El gobierno de Mauricio Macri continúa manejándose con extrema cautela ante la crisis terminal de su aliado Michel Temer en Brasil. Tras cuatro días de silencio, el Presidente habló del tema y dijo que sigue la crisis “con preocupación”, pero enfatizó que Brasil “no tiene nada que ver con Venezuela”, porque en el país de su aliado “las instituciones funcionan”. Macri optó por no hacer mención alguna al audio que involucra a Temer en un caso de corrupción, pero se mostró seguro de que durante el kirchnerismo “en la Argentina había coimas”. En tanto, la canciller Susana Malcorra pidió que la resolución de la crisis de Brasil sea veloz. “Que la cosa se prolongue no es bueno para nadie”, interpretó. Esta semana habrá un encuentro de líderes regionales en Quito, Ecuador, donde Malcorra podría tener contactos con el canciller brasileño, Aloyso Nunes.
El presidente Macri fue uno de los pocos apoyos regionales de Temer. Fue el primero en reconocerlo luego de la controversial forma en que Dilma Rousseff fue expulsada del gobierno. También fue el primero que recibió a su canciller. Luego, lo recibió a Temer en Buenos Aires y le hizo una visita de Estado en Brasil, cuando ya comenzaban a conocerse las implicaciones de su gobierno en la megacausa de corrupción Lava Jato. Para Macri, Temer es un aliado en la búsqueda de conseguir tratados de libre comercio con Estados Unidos y la Unión Europea. Su caída no solo trae repercusiones económicas a la Argentina –para las que el Gobierno está evaluando tomar medidas–, sino que también implica, para los macristas, perder un aliado estratégico en las políticas que buscan imponer en la región. No obstante, en Balcarce 50 ya empiezan a resignarse a que ese aliado está perdido. Confían en que el sistema político brasileño les proporcionará algún reemplazante afín.
Quizás eso explique por qué al presidente Macri le cuesta tanto hablar del caso de corrupción que involucra a Temer. En diálogo con diferentes medios locales al final de su gira por China y Japón, Macri dijo: “Confío en las instituciones de Brasil. Todo este proceso puede traer, digamos, cortocircuitos y problemas en el presente, pero sin dudas Brasil saldrá muy fortalecido de todo esto. La Justicia ahí es realmente independiente”. Tras asegurar que no había tenido contacto con Temer (un gesto de distanciamiento), indicó que “lo de Brasil no tiene nada que ver con lo de Venezuela. Ahí las instituciones están colapsadas por el avasallamiento que hizo Maduro. En Brasil las instituciones funcionan y se está discutiendo”.
Sobre las investigaciones judiciales que pesan sobre el jefe de la AFI, Gustavo Arribas, por el Lava Jato, que el macrismo presiona para cerrar en la Justicia local, Macri sostuvo, risueño, que no hay “ninguna posibilidad” de que aparezca un audio de Arribas similar al que se conoció sobre Temer. Casi monosilábico a la hora de hablar de la corrupción en relación con Temer o Arribas, Macri se explayó sobre Odebrecht y el gobierno anterior: “Es que no hay dudas de que Odebrecht trabajó en la Argentina y no creo que haya cambiado el modus operandi, con lo cual si hizo obras y hubo contratos pudo haber pasado algo. Era la forma en la que trabajaba el kirchnerismo. No hace falta que venga Odebrecht para que sepamos que en la Argentina había coimas, ¿no? Es como una obviedad”.
La canciller Malcorra reforzó esta línea argumental ayer, aunque con mayor diplomacia. A diferencia de Macri, sostuvo que la posible implicación de funcionarios argentinos en el Lava Jato “está siendo analizada por los organismos correspondientes para llegar al fondo de la cuestión”. “El Presidente está con la total convicción de que hay que hacer todo lo que sea necesario para llegar al hueso en esto, porque cualquier cosa que no se haga deja un manto de duda que no es bueno”, sostuvo.
Sobre Brasil, también se mostró cauta. “Cualquier cosa que pase allí y que tenga un impacto político, amerita que estemos siguiéndolo de cerca y que nos ocupe y preocupe”, indicó. “Hay una separación muy fuerte de los poderes y una institución judicial muy sólida que está llevando esto a fondo. Hay que dejar que los sistemas funcionen con la mayor celeridad posible y las instituciones puedan clarificar todo esto a la brevedad posible”, sostuvo Malcorra.
En la Cancillería comentan que podría haber un encuentro con el canciller de Brasil en Quito, adonde doce jefes de Estado viajarán este miércoles para la asunción del presidente de Ecuador, Lenin Moreno. Allí estaban previstos distintos encuentros bilaterales sobre Venezuela, y ahora también sobre Brasil. Para empeorar las cosas, en un mes Macri debería entregarle a Temer la presidencia pro témpore del Mercosur. Poco después, los fiscales brasileños revelarán la totalidad de lo que contaron los directivos de Odebrecht. Todavía no está claro el impacto que esas revelaciones tendrá sobre los gobiernos de la región.
En Balcarce 50 ya hay quien lo da por caído a Temer, ya sea porque renuncie, ya sea porque el Tribunal Supremo de Justicia le anule el mandato o porque se inicie un extenso impeachment. La Cancillería argentina, no obstante, reforzó la cautela que muestran hacia su aliado: “No podemos meternos. Es una cuestión interna”, indicaron a este diario, en lo que seguirá siendo la línea discursiva oficial.