Un sitio muy especial, la Casa Carabassa ubicada en el barrio porteño Palermo, que funciona como sede del Instituto y Museo Evita, fue el lugar que la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner eligió la noche del miércoles para cerrar el año junto a todos los senadores de su bloque. Allí, mientras compartían una cena en el restaurante del lugar que supo ser sede de la fundación Eva Perón, la presidenta del Senado de la Nación criticó a la oposición por "frenar todo" durante las últimas dos semanas y señaló que "las peleas internas de Juntos por el Cambio destruyen y no ayudan al país".
La Gestapo antisindical
También se trató de un evento especial por ser la primera cena que CFK compartió con los nuevos senadores del Frente de Todos. Conversaron sobre la mesa bonaerense en la que se habló de la Gestapo antisindical, sobre tarea legislativa del 2021, sobre los desafíos que tuvo el bloque durante el último tiempo y también sobre el arduo trabajo que vendrá de cara al 2022, ya que el peronismo no tendrá quórum propio en el Senado. Este jueves la vicepresidenta se tomó un avión rumbo a El Calafate, Santa Cruz, donde pasará año nuevo y descansará un par de días.
Uno de los platos fuertes del encuentro fueron las críticas a la mesa judicial que la AFI, bajo la conducción de Cristina Caamaño, descubrió que funcionaba en la provincia de Buenos Aires durante el gobierno de María Eugenia Vidal y del expresidente Mauricio Macri. La vicepresidenta se mostró entusiasmada con el discurso que minutos antes había dado sobre tablas la senadora, Juliana Di Tullio, en el que remarcó que en los videos que fueron presentados ante el Poder Judicial "escuchamos cómo el Estado arma un delito que es la persecución judicial hacia los sindicatos. No hubo Estado de derecho durante cuatro años en nuestro país". La vicepresidenta se tomó un momento para agradecer a cada uno de los senadores "por su militancia" y por "su compromiso por seguir todos unidos".
Una victoria que molestó a la oposición
Los senadores y CFK celebraron lo sucedido en la última sesión del año que se llevó a cabo el miércoles --horas antes de la cena-- en la que se aprobó la modificación del Impuesto a los Bienes Personales, que elevó de dos a seis millones de pesos el monto no imponible, para objetos particulares, y de 18 millones de pesos a 30 millones de pesos, para las casas-habitación. Desde el entorno de la vicepresidenta calificaron la sesión como "victoriosa", a pesar de lo ocurrido con la oposición, a quien criticaron con dureza por tomar la decisión de no votar el Presupuesto semanas atrás y por, de ese modo, dejar al gobierno de Alberto Fernández sin una herramienta clave.
Asimismo, cuestionaron a Juntos por el Cambio por presentar una acción de amparo en la Justicia, ya que consideraron que en la sesión del miércoles en el Senado no se cumplió con el quórum reglamentario. “Varios minutos luego de vencido el plazo, la presidencia dio comienzo a la sesión, momento en el cual sí había quórum. Queda claro, que el quórum se conformó pasados varios minutos luego de vencido el plazo establecido, tal como dan cuenta todos los registros fílmicos”, señaló el documento que presentaron el presidente del Interbloque de Senadores de Juntos por el Cambio, Alfredo Cornejo y el titular del Bloque UCR, Luis Naidenoff, entre otros. "Lo hacen porque no le gusta la visión tributaria que tenemos nosotros. Lo de los cinco minutos es una excusa porque cualquiera que haya vivido sesiones legislativas sabe que no se puede ir a juicio por cinco o seis minutos más", explicaron a este diario desde el bloque del FdT.
La dificultad para conseguir aliados
Otro de los que tomó la palabra durante la reunión de fin de año en Museo Evita fue el presidente de bloque, José Mayans. El formoseño comentó la dificultad que implicó sumar aliados para la última sesión. También reflexionó sobre los problemas que generó en los últimos años la pandemia y llevar a cabo sesiones virtuales, y lo difícil que es el panorama económico en nuestro país, como consecuencia del mal manejo en esa y otras áreas que tuvo el gobierno del expresidente Mauricio Macri. En esa línea, los senadores también conversaron sobre la deuda externa y la negociación que el Gobierno está llevando a cabo con el Fondo Monetario Internacional. Sin embargo, no hablaron específicamente de la tarea del ministro de Economía, Martín Guzmán.
"Centralmente se conversó sobre la actitud que las últimas dos semanas tuvo la oposición y de que lo único que están haciendo es trabar. No están consensuando absolutamente nada: trabaron el presupuesto, trabaron bienes personales y se repudió que en lugar de sumar lo único que hacen es perjudicar", explicaron a este diario algunos de los presentes en el encuentro.
Más allá del debate y la puesta en común de ideas, la velada también tuvo momentos emotivos y recreativos. La anfitriona fue la ministra de Gobierno de la Provincia de Buenos Aires, Cristina Álvarez Rodríguez, quien además es sobrina nieta de Eva Perón y directora ad honorem del Museo Evita. CFK, si bien siempre apoyó al Museo --incluso lo acompañó en exposiciones internacionales en Rusia, Estados Unidos y Alemania-- nunca lo había visitado y quedó muy sorprendida.
Los tres sobrinos de Eva Perón
Cuando llegó, la vicepresidenta fue recibida por tres personas muy especiales: Eva, Juan y Blanca, los tres sobrinos de Eva Perón, es decir, los tíos de Cristina Álvarez Rodríguez. Si bien ellos conocían a la vicepresidenta porque fueron invitados a Casa Rosada en mayo de 2012, cuando CFK inauguró el salón Eva Perón, al verla se emocionaron por su presencia en el museo y se fundieron en un abrazo.
Tras el recibimiento, Álvarez Rodríguez ofició de guía y llevó a la presidenta del Senado a recorrer todos los salones del Museo que cuentan en detalle la historia de Evita y de la fundación. Los colaboradores que estuvieron con ellas, sin embargo, cuentan que no hizo falta explicar con mucho detalle la historia porque CFK la conocía muy bien. Luego del recorrido, la expresidenta se dirigió a la mesa en la que la estaban esperando todos los senadores para cenar.