Según se escucha en los audios que Alberto Pérez presentará este lunes a la justicia, el subcomisario Hernán Casassa, contador y proveniente de la división Activos Ilegales de la Policía Bonaerense, asegura que las investigaciones clandestinas que ordenaba la mesa judicial se las entregaban a “Carrió o alguno de sus secuaces”.
Casassa y su grupo pedían informes económicos al sistema privado Nosis -se pidieron 40.000, nada menos-, luego se complementaban con datos de la AFIP, violando el secreto fiscal y la Unidad de Información Financiera (UIF). Lo que correspondía era que todo eso se hiciera por orden de un juez, pero la mesa judicial -como señala el subcomisario en un tramo del audio- lo hacía de forma “clandestina”.
"Llegaban mágicamente a las manos de Carrió"
Una vez que se redondeaba la investigación, Casassa asegura que se le hacía llegar a Elisa Carrió, aunque también se filtró algún material hacia otras figuras de la oposición. El subcomisario lo cuenta así: “una vez que tenían todo armado, le pedían a la UIF que armen ese carpetazo, que armen esa información, y después, mágicamente, aparecía en las manos de Carrió. Y Carrió metía la causa o mandaba a alguno de sus secuaces a denunciar”.
En algunas oportunidades, la exdiputada argumentaba que había recibido un sobre anónimo, en otras ocasiones presentaba los datos como si ella hubiera hecho la investigación. Lo que asegura Casassa es que todo lo ponían en marcha María Eugenia Vidal, Cristian Ritondo, Federico Salvai y Julio Conte Grand, compartiendo la mesa con los enviados de la exSide.