aborto legal. “Hay ataques directos a profesionales de la salud que cumplen con la ley, tienen como fin meter miedo y en parte lo logran. Con Miranda se han ensañado y en Tartagal es la única que garantiza la ley. Está complicada porque terminaron cambiando la carátula y le pusieron ‘aborto sin consentimiento’, cuando sabemos que fue un aborto medicamentoso autoadministrado por la paciente y además está el consentimiento. Ese caso es el que conocemos por ahora pero hay más”, dijo Julia Martino, otra referente histórica de la Campaña.
Afianzar las leyes
“Lo que más nos preocupa a nosotras es afianzar la ley. Estamos haciendo difusión lo que más podemos, más allá de lo que le toca al Estado. La estamos difundiendo porque también hay avances de los sectores conservadores. Son leyes que siempre están tecleando, cuando pueden proponen modificaciones para atrás. Algunas expresiones dan temor. Por eso tampoco podemos bajar los brazos. Hacemos actividades en todo el país, de visibilización, de que la ley está. Durante muchos años vamos a tener que defenderla”, agregó.
Con toda esa tarea presente y por delante, desde la Campaña no dejan de mirar casi con incredulidad el impacto del logro de la 27610 en América Latina. “Es notable. Estamos todas pendientes. Ahora de Chile, de ver si lo logran. El pañuelo verde se ha extendido en todos los países de América Latina y en México avanzó en cuatro estados más. El resto de los países nos miran y venimos hablando con organizaciones. Pero cada realidad es un mundo bien complejo”, dijo. Es decir, no hay una receta para lograr el aborto. “Cada lugar tiene su idiosincrasia. Acá somos mucho de insistir, de movilizar, logramos sumar a jóvenes. Tuvimos un 2018 de meses de discusión sin los que no hubiéramos tenido el 2020. Eso ha ocurrido en muy pocos lugares, que durante varios meses esté toda la sociedad hablando del tema aborto en la casa, en la escuela, en todos lados. Fue un proceso riquísimo para la sociedad. Fue lo que nos permitió generar las condiciones para que un Poder Ejecutivo diga ‘la presento’”, agregó.
Más allá de la ley del aborto, las activistas vislumbran un horizonte político complicado con el avance de la derecha. En ese sentido, Alanis propone abrir la agenda feminista hacia temas que son ofensivos para una sociedad democrática. “Personalmente, pienso que el movimiento feminista argentino ha crecido mucho con la Campaña y tenemos que proponernos otras metas. La Campaña cruzó las fronteras y se instaló en muchos países de la región y otros más lejanos. Tenemos que seguir defendiendo el derecho al aborto, seguir monitoreando que se cumplan todas las leyes que amplían derechos para las mujeres porque todas las leyes están en riesgo con la amenaza permanente de la derecha que hoy la tenemos en la Cámara de Diputados. Entonces tenemos que impulsar más participación política de las compañeras feministas, abrir más temas. Es un momento para lanzar una campaña antifascista nacional. Me parece que el peor enemigo es la amenaza del fascismo, es la vuelta del racismo, de la misoginia, entonces la respuesta es política, diferente a la reivindicación del aborto y creo que esa lucha tenemos que darla”.